miércoles, 28 de abril de 2010

APROXIMACIÓN A LA EVALUACIÓN ECONÓMICA DE LA IMPLEMENTACIÓN DE DIESEL 50 PPM SOBRE LA CALIDAD DEL AIRE EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ.

En esta sección se busca esclarecer las relaciones que existen entre los niveles de emisiones de contaminantes arrojados a la atmosfera por fuentes móviles y la concertación del contaminante en la atmosfera que finalmente es lo que repercute sobre la salud humana. Por consiguiente, el marco teórico se encuentra organizado así: Se inicia con la revisión de la literatura a cerca de las fuentes y niveles de emisión de contaminantes al aire para Bogotá, posteriormente, se muestra literatura relevante sobre los impactos en morbilidad ocasionados por la concentración de PM10 en el aire, luego se muestra la normatividad relacionada con la reducción de contaminación del aire; al final de esta sección se muestran las consideraciones teóricas sobre la contaminación del aire como una externalidad negativa.

Revisión de la literatura

Emisiones de sustancias contaminantes por transporte en Bogotá

El distrito capital cuenta con una red de monitoreo de la calidad del aire compuesta por 15 estaciones, las cuales recogen datos sobre óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2), ozono (O3), monóxido de carbono (CO), materia particulado total, respirable PM10 y fino PM2.5, así como otros agentes contaminantes; además, monitorea factores meteorológicos como precipitación, temperatura, radiación solar, dirección y velocidad del viento, presión y humedad relativa. Las emisiones de NOx, SO2, O3 y de CO no exceden la norma para la ciudad, sin embargo el PM10 (cuya norma a partir de 2009 fue 60 ug-m3 anual, 10 ug-m3 menos que en el 2008), si la supera en más del 40% del total de días del año, por lo tanto se puede considerar a éste como el mayor contaminante del aire del distrito capital (Behrentz, E. y Gaitan, M., 2009). Este comportamiento de los niveles de PM10 por encima de la norma se viene presentando desde el año 2000 (Hernández, L.J. et.al., 2009).

En general, este agente contaminante proviene de fuentes móviles; se ha calculado que representa entre el 70% y el 75% de las emisiones en zonas urbanas (Rojas, N. ,2004; Ruiz, C.R., 2006). En 2006 se realizó el inventario de fuentes móviles para la ciudad utilizando el modelo internacional de emisiones, dicho estudio arrojó que los buses de servicio público -siendo apenas el 5% del total de vehículos- aportaban el 50% de las emisiones de PM10, 40% de NOx y cerca del 30% de SO2. Los taxis constituyen cerca del 20% y en algunas horas del día aportan cerca del 50% de la flota total de vehículos; aportando alrededor del 5% de las emisiones de PM10. Dicho resultado estaría relacionado con el hecho de que tan solo cerca del 15% de estos utilizaban -a 2006- gas natural vehicular (Behrentz, E. y Giraldo, L.A., 2006) mientras que el 85% restante aún utilizaba gasolina -combustible que aporta más a otros contaminantes que a material particulado- sin embargo, se ha observado una tendencia cada vez mayor a la utilización de GNV en estos vehículos, resultando más limpio en términos de PM10.

En cuanto a la distribución socioeconómica de la flota de vehículos de transporte de pasajeros, en sectores de ingreso medio-bajo los buses representan alrededor del 18% de la flota. Se debe apreciar que los buses poseen una sobreoferta estimada entre un 11% y un 22%, (Behrentz, E. y Giraldo, L.A., 2006).

La mayoría de los buses se moviliza utilizando combustible diesel (Behrentz, E. y Gaitan, M., 2009)., en este sentido el combustible diesel genera bajas emisiones de CO, NOx; no obstante genera altas emisiones de PM10 y esto se debe a la relación que existe entre este agente contaminante y el contenido de azufre en el diesel (Holgate, S., 1999). Más específicamente, un vehiculo diesel puede generar entre 45 y 80 veces más material particulado que uno funcionando con gasolina. Desde 1990, se ha ido mejorando la tecnología de combustión diesel, reduciendo los niveles de emisión incluyendo -entre otros- filtros de partículas. (Rojas, N. ,2004).

Para el año 2000 el contenido de azufre en el diesel de la ciudad era de 1500 pmm, cifra inferior a la del resto del país donde el diesel tenía 4500 pmm, niveles totalmente elevados respecto a los parámetros internacionales que sitúan desde hace décadas el contenido permitido de azufre en el diesel en 50 pmm. En el año 2002, el contenido era de 1200 ppm, a partir de julio de 2008 fue de 500 ppm y para inicios de 2010 el contenido de diesel para Bogotá quedó en 50 pmm y el resto del país en 500 pmm (SDA, 2008). En este orden, los productos refinados del petróleo que consume en su mayoría Bogotá provienen de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja; para 2001 cuando inició operaciones Transmilenio, Ecopetrol comenzó a producir un diesel con 1.200 ppm de azufre para el sistema (4500 ppm para el resto del país), en ese entonces la gasolina que se importaba tenia 300 ppm, y el diesel importado 500 ppm de azufre (Banco Mundial, 2007). Por tal motivo se programó reducir el nivel de azufre para julio de 2008 a 500 ppm (esta meta se planeó primero para 2002, luego para 2004). Finalmente a inicios del 2010, se llevó la meta hasta 50 ppm de azufre para los sistemas de transporte masivo de ciudades como Bogotá, aunque el resto del país continúa con un diesel de 500 ppm.

El nivel de 50 ppm de azufre contenido en el diesel para la ciudad, permitiría eventualmente dotar a los vehículos de filtros de partículas ya que con los altos niveles de azufre contenido en el diesel que se presentaba, esta tecnología era inoperable.

Estudios anteriores indican que las emisiones de PM10 se podrían reducir en un 45% y de SOx en un 65% en escenarios de diesel con bajo contenido de azufre. En escenarios de reducción de la sobreoferta de buses se estimaron reducciones entre un 15% y un 25% para PM10, siendo de 25% en el caso que solo salieran buses diesel; para otros contaminantes criterio (NOx, SOx, CO) la reducción al disminuir la sobreoferta en un 16% será de 10% en promedio (Behrentz, E. y Giraldo, L.A., 2006).

Efectos del PM10 en la salud

El PM10 es conocido como uno de los contaminantes más relevantes en términos de salud pública (Solarte, I. et. al.,2002; Rojas, N. ,2004; Behrentz, E. y Giraldo, L.A., 2006; Arciniegas, A., et. al., 2006; Hernández, L.J., 2009), y en general el nivel de concentración de material particulado y otros contaminantes criterio como SO2, se encuentran médicamente relacionados con el riesgo de mortalidad y morbilidad asociadas a enfermedades respiratorias. De igual manera, varios estudios señalan la relación entre los niveles de material particulado y algunas enfermedades cardiovasculares en cuanto exacerba la producción de procoagulantes (Holgate, S., 1999),no obstante, esta última prevalencia se encuentra más relacionada con PM2.5 –partículas finas y ultrafinas menores a 0.1 ug - (SDS, 2006). La concentración de PM10 en el ambiente también se ha vinculado con cáncer y muerte prematura. (Holgate, S., 1999; Hernández, L.J. et.al., 2009).

El material particulado con un diámetro inferior a 10 micras (micrómetros) puede entrar a las vías respiratorias, el material entre 10 y 2.5 micras supera las defensas del sistema respiratorio y puede llegar hasta los bronquios, por eso es llamado material particulado respirable, las partículas menores a 2.5 pueden llegar a depositarse en los alvéolos pulmonares e incluso interactuar a nivel celular.

En este sentido, los efectos sobre la salud son muy variados: sobre el sistema respiratorio -por ejemplo- pueden ir desde irritación en ojos y garganta hasta reducción progresiva de la función pulmonar; estos efectos se dan por exposición al material particulado y dado que este contaminante no es causal univariado de las enfermedades, la presencia de otros factores asociados como la desnutrición, la contaminación intramuros, el tabaquismo –pasivo y activo- incidencia asmática y factores meteorológicos aumentan la enfermedad en el sistema (Hernández, L.J. et.al., 2009; SDS., 2006).

Los riesgos asociados al material particulado PM10 y PM2.5 aumentan por factores como el tabaquismo, sin embargo la exposición crónica a altos niveles de PM incide en enfermedades cardiovasculares, incluso en personas no fumadoras; no obstante en personas fumadoras aumenta el riesgo de morir por enfermedades respiratorias (SDS., 2006). Es interesante el hecho que no existe un limite inferior donde el PM no incida sobre la salud, por el contrario las normas de la OMS (que son las más estrictas, 20 ug/m3 media anual PM10 y 50 ug/m3 media diaria) indican que a partir de ahí se aumentan significativamente los síntomas, es decir no los causan exclusivamente sino que aumentan el número de casos de enfermedad asociada.

Es difícil establecer la exposición de los individuos ya que ésta, es la suma de las exposiciones en diferentes ambientes (extra e intramuros) a lo largo de diferentes periodos de tiempo, además como se realizan los análisis sobre datos reportados es difícil medir la incidencia de una variable en especial sobre la enfermedad, ni la severidad de esta (Mendieta, J.C., 2005). por ahora el promedio diario o anual de la concentración ambiental de un contaminante es una aproximación a la exposición total de los individuos, y se considera un indicador de la exposición poblacional. (Hernández, L.J. et. al., 2009).

Las altas concentraciones de PM10 en la localidad de Puente Aranda (declarada fuente de contaminación alta Clase I, Decreto 174 de 2006 junto con Kennedy y Fontibón) eran un vehiculo facilitador para la presencia de enfermedades respiratorias, aún con niveles bajos de NOx y SOx que son también contaminantes criterio. (Hernández, L.J. et. al., 2009).

Para América Latina, aumentos en las concentraciones de PM10 llevan a incrementos en la consulta hospitalaria, en el caso de Río de Janeiro un aumento en 10 ug/m3 conduce a un aumento de 1.8% en la admisión hospitalaria, en la ciudad de Santiago de Chile y en Sao Paulo la variación de 10 ug/m3 conlleva a un aumento en la mortalidad entre un 0.09% y un 0.75%, (Arciniegas, A., et. al., 2006)

Para el caso de Bogotá se calculó que un aumento de 10 ug/m3 en el PM10 puede aumentar hasta en un 8% el número de consultas por ERA en menores de 14 años. (Solarte, I. et. al.,2002). Otros estudios muestran que un aumento de 10 ug/m3 en los niveles de PM10 incide e un aumento de 4% en las consultas, así mismo una excedencia de normas locales en el promedio diario (en el año 2006 la norma diaria era 180 ug/m3) generaría entre un 22% y 29% de aumento en las consultas; otros estudios, indican que variaciones en 10 ug/m3 de concentración PM10 incidirían en entre un 8% y un 26% en el número de consultas por enfermedades respiratorias en niños entre 5 y 14 años. (Arciniegas, A., et. al., 2006)

Para el año 2008 fueron alrededor de 36,000 los casos de niños menores de 5 años atendidos en las salas ERA de Bogotá, (SDS, 2009), presentándose un pico alto entre abril y junio y un pico un poco más bajo entre octubre y diciembre. También se ha observado que dentro de los factores relacionados con síntomas respiratorios como sibilancias para niños menores de 5 años en tres localidades de Bogotá, se encontraban el género masculino, tabaquismo pasivo y mayor contaminación extramuros por PM10. Así mismo un mayor nivel de PM10 se encontró asociado a 1.57 veces más de riesgo de presencia de síntomas. (Hernández, L.J. et. al., 2009).

Generalmente los estudios de los efectos sobre la salud de los contaminantes presentes en el aire, se han realizado de dos tipos. Por un lado están los toxicológicos, los cuales son del tipo experimental y estiman funciones de dosis respuesta. Por otra parte están los estudios epidemiológicos que son fundamentalmente observacionales y de índole ecológica, la gran limitante de estos últimos es la dificultad para diferenciar exposiciones al contaminante, así como otros factores asociados, sin embargo tienen la ventaja de aprovechar información como la suministrada por las redes de monitoreo. (Hernández, L.J. et. al., 2009).

Normatividad para la reducción de la contaminación del aire en Colombia

Para el año 2007, el Banco Mundial estimó que para Colombia el PM podría estar causando cerca de 7,400 casos de bronquitis crónica, alrededor de 13,000 hospitalizaciones y 255,000 consultas, cuyos costos para la sociedad ascenderían al 0.8% del PIB del país (cerca de 1.5 billones de pesos); ya en 2005 el CONPES había estimado una cifra similar y había considerado al igual que el Banco Mundial que la contaminación atmosférica era uno de los problemas ambientales que mayores costos traía después de la contaminación del agua y de los desastres naturales. Estos costos para el caso de Bogotá son causados principalmente por fuentes móviles, las cuales a su vez aportan la mayoría de las emisiones de PM10: cerca de 19 kilotoneladas para el año 2004. La contaminación del aire en Bogotá representa casi el 50% de los costos nacionales, esto es una cifra cercana al 2% del PIB distrital. (CONPES., 2005; Banco Mundial., 2007).

En este orden, la estrategia de reducción del problema de la contaminación del aire ha sido un tema tratado normativamente desde la década de los cincuenta, específicamente en Colombia la normatividad relacionada puede remontarse a la Ley 09 de 1979 que legisló el Código Sanitario Nacional, luego el Decreto 2 de 1982 reglamentó las emisiones atmosféricas, en 1995 se expidieron los decretos 948 y 2107 sobre control de la contaminación atmosférica y protección de la calidad de aire, en 1996 la Resolución 005 reglamentó los Niveles permisibles de emisiones de fuentes móviles a gasolina y diesel, y la Resolución 0160 especificó las emisiones máximas de fuentes móviles (Ruiz, C.R., 2006).

Para Bogotá con respecto a los estándares de PM10, la resolución 391 de 2001 reglamentó la norma en 55 ug/m3 promedio anual y 155 ug/m3 promedio diario, posteriormente la norma fue suavizada y los niveles quedaron en 70 ug/m3 promedio anual y 150 ug/m3 promedio diario, así mismo en esta resolución se estableció que para el 2009 los límites serían de 60 ug/m3 promedio anual y 150 ug/m3 promedio diario para PM10. (SDA., 2009; Arrieta, S.M., 2006)

En cuanto a la calidad del combustible y transporte se puede considerar que la normatividad especifica inicia con la Ley 1083 de 2006 sobre normas sobre planeación urbana sostenible, esta normatividad dispuso que a partir del 1 de enero de 2010 toda habilitación que se haga a empresas de transporte de pasajeros con un radio de acción metropolitano, distrital o municipal se hará entendiendo que todos los vehículos vinculados a dichas empresas funcionarán con combustibles limpios, incluyendo los vehículos alimentadores; igualmente toda reposición de vehículos deberá contemplar este tipo de combustibles .

El diesel con menos contenido de azufre, ha significado para Ecopetrol -según estimativos- para el 2009 cerca de 8000 millones de dólares en inversiones en la denominada estrategia integral para mejorar la calidad de los combustibles, esto incluye la modernización de las dos principales refinerías del país: Barrancabermeja y Cartagena. Para Barrancabermeja se está construyendo con inversión asegurada una planta de hidrotratamiento, proceso que permite extraer la mayor parte del azufre al combustible con la posibilidad de ser aprovechado; igualmente en la refinería de Cartagena se está realizando la planeación para ajustar la producción a los estándares internacionales y ampliar la capacidad de producción. La inversión también incluyó la ampliación del poliducto Pozos Colorados-Galán, que une las ciudades de Santa Marta y Barrancabermeja, con el fin de aumentar las importaciones de diesel a 45 mil barriles por día de tal forma que se alcance paulatinamente la capacidad de 60 mil barriles diarios. (Ecopetrol., 2010)

La contaminación del aire como una externalidad negativa

Las externalidades aparecen cuando la actividad de un agente económico afecta la función de bienestar o de producción de otros sin que se pueda cobrar un precio por ello. Esto ocurre cuando la función de utilidad de un individuo A o la función de producción de una firma B incluyen variables cuyo valor es elegido por otro agente económico que no toma en cuenta el efecto sobre A y sobre B; y cuando el agente económico generador no incurre en costos por provocar la externalidad (Mendieta, J.C. y Perdomo, J.A., 2008).

… “Los dilemas sociales son situaciones en que la racionalidad individual conduce a la irracionalidad colectiva, es decir, el comportamiento individual racional (pese a que no parezca razonable – lo razonable forma parte de un juicio de valor), lleva a una situación en la que todo el mundo está peor de lo que podría haber estado.” (CEPAL., 2008)

En el caso del transporte público de pasajeros, las empresas transportadoras en el ejercicio diario de su actividad emiten materiales contaminantes al aire, disminuyendo la calidad del mismo y afectando a los demás individuos de la sociedad. Así, las empresas transportadoras afectan el bienestar de los ciudadanos sin incurrir en costos adicionales .

Estos costos externos no expresados en la tarifa de transporte, generan una ineficiencia en la producción de este bien, ya que al ser excluidos permiten que se produzca un nivel de transporte superior al óptimo económico, generando a su vez una mayor contaminación del aire y una pérdida de bienestar para la sociedad.

Con base en lo anterior, podríamos afirmar que los costos sociales en la actividad de transporte son superiores a los costos marginales privados; los costos sociales de la actividad son la suma del costo marginal privado, mas el costo marginal externo (el costo en que incurrimos otros individuos de la sociedad al consumir este aire contaminado).

La Ley 1205 de 2008 o ley del diesel es en esencia una norma que pretende reducir las emisiones de materiales contaminantes al aire de la ciudad de Bogotá. Esta ley representa para los bogotanos una mejora en su bienestar ya que tendrán la oportunidad de consumir un aire más limpio sin restringir la actividad del transporte. Para cuantificar esta mejora en el bienestar social, se utilizará la metodología de ruta de impacto, la cual recoge información sobre las cantidades de PM10 expulsados a la atmósfera por el transporte; su concentración y sus implicaciones en la salud de los habitantes de la ciudad.

IV. METODOLOGÍA

El enfoque metodológico general esta basado en un desarrollo propuesto por la CEPAL (2007), denominado enfoque de ruta de impacto, este enfoque permite la aproximación al efecto del contaminante a través -por un lado- del seguimiento de emisiones registradas en los inventarios de fuentes de emisión y de otra parte, las concentraciones del contaminante en la atmosfera. Estas dos vías de aproximación (emisiones y concentración), permiten establecer una relación con los receptores del contaminante, en el caso especifico de este estudio; los receptores se restringen a niños menores de 5 años atendidos y registrados en las salas ERA para el año 2009. Finalmente, el enfoque apunta a la estimación y valoración en términos monetarios del impacto.

En este orden, la revisión de la literatura realizada en apartados anteriores indica la existencia desde el punto de vista técnico de una relación proporcional entre el nivel de emisiones y la concentración del PM10 en la atmósfera, de igual modo, se establece que la exposición de las personas al contaminante causa problemas de salud relacionados con el sistema respiratorio, esto es un hecho demostrado medica y epidemiologicamente, de ahí que el estudio se dirige a estimar la prevalencia de la enfermedad respiratoria relacionada con la concertación de PM10, para niños menores de 5 años atendidos en salas ERA de Bogotá , durante el año 2009.

En estudios anteriores, realizan estimaciones entorno a la relación de enfermedades respiratorias y concentraciones de PM10, en todos los casos se muestra una asociación positiva entre estas dos variables. En algunos trabajos publicados para el 2006 y el 2009, se realizaron estimaciones para niños menores de 5 años, mientras que en estudios del año 2002, se observaron niños menores de 14 años. Las estimaciones para estos estudios, se realizaron mediante modelos generalizados, como una forma de tratar los problemas de heterocedasticidad y autocorrelación. En estos se aclaran que se utilizaron modelos Poisson en tanto su variable dependiente era de conteo ya que se en unos casos se tomaron registros de consultas y en otros casos, número de síntomas presentados en un periodo de tiempo. (Solarte, I. et. al., 2002; Arciniegas, A., et. al., 2006 y Hernández, L.J. et. al., 2009),

En el presente estudio se realizaron estimaciones utilizando modelos panel de conteo. Se buscaba estimar la incidencia en el número de consultas en las salas ERA relacionadas con las concentraciones de PM10, en este sentido, la variable dependiente es el número de consultas, es decir; una variable de conteo que toma valores no negativos de ahí que se ensayaran modelos de conteo del tipo poisson y binomial negativo (Salinas et. al., 2009). Y teniendo en cuenta que los datos tenían un componente temporal (diario a lo largo de 2009) y uno transversal (localidades), se desarrolló un modelo de panel.

En el desarrollo del modelo se estructuró un modelo de panel balanceado, es decir que todos los periodos de tiempo tenían datos para todos los cluster transversales, en este caso las localidades, cuando no se registraron datos se asumió como valor cero.

El modelo especificado fue:

Donde:
• Num. de enfermosij: es la variable dependiente, corresponde al número de enfermos registrados en las salas ERA, para el día i, en la localidad j.
• PM10ij: Es la variable independiente de interés, que representa el promedio diario de PM10 para el día i, en la localidad j.
• X ij: Corresponde al vector de variables de control. En este vector se incluyeron las variables: Edad promedio en meses. También se incluyeron diferentes rezagos de la variable de interés PM10 hasta 10 días. Además se incluyeron variables meteorológicas como temperatura, velocidad del viento y humedad relativa. De igual modo se incluyó una variable dummy que indicaba 1 si era fin de semana, 0 si no lo era, de tal modo se controlaba la reducción en las consultas para los fines de semana. Estas variables se fueron introduciendo o eliminado del vector de control en los diferentes modelos que se estimaron. (Ver anexo).

Se realizaron distintas estimaciones con distribuciones poisson y binomial negativo para modelos con efectos fijos y aleatorios, así como modelos pooled y population average. (Ver anexo). Finalmente se seleccionaron el modelo poisson de efectos fijos y el de efectos aleatorios, ambos con estimaciones robustas mediante el método de boostrap, ya que corregía los problemas de sobredispersión que presentan este tipo de modelos panel, a través del remuestreo con reemplazamiento; por cluster, de tal forma se logran datos suficientes para una buena estimación de los errores estándar, problema inherente a estos modelos. (Cameron, C., Trivedi, P., 2009)



Datos y variables

Se tomaron los registros notificados a la Secretaria de Salud del Distrito para el año 2009, provenientes de las salas ERA. Los registros correspondían a niños menores de 5 años atendidos diariamente en las salas, el registro se realiza diariamente, de forma individual y comprendían entre otros datos, edad (en meses), genero, diagnostico, localidad de residencia; como era de esperarse se encontraron problemas en el registro de los datos, en especial la localidad y fecha de atención. La SDS espera que para 2009 el número de consultas se encuentre alrededor de 38.000, sin embargo la información registrada solo era de aproximadamente 16.500 registros diarios/individuales y luego de depurar, quedaron alrededor de 7.500 registros que cumplían con el mínimo de fecha y localidad de residencia.

Los datos de concentraciones promedio diarias para PM10, fueron suministradas por la Secretaria de Ambiente Distrital para diferentes estaciones distribuidas en el perímetro urbano. Excluyéndose los datos de la estación de Puente Aranda que se encontraban en revisión.

Primero se concatenaron las bases para asignar a cada registro diario de consulta en sala ERA, un promedio diario de concentración para PM10 según la localidad de residencia.

Como se mencionó anteriormente, se utilizó un modelo de conteo, así que la base de datos se organizó de tal forma que quedara cada registro conformado por una variable que refleja el número de consultas atendidas por día/según localidad (variable dependiente), el promedio diario/localidad de PM10 (variable independiente de interés), también se agregaron a la base , variables de control, una variable Dummy que expresara si el día era parte de un fin de semana, así como variables meteorológicas temperatura, humedad relativa y velocidad del viento. Dentro de los modelos probados se establecieron rezagos para el PM10 entre 1 y 10 días.

V. ANÁLISIS DE RESULTADOS

Se estimó mediante modelos poisson y binomial negativo con las opciones pooled, population average, fixed effects y random effects con estimadores robust, boots y correlación no estructurada. Se rezagó la variable PM10 en 10 periodos. (Ver anexo 1); se seleccionaron los modelos poisson panel de efectos fijos y panel poisson de efectos aleatorios, ya que presentan características deseables: los signos corresponden a los esperados, la variable de interés PM10 es relevante en los dos casos y el ajuste de los modelos es bueno. Sin embargo el modelo poisson panel con efectos fijos muestra un Wald chi2 mayor que el modelo poisson panel de efectos aleatorios. Los resultados de estos modelos se pueden interpretar como semielasticidades (Cameron, C., Trivedi, P., 2009),

Panel poisson – efectos fijos Panel poisson – efectos aleatorios
PM10 .0070418 .0070423
P > |z| (0.032) (0.041)
Fines de semana -,456414 -.456409
P > |z| (0.000) (0.000)
Humedad relativa .018048 .018048
P > |z| (0.000) (0.000)
Wald Chi2 88.31 47.79
Prob > Chi2 0.0000 0.0000

El coeficiente de la variable PM10 es significativa y tiene signo positivo, esta relación positiva y significativa se encuentra acorde con la literatura revisada en la tercera parte de este documento. En términos generales, el coeficiente positivo indica que a mayor concentración de PM10 en el aire aumenta el número de consultas por enfermedades respiratorias en salas ERA, y en tanto, esta variable indica la incidencia de enfermedades respiratorias en la población de menores de 5 años, el coeficiente positivo implica que ante una disminución de la concentración de PM10 la incidencia de enfermedades también disminuye, en caso contrario el aumento en la concentración de PM10 aumenta la incidencia.

La variable de control fines de semana, es negativa y significativa, muestra que los fines de semana disminuye el número de consultas, una interpretación podría estar relacionada con la disminución en la concentración del contaminante durante estos días, sin embargo esta relación inversa se encontraría mejor explicada por la disminución en los reportes de las salas ERA, dicho de otra forma los padres pueden no estar llevando a los niños a consulta en los fines de semana, por lo cual estos días disminuye el número de consultas reportadas.

La variable humedad relativa, resultó significativa y con signo positivo. En este orden, la humedad relativa es la cantidad de vapor de agua en la atmósfera, por lo que un aumento de la humedad relativa, la cual tiene impacto en los mecanismos inmunológicos provocaría un aumento en la incidencia de las enfermedades respiratorias y por tanto un aumento en el número de consultas. Otras variables de control meteorológicas que se incluyeron en las estimaciones fueron temperatura y velocidad del viento, sin embargo estas no resultaron significativas, ni con el signo esperado en la mayoría de estimaciones. (Ver anexo).

También se realizaron estimaciones con los rezagos de PM10 entre 1 y 10 días, sin embargo estos resultaron no significativos, ni con el signo esperado, no obstante, en algunos casos los rezagos de 6, 9 y 10 días presentaron signo positivo, por lo que la variable dependiente número de consultas podría estar explicada por los eventos de concentración de PM10 anteriores a 5 días. (Ver anexo)

VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones:

Los anteriores resultados implican en relación con las preguntas de investigación:

i) Existe una relación entre la concentración diaria de PM10 y el número consultas por enfermedades respiratorias, esta relación es positiva y significativa y se expresa en que por cada 1mg/m3 que se disminuya la concentración de PM10, las consultas en salas ERA se reducirían en 0,7%, dicho de otra forma, cada 10mg/m3 que se disminuya la concentración de PM10 en el aire se reducirían en 7% las consultas en las salas ERA.

ii) La aplicación de la ley del diesel permite una disminución en las emisiones alrededor de 45% (Behrentz, E. y Giraldo, L.A., 2006), entonces podemos inferir que las consultas se reducirían en 31.5% por enfermedades respiratorias que representan aproximadamente $15.500.millones de costos evitados, basados en costos salas ERA ajustados a 2009 (Bustillo A. M., 2009) en salud para la ciudad, estos costos corresponden a los costos en salud que se evitarían con la mejora en el diesel con respecto a menores de 5 años que ya han estado enfermos.

iii) En el escenario donde el sistema de transporte masivo funciona con tecnologías EURO II, III y IV, que permitan el uso de filtros de partículas; la reducción de emisiones podría estar cercana al 95% (Behrentz, E. y Giraldo, L.A., 2006) esto generaría unos costos evitados por un monto cercano a los $33.000 millones esta cifra no incluye -por ejemplo- los costos evitados de los niños que no se habían enfermado y que con la mejora en la calidad del diesel no se enfermarán.


Recomendaciones:

Con base en lo anterior se puede pensar que la política pública tendiente a la implementación de mejores combustibles incrementa el bienestar de los hogares bogotanos, sin embargo para fortalecer y continuar incrementando los beneficios derivados de estas políticas es necesario que dichas medidas sean complementadas con disposiciones como exenciones arancelarias para adquirir tecnologías más limpias como las EURO II, III y IV para conformar los sistemas de transporte masivo; la creación incentivos tributarios para adquirir filtros de partículas; así como dar continuidad al planteamiento de políticas que reduzcan el uso de automóviles particulares en las ciudades colombianas. Lo anterior crearía un paquete de políticas públicas tendientes a mejorar la calidad de vida de los habitantes de centros urbanos en Colombia.

Desde el punto de vista de Distrito, la liberación de recursos permite dar otros usos alternativos a los recursos que se ahorraría por la mejora en la calidad del aire gracias a la implementación de la Ley 1205 de 2008; para la Secretaria Distrital de Salud los 15.000 millones equivaldrían a 42,000 vacunas contra el neumococo, alrededor del 5% del gasto anual para mantener el servicio de salud a la población pobre no asegurada, igualmente con estos recursos se podría dotar la infraestructura nueva de la Secretaria de Salud Distrital, además de ser cerca del 22% de los recursos invertidos en infraestructura de la red hospitalaria del Distrito , siendo un efecto colateral de la implementación de la ley 1205 de 2008.

Los operadores de los servicios de transporte, en primera instancia no cambian su función de costos ya que los precios no cambian, sin embargo, sus costos de mantenimiento podrían disminuir ya que el desgate de los motores es menor con combustibles bajos en azufre y permiten la implementación de nuevas tecnologías como los filtros.

En términos generales la implementación de normas para mejorar la calidad del combustible favorece la disminución de la contaminación y los costos sociales ocasionados por esta. Medidas como la Ley del diesel genera beneficios a los agentes privados que prestan el servicio de transporte, a los usuarios que se ven expuestos a una menor contaminación, a los hogares bogotanos que presentan una menor morbilidad relacionada con sintomatología respiratoria, y para el Distrito la medida redunda en beneficios mas allá de los costos evitados en salud y su consecuente liberación de recursos, en este sentido, la medida sitúa a la ciudad dentro de los estándares latinoamericanos de calidad del aire, lo que finalmente repercute en la competitividad de la ciudad.

IDENTIDADES REGIONALES EN CHILE

IDENTIDADES REGIONALES EN CHILE: UNA APROXIMACIÓN

DESDE LA TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL
Claudia Zúñiga R
Í
INTRODUCCIÓN

La descentralización se justifica en la diversidad. Al existir en la sociedad territorios y comunidades con necesidades, preferencias, historia, rasgos socioculturales, recursos, sistemas económicos y actores diversos, se requiere de políticas y apoyos también diversos. En estas circunstancias, las políticas centralizadas no logran responder con pertinencia a las situaciones particulares y se requiere una modificación de las funciones y acciones del Estado central, que se traduce en cambios en las relaciones de poder.
Así, la descentralización implica, básicamente, dos grandes procesos. Por un lado, la transferencia de competencias y recursos desde la administración central del gobierno nacional, a entidades de gobierno de nivel subnacional, como municipios, regiones, provincias o estados. Y por otro, dotar a la sociedad civil y sus organizaciones de nuevos poderes y que participen en las decisiones de diferentes expresiones del poder público. De allí que se le considere, esencialmente, como un proceso de devolución de poder desde el sector público a la ciudadanía (Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo, 2002).
A partir de la década de los sesenta, la descentralización ha logrado un espacio creciente en la agenda pública y política de Chile, y ha experimentado algunos avances, como el proceso de regionalización, la democratización de los municipios y la creación de Gobiernos Regionales. Sin embargo, y según un informe de la propia Subsecretaría de Desarrollo Regional (2001), en general ha predominado una insuficiente voluntad política, una falta de consenso sobre las limitaciones y desafíos del proceso, y la inexistencia de una visión prospectiva de un modelo y una política de descentralización. Tales debilidades se reflejan, entre otros aspectos, en que el proceso de descentralización chileno ha tenido hasta ahora un fuerte sesgo administrativo, observándose un rezago en los ámbitos político y fiscal, lo cual frena su avance y efectividad.
La propia historia del país se ha encargado de cultivar una fuerte raigambre centralista, que dificulta las iniciativas descentralizadoras. Desde el período de dominación española hasta nuestros días, se ha asentado una fuerte y eficaz concentración del poder en la metrópolis, tendencia que se expresa cotidianamente, tanto a nivel societal como individual. Desde las instituciones a los ciudadanos, todos en diversa medida, manejan concepciones piramidales del ejercicio del poder, donde Santiago es el núcleo geográfico del mismo. En términos organizacionales, tal cultura centralista no es exclusiva de las burocracias públicas o de los partidos políticos, sino que se extiende a toda forma de organización. Ejemplo de esto son los gremios, sindicatos, agrupaciones empresariales, medios de comunicación, e incluso organizaciones estudiantiles y sociales en general (SUBDERE, 2001).
Más aún, según el Instituto Libertad y Desarrollo (2004), centro de investigación vinculado a la oposición, en el proyecto de ley de presupuesto para el próximo año, más del 80% de la inversión del Gobierno Central corresponderá a inversión de decisión sectorial y a inversiones realizadas por el Gobierno Central en empresas del Estado. Así, para el año 2005 los recursos destinados a inversión de decisión regional representarían sólo el 17,7% de los recursos de inversión del Gobierno Central.
La actual división regional de Chile comenzó a implementarse a partir del año 1974, debido a que las peculiares características geográficas del país, tales como su gran extensión longitudinal, la existencia de zonas desérticas, montañosas, insulares, con recursos muy diversos, la desigual distribución de su población, concentrada en su mayor parte en Santiago, unidos a una excesiva centralización administrativa, impedían el cumplimiento de objetivos de carácter nacional como la integración, la seguridad y el desarrollo socioeconómico. Así, la regionalización consistió en una reforma administrativa y una división interna del territorio en 13 regiones. Posteriormente, se definieron las provincias y comunas (Para una síntesis de las funciones y atribuciones de los gobiernos regionales, provinciales y comunales, ver Apéndice I)
De este modo, las actuales regiones fueron nominadas por decreto y sin que necesariamente sus límites territoriales correspondieran a una historia sociocultural vinculada a una geografía. Esto explicaría, en parte, por qué los plazos e hitos de la descentralización chilena no han coincidido con el ritmo sociocultural del proceso, ya que es difícil que el conjunto de las energías sociales se ponga al servicio de unidades territoriales creadas por vía administrativa. Los territorios, para que logren constituirse en un depósito de energía social y cultural, deben efectivamente dar cuenta de una identidad cultural y geográfica real, y este no fue ni el criterio ni el resultado de la conformación de las trece regiones del país (Raczynski y Serrano, 2001).
No obstante, han pasado ya casi 30 años desde su origen, durante los cuales las regiones chilenas han acumulado una trayectoria y cuentan con una experiencia compartida sobre la cual podrían fortalecer su identidad, ya que el grupo se crea precisamente cuando hay una identificación común con un proyecto compartido.
Proponemos por tanto, que para avanzar en el proceso de descentralización debe reforzarse el trabajo en el ámbito sociocultural, eje vertical de la construcción de la región. Así, un aspecto que será clave a la hora consolidar esta nueva forma de organización, es la percepción que los ciudadanos tienen de sí mismos y sus instituciones, en su calidad de colectivo territorial, es decir, de su propia identidad regional. Desde esta perspectiva, una política de descentralización deberá abordar el desafío de reconocer, en los nuevos esquemas adoptados, las identidades territoriales existentes, revalorizar la relación de los chilenos con su territorio, y fortalecer y constituir los actores regionales y locales (SUBDERE, 2001).
Este desafío es, en síntesis, generar un proceso de fortalecimiento de la identidad regional en los ciudadanos, que dé un impulso endógeno al proceso de descentralización. En otras palabras, para que ésta avance más rápidamente, se requiere de una población que, al identificarse con cada una de sus regiones, apoye y presione por un mayor traspaso de poder a las esferas regionales de administración del Estado.
En este contexto, nos hemos planteado como problema de investigación el conocer la intensidad, los significados y los correlatos psicosociales de la identidad regional en estudiantes universitarios de dos regiones chilenas.
Esta investigación nos permitirá evaluar hasta qué punto una categoría social impuesta externamente, hace casi tres décadas, como son las regiones chilenas, ha sido asumida por las personas e incorporada a su propio autoconcepto, y determinar así, si el proceso descentralizador chileno está o no en vías de superar el carácter meramente administrativo y funcional, a través de identidades regionales distintivas que posibiliten la definición de propósitos y metas compartidas. El estudio comparativo entre regiones nos permitirá saber, además, si este proceso ha seguido o no ritmos similares en las distintas regiones.
Ahora bien, tanto si esta “apropiación” de la categoría se ha logrado, como si no, es necesario conocer qué significa para los individuos su pertenencia a una región determinada, puesto que lo más probable es que las imágenes y significados asociados tanto a la identidad regional como a la nacional, sean distintos dependiendo de las características del contexto regional y de las motivaciones y valores personales. Y sólo conociendo las funciones y significados que esta identidad puede tener, será posible definir las estrategias apropiadas para promoverla.
En cuanto al estudio de los correlatos psicosociales de la identidad regional, prestaremos especial interés a la relación entre ésta y la identidad nacional, lo que nos permitirá dar respuesta a algunos de los temores que hasta el momento han dificultado el proceso de descentralización, y que dicen relación con la posible disminución de la unidad nacional y los riesgos asociados de discriminación intergrupal.
Hemos elegido a estudiantes universitarios como población objetivo por dos razones, primero, porque son un grupo que en su mayoría ha nacido después de la creación de las regiones, y a diferencia de sus padres no ha conocido otra forma de división territorial; y en segundo lugar, porque consideramos que este grupo sociodemográfico es uno de los que más posibilidades tiene de liderar futuros procesos de descentralización política y fortalecimiento de las identidades regionales.
Entenderemos por región, cada una de las trece entidades territoriales definidas por la actual división político-administrativa del país, y hemos desarrollado la investigación en las regiones de Valparaíso y La Araucanía, las que fueron seleccionadas buscando reflejar la máxima diversidad de situaciones culturales y socioeconómicas. Esta selección se basó fundamentalmente en cuatro criterios, el Índice de Desarrollo Humano (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2000), distancia del centro político-administrativo, porcentaje de ruralidad y presencia de minorías étnicas (Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, www.ine.cl, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo www.pnud.cl).
La región de Valparaíso presenta un nivel de desarrollo humano similar a la media del país, bajas tasas de población rural (8,17% de las viviendas) y sólo un 1,22% de sus habitantes pertenece a algún pueblo indígena. Se encuentra a escasa distancia de la capital nacional (120 Km) y muy bien comunicada con ésta a través de una expedita red de carreteras y línea férrea, y es además, sede del Congreso Nacional, única institución del Estado cuya sede central está fuera de la capital nacional.
La Araucanía presenta uno de los más bajos índices de desarrollo humano, el mayor porcentaje de población en condiciones de pobreza e indigencia del país, y altas tasas de población rural (34,38% de las viviendas). Está a una distancia media de la capital nacional (677 Km), y es la región con mayor porcentaje de población indígena (23,46%), ya que es el territorio originario del principal pueblo indígena de Chile, los Mapuches. En los últimos años, y producto de múltiples y complejas causas, como la misma pobreza, problemas legales con la tenencia de tierras, demandas de reconocimiento cultural, e incluso de autodeterminación, entre otras, se ha generado una situación de intenso conflicto entre algunas comunidades indígenas y el Estado chileno, así como entre las comunidades y los agricultores y empresas forestales de los alrededores.
Sumario de Objetivos
En función de nuestro problema de investigación nos hemos planteado los siguientes objetivos.
a) Objetivo instrumental:
1. Construir una escala de identidad regional para ser aplicada en estudiantes universitarios chilenos.
b) Objetivos centrales, ordenados de acuerdo a su carácter general o específico:
.1. Conocer el nivel y significados de la identidad regional de los estudiantes universitarios en cada región estudiada.
1. 1.1. Conocer el nivel de identidad regional de los estudiantes universitarios en cada región estudiada.
2. 1.2. Conocer el significado que tiene la identidad regional para los estudiantes universitarios en cada región estudiada.
.2. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional y la discriminación intergrupal.
1. 2.1. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional y la identidad nacional.
2. 2.2. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional y las actitudes hacia otros grupos regionales.
3. 2.3. Determinar el nivel de asociación entre la prototipicidad relativa percibida del grupo regional respecto al nacional y las actitudes hacia otros grupos regionales.
.3. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional de los estudiantes y otras variables regionales e individuales.
1. 3.1. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional y características propias de la región.
2. 3.2. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional y características propias del individuo.
3. 3.3. Determinar el nivel de asociación entre la identidad regional y las actitudes hacia la descentralización.


Sumario de Hipótesis
Para el objetivo general 1:
1. 1. Los estudiantes universitarios chilenos presentan niveles moderadamente altos de identidad regional.
2. 2. La identidad regional de los estudiantes universitarios chilenos se asocia a valores de apertura al cambio.
.3. La identidad nacional de los estudiantes universitarios chilenos se asocia a valores de conservación.
.Para el objetivo general 2:
3. 4. Existe una relación positiva y significativa entre el nivel de identidad regional y el nivel de identidad nacional.
4. 5. Existe asociación entre la identidad regional y las actitudes hacia otros grupos regionales.
.6. Existe una relación positiva y significativa entre el nivel de prototipicidad relativa percibida y la discriminación hacia otros grupos regionales.
.Para el objetivo general 3:
5. 7. Existe una asociación entre la intensidad de la identidad regional de los estudiantes, y la región en la que viven.
6. 8. Existe una asociación significativa entre el nivel de identidad regional y la región de nacimiento, siendo mayor la identidad regional de los estudiantes que han nacido en la región.
7. 9. Existe una asociación significativa entre el nivel de identidad regional y la región de nacimiento de los padres, siendo mayor la identidad regional de los estudiantes cuyos padres han nacido en la región.
8. 10. Existe una relación positiva y significativa entre el nivel de identidad regional y los años que se lleva viviendo en la región, en caso de no haber nacido en ésta
9. 11. Existe una relación positiva y significativa entre el nivel de identidad regional y las actitudes hacia la descentralización.
10. 12. Existe una relación positiva y significativa entre el nivel de identidad regional y la participación en organizaciones.

CAPÍTULO 1. PLANTEAMIENTOS TEÓRICOS


1. Desarrollos Teóricos Sobre la Identidad Social
La mayoría de los modelos que intentan explicar los procesos de identificación social asumen que las personas se identifican con numerosos grupos o categorías sociales y que estas identificaciones múltiples existen simultáneamente bajo el marco más general del autoconcepto (Deaux 1996).
En los últimos años, el autoconcepto ha llegado a ser un objeto de estudio muy popular en la psicología social. Brewer y Gardiner (1996), por ejemplo, distinguen tres formas distintas de autoconcepto, el yo individual (definido por rasgos personales que diferencian al yo de todos los otros), el yo relacional (definido por relaciones diádicas que asimilan el yo a otras personas significativas), y el yo colectivo (definido por pertenencias grupales que diferencian el “nosotros” del “ellos”).
Otros muchos autores han distinguido también entre el yo colectivo y el yo individual, entre ellos Deaux (1996), Greenwald y Pratkanis (1984), Luhtanen y Crocker (1992), y Triandis (1989).
La Teoría de la Identidad Social, por su parte, desarrollada por Tajfel (Tajfel, 1984; Tajfel y Turner, 1989), y muy especialmente la teoría de la categorización del yo, plantea que existen dos aspectos distintos en el autoconcepto: la identidad personal y la identidad social.
La identidad social es reconocida actualmente por la mayoría de los psicólogos sociales como un concepto clave para teorizar acerca de los procesos sociales. Una de las razones de este creciente interés es la posibilidad que brinda la identificación social para abordar diferentes dominios de análisis. Así, tal como señala Deaux (2000), la identidad social puede ser usada para describir a) la estructura del yo de los individuos, tal como ellos son definidos por pertenencias a categorías (Reid y Deaux, 1996; Rosemberg y Gara, 1985; Striker, 1987); b) El carácter de las relaciones intergrupales (Tajfel y Turner, 1979); o c) la relación del individuo con la estructura social general (Breakwell, 1993; Moscovici, 1988).
El concepto de identidad goza también de una larga y prolífica tradición en otras ciencias sociales, siendo uno de los conceptos vínculo entre la psicología, la psicología social y la sociología, y por ello pueden encontrarse numerosas perspectivas al respecto, desde las más sociológicas, como el interaccionismo simbólico (a partir de los primeros trabajos de G. Mead y Cooley), hasta corrientes contemporáneas más constructivistas o discursivas (Shotter y Gergen, 1989).
Comparaciones entre la tradición del interaccionismo simbólico y los modelos de identidad social revelan varios supuestos comunes, así como un buen número de divergencias (Hogg, Terry y White, 1995; Thoits y Virshup, 1997). Ambas tradiciones teóricas suponen que el yo es construido en, y dependiente de, el contexto social, y ambas suponen una multiplicidad de definiciones del yo. Los modelos sociológicos, particularmente el de Stryker (1980, 1987), prestan más atención a cuestiones estructurales, atendiendo tanto a las características del sistema en el cual el yo se encuentra inserto, como a la naturaleza de la estructura del yo en sí misma. Los modelos psicológicos de la identidad social se preocupan más por los procesos, particularmente por los procesos cognitivos de categorización y comparación. En términos de Thoits y Virshup (1997), las teorías sociológicas se focalizarían más en el “yo” (como estructura interna y estable) mientras que las teorías psicosociales tratarían más explícitamente con el “nosotros” interactivo.
En este marco, Brewer (2001) ha integrado los aportes de la psicología social, la sociología, y la ciencia política para identificar cuatro perspectivas generales sobre la identidad social: a) Identidades sociales basadas en la persona, que enfatizan el modo en que las propiedades grupales son internalizadas por los miembros del grupo como parte de su autoconcepto; b) Identidades sociales relacionales, que definen el yo en relación con otras personas específicas con las que uno interactúa en un contexto grupal; c) Identidades sociales basadas en el grupo, donde se encontraría la teoría de la identidad social; y d) Identidades colectivas, que se refieren al proceso por el cual los miembros del grupo no sólo comparten los atributos que los autodefinen, sino que se involucran también en la acción social de forjar una imagen de lo que el grupo significa y cómo éste es representado y visto por otros (Hogg, 2001).
Además, Deaux, Reid, Mizrahi y Ethier (1995) sugieren que aunque la identidad social y la personal difieren cualitativamente una de otra, hay también importantes diferencias cualitativas entre distintos tipos de identidad social, como por ejemplo, la identidad étnica, la identidad religiosa, o la identidad política.
Todas estas divergencias nos sugieren que es necesario ser cauteloso cuando se hacen declaraciones sobre la naturaleza de identificación social. De hecho, incluso considerando las distintas perspectivas, tanto sociológicas como psicológicas, y contando así con un marco teórico de amplio alcance, muchas de las cuestiones sobre identificación social aún necesitan ser resueltas (Deaux, 2000).
2. Teoría de la Identidad Social
La teoría de la identidad social de Henri Tajfel (Tajfel, 1984; Tajfel y Turner, 1989), es un modelo desarrollado, originalmente, para explicar la relación entre categorización y discriminación intergrupal. Más tarde, John Turner ha enfatizado y ampliado en el modelo los aspectos relacionados con la categorización, desarrollando una teoría cognitivamente orientada de la categorización del yo que distingue entre la identidad social y la personal sobre la base de la saliencia situacional (Turner, 1990). Y sólo recientemente, la teoría de la identidad social y la teoría de la categorización del yo han comenzado a ser descritas como un todo integrado (Hogg, 2001).
Desde la teoría de la identidad social, podemos decir que la identidad personal se refiere a cómo las personas se ven a sí mismas como individuos, y la identidad social en cambio, se refiere a cómo ellos ven los grupos sociales a los que pertenecen (Luhtanen y Crocker, 1992). Es decir, la identidad personal incluye atributos específicos del individuo, tales como competencias, talento y sociabilidad, por ejemplo, y la identidad social “es aquella parte del autoconcepto de un individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo (o grupos) social, junto con el significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia” (Tajfel, 1984, p. 292).
La teoría de la identidad social plantea también que un individuo es miembro de numerosos grupos sociales, y que esa pertenencia contribuye, positiva o negativamente, a la imagen que cada uno tiene de sí mismo (Tajfel, 1984).
Ahora bien, no todos los grupos son válidos para este objetivo. En concreto, no son válidos los grupos basados únicamente en categorías sociales y los grupos pequeños de interacción directa. El grupo que se vincula a la identidad social es el grupo psicológico, que ha de poseer tres características: a) una percepción por parte del individuo de que pertenece al grupo; b) la conclusión de que la pertenencia a ese grupo recibe una evaluación social positiva o negativa y de una cierta intensidad; y c) un cierto tipo de afecto asociado a la conciencia de la pertenencia grupal (Morales, 1999, p.81). En consecuencia, la identidad social puede derivar de una gran variedad de pertenencias grupales, incluyendo las basadas en la etnia, el género o la ocupación.
Según Tajfel, al menos en nuestros tipos de sociedades, las personas se esfuerzan por lograr un concepto o imagen de sí mismas satisfactorio, y para ello, algunas de estas pertenencias resultan más relevantes que otras, y algunas pueden cambiar con el tiempo y en función de las distintas situaciones sociales.
De este reconocimiento de la identidad en términos socialmente definidos, Tajfel (1984, p. 293) desprende varias conclusiones respecto a la pertenencia grupal:
. • Puede suponerse que un individuo tenderá a permanecer como miembro de un grupo, y a buscar la pertenencia a nuevos grupos, si éstos tienen alguna contribución que hacer a los aspectos positivos de su identidad social, es decir, a aquellos aspectos de los que obtiene alguna satisfacción.
. • Si un grupo no satisface este requisito, el individuo tenderá a abandonarlo, a menos que el abandono del grupo resulte imposible por razones objetivas, o que este abandono entre en conflicto con valores importantes para el individuo, que en sí mismos son una parte de su autoimagen aceptable.
. • Si el abandono del grupo presenta las dificultades mencionadas, son posibles al menos dos soluciones: cambiar la interpretación que uno hace de los atributos del grupo, de forma que sus características desagradables (por ejemplo el bajo estatus) se justifiquen o se hagan aceptables a través de la reinterpretación, o aceptar la situación tal como es y comprometerse en una acción social que cambiaría la situación en el sentido deseado.
. • Ningún grupo vive aislado, todos los grupos en la sociedad viven en medio de otros, y los aspectos positivos o negativos de la identidad social, la reinterpretación de los atributos, y el comprometerse en la acción social, sólo adquieren significado en relación, o en comparación, con otros grupos.

Las características de un grupo como un todo (su estatus, riqueza o pobreza, color de la piel, capacidad para lograr sus objetivos, etc.) alcanzan su mayor significación cuando se las relaciona con las diferencias que se perciben respecto de otros grupos y con las connotaciones de valor de esas diferencias. La privación económica, por ejemplo, adquiere importancia para las actitudes, intenciones y acciones sociales, principalmente cuando se convierte en privación relativa. La facilidad o dificultad de acceso a los medios de producción y consumo de bienes, a los beneficios y a las oportunidades, se hacen psicológicamente relevantes sobre todo en comparación con otros grupos. La definición de un grupo (nacional, étnico o de cualquier otro tipo) no tiene sentido a no ser que existan otros grupos a su alrededor. Un grupo se convierte en tal, en el sentido de que se percibe como teniendo características comunes o un destino común, principalmente porque otros grupos están presentes en el medio ambiente (Tajfel, 1984).
Mecanismos básicos de la identidad social
Para Deaux (1996), tres son los mecanismos básicos de la identificación social: la categorización social o aspectos cognitivos de la identificación, los aspectos afectivos y la interacción e interdependencia.
Categorización social: Como plantea Tajfel (1984), la identidad social de un individuo sólo puede definirse a través de los efectos de las categorizaciones sociales, que segmentan el medio ambiente del individuo en su propio grupo y otros grupos (Tajfel, 1984).
La categorización social es un proceso de unificación de objetos y acontecimientos sociales en grupos que resultan equivalentes con respecto a las acciones, intenciones, y sistemas de creencias de un individuo (Tajfel, 1984). Dichas categorizaciones están concebidas como instrumentos cognitivos que segmentan, clasifican y ordenan el ambiente social, y permiten así al individuo emprender muchas formas de acción social. Pero las categorizaciones no se limitan sólo a sistematizar el mundo social, sino que proporcionan también un sistema de información para la autoreferencia, es decir, crean y definen el lugar de la persona en la sociedad. Los grupos sociales, entendidos en este sentido, proporcionan a sus miembros una identificación de sí mismos en términos sociales, y estas identificaciones son en gran medida relacionales y comparativas: definen a la persona como similar o diferente de miembros de otros grupos y como “mejor” o “peor” que ellos (Tajfel y Turner, 1989)
Turner contribuye a la teoría de la identidad social con una detallada consideración del proceso de categorización del yo, refiriéndose a las condiciones bajo las cuales una persona llega a ser consciente de su pertenencia a un grupo social, es decir, las condiciones bajo las cuales un grupo particular llega a ser relevante en el proceso de autodefinición (Ethier y Deaux, 1990).
La teoría de la categorización del yo plantea que las categorizaciones del yo forman parte de un sistema jerárquico de clasificación. Esto es, que se forman en diferentes niveles de abstracción relacionados por medio de las inclusiones de clase. Cuanto más inclusiva sea la categoría del yo, mayor será el nivel de abstracción, y cada categoría se incluye por completo en otra más inclusiva (salvo el nivel más elevado) pero no la agota (Turner, 1990).
Según Turner (1990), hay al menos tres niveles de abstracción de categorización del yo importantes para el autoconcepto social: a) nivel superordenado de categorizaciones del yo como ser humano, basadas en características comunes compartidas con otros miembros de la especie en comparación con otras formas de vida (identidad humana), b) nivel intermedio de categorizaciones endogrupo-exogrupo, basadas en semejanzas y diferencias sociales entre seres humanos que le definen a uno como miembro de determinados grupos y no de otros (identidad social), y c) nivel subordinado de categorizaciones personales del yo, basadas en diferencias entre uno, como individuo único, y otros miembros del propio grupo, que le definen a uno como persona individual específica (identidad personal).
A diferencia de la categoría humana y de la categoría personal (que son unívocas), el nivel social es complejo y múltiple, y puede incluir muchas categorías jerarquizables sobre la base del grado de abstracción de los agrupamientos a que se refiere (Salazar, 1996).
Dadas las múltiples identidades que conviven en cualquier ser humano el problema de la “saliencia” o activación de una u otra de ellas se convierte en un asunto de necesario abordaje. Dos son los elementos a tomar en cuenta para explicar la saliencia de una categoría: la accesibilidad (la facilidad con que un patrón de estímulos recibido va a ser codificado o identificado como una categoría) y el ajuste (el grado en que la realidad concuerda con los criterios que definen la categoría). La accesibilidad relativa depende del contexto en el que se realice la categorización, y el ajuste depende de la percepción de similitudes y diferencias dentro de un marco perceptivo y normativo (Salazar, 1996).
La formación de una categoría depende de la comparación de estímulos. Dentro de cualquier marco de referencia es más probable que una colección de estímulos se categorice como una entidad, es decir, que se agrupen como idénticos, en la medida en que las diferencias entre estos estímulos en las dimensiones pertinentes de comparación (diferencias intraclase), se perciban como menores que las existentes entre esa colección y otros estímulos (diferencias interclases) (Turner, 1990).
Como plantea Deaux (1996), existe en muchos casos una asignación externa de categorías basadas en evidencias objetivas. De hecho, son muchas las pertenencias grupales que vienen dadas por nacimiento, ante las que cabría pensar que por tratarse de categorías “objetivas” la persona no tendría posibilidad de elección. Sin embargo, y de acuerdo con Morales (1999), la identificación no es inevitable, ni mucho menos un proceso mecánico. No es suficiente etiquetar a una persona con un rótulo objetivo para que ella se identifique con la categoría a que se refiere dicho rótulo.
Deaux (1996) señala que la asignación externa de una categoría puede interpretarse de dos formas. En primer lugar, supone creer que ese alguien va a aceptar internamente, de buen grado y sin resistencia, tal asignación. Y en segundo lugar, asumir que con la aceptación de la categoría la persona aceptará todo aquello que la categoría lleva consigo, es decir, el significado consensual de esa categoría en el medio social de que se trate (Morales, 1999). Ante esto, es necesario recordar la propuesta de Deaux en el sentido de que las características externas que sirven para inducir el proceso de identidad, no necesariamente son las mismas para los observadores externos que para la persona o personas afectadas (Morales, 1999). En esto coincide con la distinción realizada por Tajfel sobre criterios objetivos-externos y subjetivos-internos de la pertenencia grupal y la relación entre ambos.
Aspectos afectivos de la identificación. Como plantea Morales (1999), la asociación entre identificación y emociones fue puesta de relieve por el propio Tajfel al señalar que la pertenencia grupal siempre acaba traduciéndose en algún tipo de activación emocional y no se agota en la mera conciencia de la pertenencia (elemento cognitivo) ni en el conocimiento de su alcance social (elemento evaluativo). De hecho, muchas veces la categorización por sí sola no es capaz de explicar todo el abanico de fenómenos de la identificación, pero pese a ello, los modelos con un énfasis más cognitivo consideran que el afecto es sólo una consecuencia del proceso de categorización, más que un componente intrínseco.
Como señala Deaux (1996), aunque no es necesario tomar la posición de que todas las identificaciones sociales involucran algunos elementos afectivos, no es fácil imaginar alguna forma de identificación social sin elementos emocionales. Y así como en algunos tipos de identidad es más probable que se incluyan elementos emocionales que en otros, la primacía de los contenidos emocionales también puede variar dependiendo del momento y la situación.
Según muchos autores, en la formulación de la teoría de la identidad social, Tajfel plantea que el afecto opera primariamente a través de la autoestima. Ante esto, Morales (1999, p.101) nos recuerda que Tajfel se refiere, más que a la autoestima, a una “búsqueda de distintividad positiva” y que han sido autores posteriores a Tajfel quienes han hecho equivalentes ambos conceptos, pasando por alto que los planteamientos tajfelianos discurren siempre en un plano social y no meramente individual.
Sin embargo, aún concientes de esta distinción, debemos reconocer que en la teoría de la identidad social la autoestima aparece estrechamente vinculada a los procesos de comparación social. Así, una persona, al evaluar su propio grupo frente a otro, alcanzará un alto grado de satisfacción si el resultado de la comparación es favorable, mientras que si es desfavorable, el afecto negativo la llevará a buscar alguna forma de cambio (Morales, 1999).
Así, para algunos autores, el componente afectivo de la identificación sería el más determinante para la predicción de la conducta colectiva (Ellemers, 1993; Kelly y Breinlinger, 1996).
Interacción e interdependencia. Con cierta frecuencia se ha planteado la posible relación existente entre identificación social e interdependencia, pero, tal como señala Deaux (1996), los aspectos cognitivos y afectivos de la identificación pueden operar en ausencia de un contacto actual con otros miembros de la categoría compartida.
La teoría de la categorización del yo plantea que se requiere de un contexto grupal para que la categorización ocurra, y en este contexto existe la posibilidad de que la acción colectiva emerja, pero dicha manifestación es una consecuencia posible de la identificación más que una característica necesaria del proceso.
Brown (1988) plantea una importante distinción entre interdependencia de destino e interdependencia de tarea. La interdependencia de destino, o sentido de destino común, como otros le llaman, es la creencia de que el propio destino es compartido por otros similares. En este caso, e incluso cuando los resultados de una situación sean compartidos, la interacción entre los miembros no es un elemento necesario.
La interdependencia de tarea en cambio, se refiere a cuando las personas están directamente involucradas con otros en la búsqueda de un objetivo. Los resultados, tanto de éxito como de fracaso, son compartidos por los miembros del grupo (suponemos que Brown esta asumiendo que esas personas configuran un grupo psicológico, lo que, sin embargo, no tiene por que ocurrir en todos los casos). Esta sería una forma más fuerte de interdependencia y no está asociada con todas las formas de identificación social.
De hecho, de acuerdo con Morales (1999), la gran ventaja de las identificaciones es que no exigen ningún tipo de interacción previa con las personas o grupos que constituyen su objeto. Esto es lo que ocurre en las identificaciones con las grandes categorías, como por ejemplo el género, la religión o la nacionalidad.
Estructura de la identidad social.
La investigación basada en la teoría de la identidad social ha enfatizado una conceptualización unidimensional de la identificación, aún cuando existe alguna evidencia que indica que se trataría más bien de un constructo multimensional (Hinkle, Taylor, Fox-Cardamone y Cook 1989). De hecho, la misma definición de Tajfel de identidad social sugiere esta naturaleza multidimensional “…es aquella parte del autoconcepto de un individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo (o grupos) social, junto con el significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia” (Tajfel, 1984, p. 292). Esta definición incluye tres claros componentes potenciales de la identificación: el conocimiento o aspectos cognitivos de la pertenencia grupal; los aspectos evaluativos de dicha pertenencia; y los aspectos emocionales o afectivos asociados al hecho de pertenecer al grupo.
Brown y colaboradores (Brown, Condor, Mathews, Wade y Williams, 1986) utilizaron precisamente estas tres dimensiones como base para generar los ítems comprendidos en su escala de medición de la identificación. Estos autores informaron de un análisis factorial de la escala que arrojó una solución de tres factores, con correlaciones interfactoriales entre
0.20 y 0.48, y al considerar dichas correlaciones demasiado altas, concluyeron que la escala reflejaba en realidad una estructura unidimensional.
Hinkle y colaboradores (1989) sostienen en cambio, que dichas intercorrelaciones factoriales son más bien modestas, y pueden por tanto, interpretarse como indicadoras de la utilidad de un acercamiento multidimensional. Así, estos autores adaptan la escala de Brown y colaboradores, manteniendo 6 de sus 10 ítemes e incorporando tres más, e hipotetizan que la estructura de la escala de identificación será multifactorial y que los factores se corresponderán con los aspectos cognitivos, evaluativos y afectivos de la identificación. En efecto, los datos confirman la existencia de tres factores, pero sólo dos corresponden a los esperados, y son los componentes cognitivos y los componentes emocionales. Los aspectos evaluativos no surgen como un factor diferenciado y el tercer factor correspondería a una oposición entre las necesidades individuales y la dinámica grupal.
Los ítemes de la escala de Hinkle y colaboradores son:
1. 1. Yo me identifico con este grupo.
2. 2. Estoy alegre de pertenecer a este grupo.
3. 3. Me siento apoyado por este grupo.
4. 4. Pienso que este grupo trabaja bien junto.
5. 5. Yo me veo a mí mismo como una parte importante de este grupo.
6. 6. Yo no ajusto bien con los otros miembros de este grupo.
7. 7. No considero que este grupo sea importante.
8. 8. Me siento incomodo con los miembros del grupo.
9. 9. Siento fuertes vínculos con este grupo.

Además de los componentes de la identificación que ya hemos mencionado, nuevas versiones de la teoría de la identidad social sugieren que hay otros aspectos importantes de la identidad social que deben ser también considerados. Turner (1982) plantea que la identificación a nivel grupal puede distinguirse de la identificación a nivel interpersonal. Esto es, que los miembros del grupo pueden, en un momento, identificarse con el nivel grupal o la categoría (por ejemplo, la etnia, la nacionalidad, la ocupación, etc.), mientras que en otro momento su comportamiento puede verse más influido por un vínculo interpersonal con otros miembros del endogrupo (Karasawa, 1991).
Es en estos supuestos que se basa Karasawa (1991) para construir su escala de medida de la identificación endogrupal. Este autor consideró tres aspectos de la identificación. Los dos primeros se refieren al nivel grupal, que se correspondería conceptualmente con la noción de identidad social de Tajfel (1984), y basándose precisamente en la definición de ésta y en el estudio de Hinkle y colaboradores (1989), plantea que la identificación a nivel grupal se dividiría en dos componentes: cognitivos (conciencia de pertenencia) y afectivos (significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia). El tercer aspecto considerado fue la identificación con otros miembros del endogrupo, partiendo de la base de que el vínculo emocional con otros miembros del grupo, y la influencia social por parte de esos pares, podría ser un aspecto subyacente de la identificación grupal. El análisis factorial realizado para explorar las relaciones entre estos tres componentes hipotetizados, sólo arrojó dos factores, el primero representa la identificación con el grupo, y el segundo es interpretado como la identificación con los miembros del endogrupo. Así, este estudio aportaría evidencia empírica a favor de la propuesta de Turner (1982) respecto a que es necesario distinguir entre la identificación con el grupo y la identificación con los miembros del grupo, y que ambas deben ser tratadas en forma independiente.
Los ítemes de la escala de Karasawa son:
1. 1. ¿Usted pensaría que es exacto si le describieran como un típico estudiante de esta escuela?
2. 2. ¿Cuán a menudo reconoce usted el hecho de que es un estudiante de esta escuela?
3. 3. ¿Se sentiría bien si le describieron como un estudiante típico de esta escuela?
4. 4. ¿Cuán a menudo usted menciona el nombre de esta escuela cuando se presenta?
5. 5. ¿En qué medida se siente usted vinculado a esta escuela?
6. 6. ¿Hay muchos estudiantes en esta escuela que influencian sus pensamientos y comportamientos?
7. 7. ¿De dónde son la mayoría de sus mejores amigos, de esta escuela o no?

Además de los ya mencionados, otros investigadores han comenzado también a considerar la naturaleza multidimensional de la identificación grupal. Entre ellos, debemos destacar a Luhtanen y Crocker (1992), quienes, originalmente motivados por un interés en la autoestima dentro del contexto intergrupal, desarrollaron una escala de autoestima colectiva, cuyas subescalas consideran varios aspectos de la identidad social. La sub escala de pertenencia mide los sentimientos del individuo respecto a ser o no un miembro valioso del grupo; la subescala de autoestima colectiva privada valora los juicios personales acerca de cuán bueno es el propio grupo; la subescala de autoestima colectiva pública valora los juicios acerca de cómo otras personas evalúan al propio grupo; y la subescala de identidad, valora la importancia de la pertenencia a un grupo para el autoconcepto.
Medición de la identidad social.
Deaux (2000) señala que la teoría de la identidad social ha tendido a homogeneizar el concepto de identidad social, asumiendo que todas las identidades operan según los mismos principios básicos. Así, determinantes, operaciones y consecuencias establecidas con una identidad seleccionada o construida (vía paradigma del grupo mínimo) se presumen generalizables a otras identidades. Esto ha sido una práctica común pues se ha asumido que los procesos generales son más informativos que el análisis de casos individuales. En efecto, Deaux no niega el valor de analizar procesos que puedan ser generalizables a múltiples situaciones, pero plantea que es igualmente importante considerar las cualidades únicas y los significados idiosincráticos que los casos particulares puedan tener.
Así, Deaux (1992) señala que en el estudio de la identidad hay dos aspectos que merecen especial atención: a) la intensidad de una identidad (su saliencia, centralidad o importancia subjetiva, o el grado de identificación con una categoría social dada), y b) los significados asociados a las identidades.
Intensidad de la identidad: La fuerza de la identificación de una persona con un grupo es un factor de gran relevancia, puesto que aunque las personas pueden compartir una misma categoría cognitiva, su grado identificación con esa categoría puede variar substancialmente, y estas variaciones tienen importantes consecuencias en su comportamiento.
Significados de la identidad: Como plantea Deaux (2000), es un supuesto común que una identidad social dada tiene esencialmente el mismo significado y trascendencia para todos los individuos que se identifican con dicha categoría, sin embargo, tal como las personas varían en la importancia y prioridad que conceden a una identidad particular, también pueden diferir en el significado que asocian a esa identidad. Al mismo tiempo, la naturaleza social de las identidades implica que hay una construcción social del significado, que conduce a las personas a mostrar consenso en al menos algunos aspectos de la definición de la identidad. La interrelación entre la experiencia individual y el contenido socialmente comunicado, es una cuestión clave para el análisis de la identidad social.
Deaux (1992) destaca la gran variedad de procedimientos de medida que se han utilizado para acercarse al estudio de la identidad social. En primer lugar, tenemos los estudios basados en encuestas sociológicas, que suelen asimilar la identidad social con la adscripción objetiva a categorías demográficas. Este procedimiento ha sido cuestionado por investigaciones que han encontrado escasa correspondencia entre la pertenencia objetiva y la identificación de la persona con la categoría social. En segundo lugar, están los estudios de orientación idiográfica, enfocados hacia la percepción y la organización de las identidades, y que suelen solicitar la mención espontánea de roles para identificar las identidades de la persona (por ejemplo completar frases que comienzan con “Yo soy…”).
Los resultados de estos procedimientos son especialmente sensibles a las demandas situacionales, la accesibilidad en la memoria y la deseabilidad de las categorías solicitadas. Ambos métodos proporcionan, en mayor o menor medida, información sobre el repertorio de identidades o sobre su organización, pero no ayudan a comprender su significado, puesto que los estudios sociológicos suelen inferir el significado de la identidad a partir de la categoría social objetiva, mientras que los idiográficos, pese a la importancia que atribuyen a la “significancia psicológica” de la identidad, no suelen medir directamente el significado subjetivo de la identificación (Grad, 2001). Por lo tanto, el estudio de los significados de la identidad social requiere la utilización de nuevos procedimientos metodológicos.

3. Una Aproximación a la Identidad Regional.
Según Salazar (1996), quien plantee que la era del nacionalismo ha terminado, y que estamos en una nueva era del hombre universal, debe estar desvinculado de la realidad circundante, ya que el llamado proceso de globalización, y el desarrollo de la “aldea global”, han tenido paradójicos efectos, que han derivado en el reforzamiento de la etnicidad y las identidades nacionales.
De este modo, al tiempo que se logran acuerdos político-económicos que configuran bloques de Estados cada vez más amplios y sólidos, muchas personas tienden a entregar su lealtad y sus afectos a entidades geográficas más reducidas y por ello, poseedoras de una historia, un paisaje y un modo de vida más homogéneo.
Para Salazar (1996), este fenómeno es un buen ejemplo de la dialéctica o retórica del proceso histórico-cultural, y a juicio de diversos analistas (Naisbitt y Aburdene, 1990), esta tendencia a la conformación de comunidades regionales y locales con fuertes identidades territoriales, continuará creciendo como un mecanismo de reivindicación de los “espacios de vida” frente a las tendencias globalizantes del mercado.
Como señala Salazar, al hablar de nación hay una importante referencia al hecho de “nacer”, y aunque esta relación se ha ido perdiendo en otros idiomas, aparece claramente en el castellano.
Este autor plantea que al hablar de nacionalismo la mayoría de las veces nos referimos a grupos que constituyen estados-nación, pero que existen muchos otros conjuntos, basados en el mismo elemento de nacimiento, que pueden generar lealtades o sentimientos de apego tan fuertes, o en algunos casos, más fuertes, que las que puede generar el Estado¬nación tradicional, y señala que hay a lo menos tres casos: a) el sentimiento positivo hacia un grupo regional dentro de una nación reconocida (regionalismo); b) el apego a un agrupamiento que ignora los límites geográficos existentes y los desborda, como es el caso de los Kurdos (nacionalismo no estatal); y c) el sentimiento positivo hacia agrupamientos supranacionales, como América Latina o la Unión Europea (supranacionalismo).
Como elementos esenciales del nacionalismo, Salazar (1996, p. 499-502) distingue cuatro componentes básicos, que no necesariamente deben estar presentes en todos sus tipos, estos son: a) territorialidad, b) cultura compartida, c) memoria histórica de comunidad genealógica; y d) existencia de un estado-nación.
Territorialidad: Salazar (1996) plantea que el rechazo a los postulados extremos del determinismo geográfico, en la forma que se planteaba en el siglo XIX, nos ha hecho perder de vista la importancia del medio geográfico en relación con la conducta, a pesar de que el referente geográfico resulta más tangible y objetivo que otros referentes de la nación. Son múltiples las historias de luchas por asirse a territorios que pudieran no ser los mejores desde la racionalidad económica, así como las historias de desarraigo de los emigrantes o desplazados que deben vivir en un territorio distinto al suyo. Uno de los ejemplos más conocidos es el de la nación judía, pues tanto su mitología como su historia han dado gran importancia a este elemento, en la forma de la tierra prometida. Sin embargo, este componente del nacionalismo suele ser más evidente en las variantes que identificamos como regionalismos, ya que dada la variablidad geográfica dentro de los países, es lógico que el papel de lo territorial y todo lo a él asociado sea más marcado en lealtades más restringidas.
Cultura: El compartir una cultura, es decir, las formas comunes de resolver los problemas de enfrentamiento con el mundo circundante, desarrollados colectivamente y transmitidos de generación en generación, es naturalmente de gran importancia en el desarrollo de un sentimiento nacional. El lenguaje es un elemento básico de los sentimientos de apego cultural, ya que permite la transmisión de la cultura, y por lo tanto, su permanencia en el tiempo. Pero también hay otros muchos elementos que pueden ser extraordinariamente poderosos en despertar sentimientos positivos y lealtades hacia lo nacional, como son la música, los distintos elementos de la llamada cultura material, las costumbres y los valores compartidos.
Memoria histórica de comunidad genealógica (etnicidad): Smith (1984) desarrolla la idea de los “mitos de descendencia” como la esencia del sentimiento de etnicidad y los nacionalismos étnicos. A través de estos mitos los miembros de la comunidad perciben que tiene un origen común, usualmente vinculado con un pasado glorioso. Smith identifica seis de estos mitos: a) mito de origen temporal, o cuándo fuimos creados; b) mito de localización y migración, o de dónde vinimos y cómo llegamos aquí; c) mito de antepasados, o de quién nacimos y cómo nos desarrollamos; d) mito de la edad heroica, o cómo nos libertamos y conseguimos la gloria; e) mito de declinación, o cómo caímos en un estado de decadencia; y f) mito de regeneración, o cómo volver a los buenos viejos tiempos.
Estado: Es indiscutible que la existencia de un estado nacional estimula un tipo importante de sentimiento nacional, a través de los diversos mecanismos ideológicos del Estado, como la educación y los medios de comunicación masivos, por ejemplo. Esto ha hecho que comúnmente se vincule el concepto de identidad nacional con lo que ocurre en este nivel de complejidad, lo que es demasiado restrictivo, ya que las identidades regionales, y más recientemente, las identidades supranacionales, pueden tener, desde el punto de vista psicológico, tanta relevancia como la primera.
En el presente trabajo, y con un objetivo meramente instrumental, hablaremos de identidad regional para referirnos al sentimiento de apego con una región político-administrativa existente dentro de un Estado-nación, y de identidad nacional, cuando hagamos referencia a la identificación con ese Estado-nación.
Desde el punto de vista conceptual, la Teoría de la Identidad Social (Tajfel, 1984; Tajfel y Turner, 1989) constituye un marco útil para el estudio de las identidades regionales, puesto que enfoca las relaciones intergrupales buscando una articulación no reduccionista de los procesos psicológicos y sociales (Grad, 2001).
En el marco de esta teoría entonces, definiremos la identidad regional como aquella parte del autoconcepto de un individuo que está basada en su pertenencia a un grupo regional, junto con el significado valorativo y emocional asociado a dicha pertenencia. Y cuando hablamos de grupo regional, nos referimos a un grupo humano que habita un determinado territorio y, por tanto, comparte un determinado hábitat (base ecológica), tiene una continuidad histórica (base histórica) y una continuidad social (base cultural).
Entendemos también, que la identidad regional no es un concepto estático, algo que nos es dado, se hereda y hay que conservar, sino por el contrario, la identidad se crea, mediante procesos de adaptación en el espacio y en el tiempo, y resulta asimismo, de la conjunción entre el medio físico, la continuidad histórica y la continuidad social (Lisón, 1997). De este modo, como señala Arévalo (1998), la identidad regional se refiere a un proceso dinámico, que evoluciona históricamente, y que posee referentes tanto empíricos, como abstractos o ideológicos
Medición de la Identidad Regional
Intensidad de la identidad: Este ha sido sin duda, el elemento más estudiado de la identidad regional, ya que, cual sea el objetivo central de una investigación sobre la cuestión, debe pasar por medir el grado o la fuerza de la identificación y la importancia que ésta tiene en el autoconcepto de las personas. Lo que se ha descubierto al respecto, es que la intensidad de la identidad regional tiene una gran variabilidad a través de los distintos colectivos regionales, y este descubrimiento es el que justifica centrar ahora las investigaciones en identificar las variables que pueden estar incidiendo en la intensidad de dicha identidad.
La medición de la intensidad de la identidad regional se ha realizado, usualmente, a través de la aplicación de una o dos escalas de autoasignación numérica, en las cuales el propio sujeto debe evaluar globalmente su nivel de identidad y/o la importancia que le asigna a ésta, sobre un continuo (generalmente de 7 intervalos) en que se presenta sólo la definición de sus extremos (muy identificado y nada identificado) (véase por ejemplo: Huici y Ros 1993; Sangrador, 1996; Huici, Ros, Land, Hopkins, Emler y Cantona, 1997; Sabucedo, Klandermans, Rodríguez y Fernández, 2000).
Es sabido que esta forma sucinta de medir constructos tan complejos tiene importantes debilidades, dentro de las cuales destacan una menor fiabilidad y estar más expuestas a la deseabilidad social (Mueller, 1986). A esto se suma la incapacidad de distinguir dimensiones o factores al interior del concepto y problemas de comparabilidad de las respuestas, puesto que cada sujeto puede interpretar de un modo distinto los diferentes intervalos de la escala.
Afortunadamente, hay algunos avances en la dirección de medir de forma más exhaustiva y confiable este constructo, a pesar del coste que implica presentar un instrumento de mayor longitud a los sujetos. La escala de autoestima colectiva de Luhtanen y Crocker (1992), por ejemplo, ha sido aplicada con éxito en grupos regionales (Sabucedo y Fernández, 2001), y en el campo específico de la medición de la identidad regional o nacional, también se han dado pasos para respetar la complejidad del concepto, por ejemplo, Cinnirella (1997) ya lo mide a través del promedio de respuestas a siete escalas de autoasignación; y Saiz, González, Gempp y Mladinic (1996) diseñan un cuestionario que mide conciencia de pertenencia a la nación chilena, valoración de esta pertenencia, y la magnitud en que los sujetos experimentan emociones placenteras y displacenteras asociadas al hecho de ser chileno.
Significados de la identidad: Con el fin de estudiar los significados de la identidad, concretamente en el campo de la identidad territorial, Grad (2001) ha aplicado el modelo de Schwartz (1992) sobre la organización de los valores personales al estudio de los significados de la identidad nacional y regional. Esta propuesta recupera postulados iniciales del propio Tajfel (1972) quien consideraba que la categorización social está íntimamente asociada a la expresión y mantenimiento de valores compartidos por el grupo del perceptor, en su relación con los objetos sociales categorizados en un sistema social particular. Por su parte, Abrams (1992) plantea que las diferencias individuales en la intensidad de una identidad social específica pueden ser explicadas de modo más parsimonioso por las diferencias en las metas (consecuencias de cursos de acción y principios-guía de la conducta, es decir, valores personales) asociadas a la categoría, que por diferencias en la saliencia de la identidad social correspondiente.
Así, la conceptualización de la identidad como un valor, permite estudiar indirectamente su significado, ya que como propone Rokeach (1973), el significado funcional de los valores personales se refleja en las relaciones que las personas establecen entre ellos.
El modelo de Schwartz (1992) agrupa los valores en 10 tipos, en función de sus contenidos motivacionales (poder, logro, hedonismo, estimulación, autodirección, universalismo, benevolencia, conformidad, tradición y seguridad) y propone la existencia de relaciones de compatibilidad o conflicto motivacional entre los 10 tipos valóricos. Estas relaciones pueden ser organizadas según dos dimensiones bipolares generales: la primera dimensión opone conservadurismo (seguridad, tradición y conformidad) versus apertura al cambio (autodirección, estimulación y hedonismo); y la segunda opone autotrascendencia (benevolencia y universalismo) versus autopromoción (logro y poder).
De acuerdo con este modelo, el significado de un valor particular se reflejaría en la configuración de las relaciones entre éste y otros valores en un campo motivacional (ver Schwartz, 2001), lo que implica que podremos inferir el significado que tiene la identidad regional para un individuo a partir de las relaciones que establezca entre ésta y otros valores.
La aplicación de este modelo puede, por tanto, ayudarnos a comprender el significado de la identidad regional partiendo de las implicaciones lógicas y prácticas que la categoría tiene para los actores sociales, pero esto no se logra analizando sólo las motivaciones personales asociadas a esta identidad, sino que se requiere, además, analizar el contexto histórico y social en que ésta se desarrolla y adquiere significado.
Grad (2001) ha descubierto, en un estudio en tres comunidades autónomas españolas, que la identidad española se asocia principalmente a los valores de conservación, y que las identidades regionales aparecen principalmente asociadas a los valores de apertura al cambio. Y Saiz y Gempp (2001) en una muestra de estudiantes universitarios chilenos, descubren también que los tres tipos de valores que reflejan conservadurismo (seguridad, conformidad y tradición) se asocian positivamente con la identidad nacional chilena.
Relación Identidad Regional - Identidad Nacional
No podemos dejar de mencionar que se ha señalado repetidamente que las personas con una alta identidad social, es decir, con una alta identificación con el grupo, mostrarán una alta discriminación intergrupal. Sin embargo, en los últimos años se ha criticado la visión simplista de la relación entre categorización y discriminación, poniéndose de manifiesto que la saliencia de la identidad grupal no provoca, necesariamente, un aumento de la discriminación intergrupal (sobre todo en situaciones de categorización múltiple). Se postula, por tanto, que los distintos niveles de identificación nacional y regional pueden coexistir (esto es constituir identidades inclusivas), en la medida que una alta identidad con uno de ellos no tiene porque suponer el rechazo de los otros grupos (Herrera y Prats, 1995).
Los resultados de la investigación realizada por Simon, Kulla y Zobel (1995) sugieren que una identidad social positiva puede lograrse no sólo por el establecimiento de una diferenciación positiva entre el endogrupo y un exogrupo relevante, sino que existe, además, una segunda vía para la construcción de una identidad social positiva, que sería el establecimiento de una diferenciación positiva entre el endogrupo menos inclusivo y el más inclusivo, es decir, entre el grupo nacional y el regional. Es muy probable que ambas vías tengan distintas implicaciones sociales. La primera posee, evidentemente, un alto potencial para la discriminación y el conflicto entre grupos sociales mutuamente excluyentes. A la inversa, la segunda vía podría estar acompañada por efectos menos perjudiciales para las relaciones sociales, ya que el grupo menos inclusivo es aún parte del grupo más inclusivo, y esta relación parte-todo podría moderar cualquier animosidad intergrupal.
Por lo tanto, si bien es cierto que en algunos contextos una alta identidad regional genera conflicto con la identidad nacional, también se da el caso de que ambas constituyan identidades incluyentes, lo que significa que un individuo puede sentirse muy identificado con un grupo regional y, al mismo tiempo, sentirse parte de su grupo nacional. En una investigación con estudiantes universitarios andaluces y escoceses, Huici y colaboradores (1997) encontraron, para los participantes andaluces, una correlación positiva significativa entre la identificación con España y la identificación con Andalucía, en cambio, para los estudiantes escoceses, encontraron una correlación negativa, pero no significativa, entre la identificación con Escocia y la identificación con Gran Bretaña.
Por otro lado, Grad (2001) y Saiz y Gempp (2001), sugieren que cuando las identidades regionales están en pugna con la identidad central, las identidades regionales estarán directamente asociadas a los valores de apertura al cambio e inversamente a los valores de conservadurismo. Aunque en principio, esta es sólo una de las combinaciones posibles, ya que esto dependerá de las condiciones particulares del contexto.
Siguiendo a Saiz y Gempp (2001) y Grad (2001), podemos recurrir a la teoría de la inclusividad óptima para hipotetizar las relaciones entre las identidades regionales, la identidad nacional, y los tipos de valores. Este modelo postula que las personas, a través de su identificación con los distintos grupos sociales, intentan satisfacer dos motivos antagónicos: una necesidad de asimilación y una necesidad de diferenciación. Así, podemos prever que la identificación con la categoría más inclusiva (grupo nacional) reflejaría necesidades de desindividuación, asociadas a valores de conservación, y la identificación con la categoría menos inclusiva (grupo regional) reflejaría en cambio, necesidades de distinción, asociadas con los valores de apertura al cambio.
En cuanto a una posible discriminación hacia miembros de otros grupos regionales derivada de una alta saliencia de la identificación con la propia región, Mummendey y colaboradores (1992) demostraron que para que realmente ocurra un comportamiento discriminatorio entre grupos, la categorización por sí sola no es suficiente, sino que parece requerirse más bien una legitimación subjetiva de la devaluación del exogrupo.
Una variable que puede ayudarnos a comprender cómo es posible esta legitimación, es la prototipicidad relativa percibida. Siguiendo a Oakes, Haslam y Turner (1996) podemos definir la prototipicidad relativa de los miembros de un grupo a partir del principio de metacontraste. Esto es en términos generales, que cuanto más se diferencie un miembro del grupo de los miembros del exogrupo, y menos se diferencie de los miembros del endogrupo, en mayor medida se percibirá a ese individuo como prototípico de ese grupo.
Wenzel, Mummendey, Weber y Waldzus (2003) plantean que las comparaciones entre grupos se realizan en el marco de una categoría más inclusiva que los engloba a ambos, y es esta categoría la que provee las dimensiones para la comparación y las normas para la evaluación relativa de los grupos. Concretamente, el prototipo de la categoría inclusiva constituye la norma con la cual ambos grupos son comparados, y si esa categoría inclusiva es evaluada positivamente, el grupo que es más similar al prototipo de dicha categoría, o sea, más prototípico relativamente, será evaluado más positivamente. De este modo, los prototipos pueden ser objeto de disputa entre grupos, puesto que todos quieren ser considerados como el subgrupo más prototípico.
Wenzel y su equipo demuestran además, que los miembros de los grupos tienden a percibir los atributos del propio grupo como relativamente prototípicos, proyectándolos a la categoría más inclusiva, como ocurre en su estudio con estudiantes de administración y de psicología, en el cual los participantes consideraron a su propio grupo como más prototípico de la categoría más inclusiva, que era estudiantes universitarios (Wenzel y colaboradores, 2003).
Así, a través de la proyección de los atributos endogrupales, cada grupo intenta incrementar su estatus relativo, y el grado en que el endogrupo es percibido como relativamente prototípico estaría significativamente relacionado con la evaluación relativa y tratamiento del exogrupo, ya que a mayor prototipicidad percibida del endogrupo, más negativamente evaluado y tratado sería el exogrupo. Esto se corrobora en un estudio que estos mismos autores realizaron con estudiantes alemanes, donde encontraron que aquellos participantes que consideraban que los alemanes eran más prototípicos de los europeos que los polacos, demostraban actitudes más negativas hacia este exogrupo (Wenzel y colaboradores, 2003).
Sin embargo, también podría ocurrir que endogrupo y exogrupo desarrollaran una representación compartida de la categoría inclusiva, y así, una visión consensuada del valor de los atributos subgrupales. En este caso, las relaciones de estatus serían consideradas como legítimas y habría menos conflicto intergrupal.
Por lo tanto, extrapolando estas conclusiones al estudio de la identidad regional, podemos suponer que aquellos individuos que perciban a su endogrupo regional como más prototípico de la categoría nacional tenderán más a discriminar a los miembros de otros grupos regionales. Pero esto sólo ocurrirá en ausencia de una imagen compartida acerca de lo que significa pertenecer a la categoría nacional, y los atributos que caracterizan a dicha categoría.
Correlatos de la Identidad Regional
Dentro de las variables que se han estudiado como asociadas a la identidad regional, podemos distinguir entre características propias de la región y el contexto sociopolítico y características propias del individuo.
Características de la región: Diversos autores se han referido a la importancia del contexto histórico para la identidad. Hurtado, Gurin y Peng (1994) critican al marco teórico de Tajfel que preste escasa atención a las condiciones históricas y estructurales que podrían ayudar a explicar por qué determinadas características sociales y pertenencias grupales se hacen salientes, y plantean que los eventos históricos llegan a formar parte de la psicología individual a través de diversos mecanismos culturales, como la historia familiar, historia de la comunidad, películas, canciones, etc.
Entre las investigaciones empíricas que han puesto en evidencia la importancia de este contexto en la identidad regional, podemos mencionar por ejemplo, las de J. L. Sangrador (1996) y Romay, Arratíbel, Azurmendi, Espi, García y Gonzáles (1995), ambas realizadas en España, y de las cuales se deduce que la identificación con las regiones españolas (Comunidades Autónomas) está fuertemente influida por la relación histórica y política entre la región y el Estado central. De hecho, las resultados de Romay y colaboradores parecen mostrar que los individuos categorizan y se representan su identidad regional, nacional y supranacional, en correspondencia con la realidad política en la que se encuentran inmersos y con las relaciones que se establecen entre los grupos a los que se encuentran unidos.
Por otro lado, algunas investigaciones señalan que la homogeneidad percibida incrementa la distintividad social del endogrupo, reforzando así su identidad social (Simon, 1992), por lo tanto, es de suponerse que en regiones con mayor homogeneidad interna sea más probable encontrar mayores niveles de identidad regional. O, lo que es lo mismo, que aquellas regiones con mayores disparidades socioeconómicas entre la población, mayor contraste entre lo urbano y lo rural, o mayor diversidad cultural, por poner algunos ejemplos, presenten grados menores de identidad regional.
También sabemos que, al menos en nuestros tipos de sociedades, los individuos se esfuerzan por lograr un concepto o imagen de sí mismos satisfactorio (Tajfel 1984, p. 291), y que su pertenencia a los distintos grupos sociales puede contribuir positiva o negativamente a esta imagen. Esto nos permite suponer, que aquellas regiones valoradas más positivamente por la sociedad tenderán a generar identidades regionales más importantes, ya que el estatus o prestigio social de las distintas regiones podría afectar la imagen del propio grupo.
Características de la persona: Las variables individuales que podrían estar asociadas a la identidad regional, no han sido hasta el momento un objetivo sustantivo de las investigaciones, probablemente, porque las variables propias de la región y el contexto han sido suficientes, por sí solas, para explicar una gran parte de la variabilidad de esta identidad. Pese a esto, sí podemos encontrar estudios que identifican algunas de estas características: a) La identificación con otros colectivos territoriales, ya sea nacionales o supranacionales (Cinnirella, 1997; Huici y Col. 1997; Huici y Ross, 1993), aunque la dirección de esta asociación depende claramente del contexto; y b) Variables de orden ideológico, respecto a las cuales Huici y cols. (1997) descubren en muestras andaluzas y escocesas una asociación significativa positiva entre la identificación regional y la necesidad percibida de autonomía política, y Sabucedo y Fernández (2001), en un estudio realizado en Galicia, descubrieron diferencias significativas en la identidad regional dependiendo del partido político en el que se militara.
Identidad Regional en Chile
Respecto al estudio de los distintos aspectos de la identidad regional en el contexto chileno, las investigaciones han sido más bien escasas, aunque reflejan un amplio espectro de acercamientos metodológicos.
En cuanto a la intensidad de las identidades regionales, investigaciones realizadas en las regiones del Bío-Bío, Atacama y Los lagos (Raczynski y Serrano, 2001), aplicando entrevistas a informantes calificados, informan de una débil identidad regional. Y en La Araucanía, en un estudio con una muestra aleatoria de ciudadanos de dos ciudades, Zúñiga (2000) mide la identificación con la región a través de una escala de autoasignación de cuatro puntos, en la cual el 46% de los encuestados afirma identificarse “mucho” con esta región.
En relación con los significados de la identidad regional en Chile, el conocimiento es aún menor. Zúñiga y Asún (2003) preguntan a estudiantes universitarios de La Araucanía por las características que más les gustan de la región, y asociándolas con la intensidad de su identidad regional, encuentran que ésta última se sostiene principalmente en la valoración del espacio ecológico, más que sobre imágenes asociadas a la historia, la cultura o la modernidad y el desarrollo.
En cuanto a las variables que podrían estar asociadas a la identidad regional, al no haberse realizado estudios comparativos entre regiones, sólo contamos con información acerca de variables propias de los individuos.
El estudio exploratorio de Zúñiga (2000) descarta la asociación entre la identidad regional y el sexo, nivel socioeconómico, profesión y estado civil de los participantes, y descubre en cambio una asociación positiva con la región de nacimiento.
Sobre la identidad nacional, por otro lado, el Informe Desarrollo Humano en Chile 2002 (PNUD) señala que más de la mitad de los encuestados manifiesta dudas de que algo así como “lo chileno” exista. Al parecer, la imagen heredada de lo chileno se habría vuelto difusa y poco creíble para la mayoría de las personas, ya que los fuertes cambios que ha experimentado el país en los últimos años habrían llevado a que la gente no se sienta conforme con el relato que hasta ahora describía lo chileno y no logre reconocerse en él.
Sin embargo, algunos estudios de carácter exploratorio sobre la intensidad de la identidad nacional, hablarían de una alta identificación con Chile en distintos grupos sociodemográficos.
Saiz y Gempp (1997) informan, a partir de una investigación con estudiantes universitarios, que los sujetos se sienten bastante chilenos, valoran positivamente su nacionalidad y experimentan emociones placenteras asociadas a ésta, y en el estudio realizado por Zúñiga (2000) más del 77% de los participantes afirma identificarse “mucho” con Chile. Estos datos nos permiten suponer que, si bien el significado de la identidad chilena puede estar en un proceso de cambio, esto no ha derivado en una disminución de la intensidad de la identificación, lo que hace aún más relevante conocer cuáles son las nuevas imágenes que estarían reflejando hoy esa identidad para los distintos grupos sociales.
Finalmente, respecto a la relación entre la identidad regional y la nacional, el estudio realizado en la Región de La Araucanía (Zúñiga, 2000) informa de una relación positiva alta y significativa entre la identificación con Chile y la identificación con la propia región.
CAPÍTULO 2. ESTUDIO I CONSTRUCCIÓN Y VALIDACIÓN DE LA ESCALA DE IDENTIDAD REGIONAL
El objetivo de este estudio es construir una escala de identidad regional, para estudiantes universitarios, con el fin de obtener información acerca de la intensidad de esta identidad en dicha población diana, en un formato de aplicación colectiva.
Para la construcción de los ítems se consideraron cuatro dimensiones, derivadas de le definición de identidad regional que se ha utilizado en la presente investigación. Dichas dimensiones fueron: conciencia de pertenencia a la región; significado valorativo y emocional de la pertenencia al territorio regional; significado valorativo y emocional de la pertenencia a la historia regional; y significado valorativo y emocional de la pertenencia a la cultura regional.
El formato elegido para los ítems fue la escala Likert, con cinco alternativas de respuesta, que iban desde muy de acuerdo a muy en desacuerdo, con la categoría intermedia ni de acuerdo ni en desacuerdo.
En cuanto a la validación de nuestro instrumento psicométrico, entendemos ésta como un proceso de acumulación de evidencia favorable a una determinada interpretación y utilización de sus puntuaciones. Así, lo que se busca es obtener líneas múltiples de evidencia empírica procedentes de distintas fuentes o métodos, de forma que haya una acumulación gradual de información que apoye dichas inferencias, facilitando así una mejor comprensión del significado de las puntuaciones del test (Navas, 2001).
Por ello, a lo largo de la presente investigación hemos utilizado distintos procedimientos para obtener información acerca de la validez de constructo de la escala de identidad regional.
Validez por contenido: Al analizar la relación entre el contenido de un test y el constructo que se desea medir, se puede obtener evidencia favorable para la interpretación de sus puntuaciones en términos de dicho constructo. Con este fin, se solicitó a tres investigadores, conocedores de la teoría de la identidad social, que evaluaran el contenido de la escala de identidad regional, examinando especialmente la relevancia y representatividad de los ítems, es decir, si cada ítem refleja, en términos de su contenido, el dominio del que deriva.
Validez por estructura interna: Al analizar la estructura interna de un test se puede obtener información acerca del grado en que las relaciones observadas entre los ítems coinciden con el constructo en el que se basa la interpretación propuesta para las puntuaciones de la prueba (Navas, 2001). Por ello, hemos examinado las relaciones entre los ítems de la escala con el fin de ver empíricamente qué conceptos se pueden utilizar para interpretar la actuación de un sujeto en la escala, y si éstos coinciden con el constructo para el que fue diseñada. La herramienta utilizada para ello ha sido el análisis factorial.
Validez por asociación con otras variables: Se analizaron las relaciones entre las puntuaciones en la escala y otras variables relevantes desde el punto de vista teórico, con el fin de obtener información acerca del grado en el que estas relaciones son consistentes con el constructo que subyace a la interpretación propuesta para las puntuaciones de la escala.
Este estudio se llevó a cabo en cinco etapas, de las cuales, por razones presupuestarias, las tres primeras se concretaron en la región de La Araucanía, y sólo las dos últimas se llevaron a cabo en las dos regiones a estudiar, Valparaíso y La Araucanía. Estas etapas fueron las siguientes:
1) Recogida de información para la construcción de los ítems que constituirán la escala de identidad regional, construcción de una primera versión de la misma y su evaluación por parte de jueces expertos.
2) Primera aplicación piloto de la escala a una pequeña muestra de estudiantes universitarios de La Araucanía, y eliminación de ítems en base a su discriminación y aporte a la fiabilidad del instrumento.
3) Segunda aplicación piloto para determinar las propiedades psicométricas de la escala en una muestra representativa de los estudiantes universitarios de la región de La Araucanía.
4) Aplicación de la escala de identidad regional y el resto de instrumentos que constituirán el cuestionario final en una pequeña muestra de las dos regiones que conformarán nuestra población objetivo, con el fin de obtener una evaluación cualitativa del mismo por parte de los participantes y calcular el tiempo necesario para su aplicación.
5) Aplicación del cuestionario a una muestra representativa de los estudiantes universitarios de las regiones de La Araucanía y Valparaíso para determinar las propiedades psicométricas de la escala al ser aplicada en otra región. A partir de los datos recogidos en esta etapa se desarrolló, además, el segundo estudio de nuestra investigación, que es presentado en el siguiente capítulo.

Primera etapa: Construcción de Ítems
Objetivo
Recoger información para una adecuada construcción de los ítems que conformarán la escala de identidad regional, y concluir con una primera versión de la misma.
Participantes
La población diana de esta etapa fue definida como la elite política, económica y académica de la región. La selección se llevó a cabo utilizando el procedimiento no probabilístico de informantes claves, obteniéndose una muestra de 10 personas:
. • Dos alcaldes: un partidario del Gobierno Nacional y un partidario de la oposición;
. • Dos representantes del Gobierno Regional: un alto funcionario del Gobierno Regional propiamente tal, y el Secretario Regional Ministerial de Economía (máximo representante regional de dicho Ministerio);
. • Dos empresarios dirigentes gremiales;
. • Dos dirigentes regionales de partidos políticos: uno de la oposición y uno partidario del Gobierno, quien es, además, Senador de la República;
. • Dos directores de investigación de universidades regionales: una estatal y una privada.

Todos los participantes fueron hombres, con edades comprendidas entre los 35 y los 65 años aproximadamente. El objetivo de comenzar la investigación con estos participantes y no con una muestra de estudiantes universitarios (que constituyen la población objetivo del presente estudio), fue el de recopilar información sobre las creencias y actitudes de quienes, por su posición de liderazgo, pudieran estar en condiciones de construir un discurso estructurado sobre la identidad regional y levantar propuestas y mensajes que sirvan de referente para el resto de la sociedad regional.
Materiales
Se utilizó una pauta de entrevista semiestructurada a través de la cual se preguntaba a los participantes acerca de su identidad regional, su percepción del proceso de descentralización chileno, y sus actitudes, expectativas y demandas hacia dicho proceso. Esta pauta de entrevista se presenta en la Tabla 1.
Tabla 1: Pauta de Entrevista a Informantes Clave
Temas Subtemas Preguntas
Percepción del Proceso de Definición de Descentralización 1. ¿Cómo definiría Ud. la descentralización?.

Descentralización Evaluación general proceso 2. ¿Cómo evaluaría el proceso de
descentralización en el país? (Avances,
limitaciones, desafíos pendientes)
Evaluación efecto en 3. ¿Y específicamente en La Araucanía?
Araucanía (Avances, limitaciones, desafíos pendientes).
Actitudes hacia la Descentralización Opinión del proceso de Descentralización 4. ¿Qué beneficios y riesgos cree Ud. que tiene la descentralización en general?.
Impacto del proceso en el 5. ¿Qué efectos cree Ud. que podría tener la
país descentralización para un país como Chile?.
Impacto del proceso en la 6. ¿Y qué efectos podríamos esperar en La
Araucanía Araucanía?.
Impacto del proceso en su 7. ¿Cuáles cree Ud. que podrían ser los efectos,
colectivo (distinguir el positivos o negativos, que una mayor
colectivo al que pertenece descentralización en Chile podría tener para
el entrevistado) su gremio/partido/universidad? (preguntar
por el colectivo al que representa el sujeto).
Identidad Regional Pertenencia del sujeto 8. ¿Siente Ud. alguna vinculación especial con la Región de La Araucanía? Distinta a la que podría sentir por otras zonas del país.
9. En concreto, ¿Ud. se siente “de” La Araucanía? (Sólo si la respuesta a la pregunta 8 es afirmativa pero no ha dicho esto directamente).
Pertenencia de los otros 10. ¿Le parece a Ud. que es posible hablar de un
sentimiento de pertenencia o identidad en los habitantes de la región? Si es así, en que consistiría.

Procedimiento
Para obtener la muestra se hizo una lista con las instituciones que conforman la elite política, académica y empresarial de la región y se seleccionó a diez de sus máximos representantes, buscando abarcar al mayor abanico de instituciones representadas. Luego se contactó personalmente con los participantes seleccionados, se les explicaron los objetivos del estudio y se concertaron las entrevistas. Éstas fueron realizadas en el lugar de trabajo de los entrevistados y tuvieron una duración promedio de 35 minutos.
Las entrevistas fueron grabadas, transcritas y codificadas, en función de las categorías que se presentan en la Tabla 2.
Tabla 2: Categorías de Codificación de Entrevistas a Informantes Clave
Temas Subtemas Código
Descentralización Definición 1.1
Cómo descentralizar 1.2
Evaluación del proceso de Logros, avances 1.3.1
descentralización en el ámbito
nacional Obstáculos, limitaciones 1.3.2
Evaluación del proceso de descentralización intra regional 1.4
Aspectos positivos asociados a la descentralización 1.5
Riesgos asociados a la descentralización 1.6
Identidad Regional Pertenencia del sujeto Sentimiento de pertenencia a la Araucanía 2.1.1
Sentimiento de pertenencia 2.1.2
más amplio
Sentimiento de identidad o pertenencia de la población regional 2.2
en general
Diferenciación / homogeneidad Diferencias con otras 2.3.1
regiones
Diferencias intrarregionales 2.3.2
Ausencia de identidad regional 2.4
Percepción de las evaluaciones que miembros de otros grupos 2.5
hacen del grupo regional

Resultados
Se realizó un análisis de contenido descriptivo de las entrevistas, cuyo producto es el informe de resultados que se presenta en el Apéndice IV, y que sirvió de base para la construcción de la escala de identidad regional, ya que a partir de esta información se redactaron 60 ítems que cubrían las cuatro dimensiones previstas para dicho constructo.
Una vez diseñada esta primera versión de la escala, y con el fin de tener una primera evaluación independiente de los ítems y estudiar su validez de contenido, éstos fueron presentados a tres jueces expertos investigadores en ciencias sociales y conocedores de la teoría de la identidad social.
Se consultó a los jueces, a través de un cuadernillo diseñado para tal efecto, por: a) la adecuación del modelo conceptual utilizado para describir la identidad regional, b) la adecuación de la redacción de los ítems a la población objetivo, c) la longitud del instrumento, y d) sugerencias de modificación y/o nueva redacción de ítems.
Los jueces, si bien realizaron numerosas sugerencias, consideraron el contenido de la escala adecuado al constructo para el que fue diseñada.
Seguidamente, se realizaron los cambios sugeridos, se seleccionaron los ítems mejor evaluados y se obtuvo una segunda versión de la escala, que fue aplicada a la primera muestra piloto.

Segunda etapa: Primera Prueba Piloto
Objetivo
Aplicar la primera versión de la escala de identidad regional, con el fin de estudiar la pertinencia y claridad de los ítems, y realizar una primera selección de ítems.
Participantes
Esta muestra estuvo conformada por 55 estudiantes universitarios de distintas carreras y universidades de la región de La Araucanía, y fue seleccionada a través de un procedimiento no probabilístico accidental.
Materiales
Se aplicó un cuestionario compuesto de tres partes: a) Preguntas de identificación y caracterización sociodemográfica, cultural y política; b) La escala de identidad regional, conformada por 34 ítems; y c) Una escala de actitudes hacia la descentralización, compuesta por 48 ítems de igual formato que la escala de identidad regional y construida ad-hoc para esta investigación. Los ítems de las dos escalas se presentaron intercalados aleatoriamente.
Procedimiento
Para la obtención de esta muestra, la investigadora acudió a sitios con gran presencia de estudiantes de distintas carreras y universidades, contactó personalmente a algunos de ellos, e informándoles sobre los objetivos del estudio les solicitó su participación. La aplicación fue individual y tardó en promedio 20 minutos.
Con el fin de mejorar la validez de los resultados y disminuir la deseabilidad social, se incluyó al comienzo del cuestionario una presentación que explicaba la forma de responder y enfatizaba que la encuesta era anónima y no había respuestas correctas o incorrectas. Además, y dado el alto porcentaje de participantes que no son de la región, sino que residen temporalmente en ella para asistir a la universidad, se hizo especial énfasis en que todas las preguntas se referían a la región de La Araucanía. Esta presentación se mantuvo en las versiones siguientes del cuestionario.
Los datos obtenidos en esta primera muestra piloto fueron analizados con el programa estadístico SPSS, y a partir de la información obtenida se realizó una primera eliminación de ítems basándose en su discriminación y su aporte a la fiabilidad del instrumento.
Resultados
La fiabilidad de la escala se evaluó en términos de la consistencia interna, utilizando para ello el Coeficiente Alfa de Cronbach, y se eliminaron aquellos ítems con un índice de discriminación menor a 0,2, es decir, aquellos con más baja relación con la escala total.
Con los 34 ítems se estimó un Alfa inicial de 0,86, y a través del proceso de eliminación sucesiva de ítems se obtuvo finalmente un Alfa de 0,91, quedando la escala conformada por 25 ítems.
En cuanto a la validez por asociación con otras variables, se encontró que la región de nacimiento de la persona influiría en su puntuación en la escala de identidad regional, ya que la prueba t de comparación de medias para muestras independientes señala que existe una diferencia significativa en las puntuaciones que obtienen los sujetos que han nacido en la región de La Araucanía y los que han nacido en otras regiones del país (t51 = 4.243; p<0,01). Es necesario recordar que al momento de la aplicación del cuestionario se especificó que todas las preguntas de la escala de identidad regional se referían a la región de La Araucanía, por lo que era de esperar que los participantes provenientes de otras regiones presentaran menores puntuaciones.
La región de la cual el sujeto se considera, evaluada directamente a través de la pregunta “¿De qué región se considera usted?”, ejerce una influencia similar en las puntuaciones en identidad regional, siendo mayor la media de las puntuaciones de los sujetos que se consideran de la región de La Araucanía que la de aquellos que se consideran de cualquier otra región (t50=5,820; p<0,01). El tamaño del efecto es mayor en este caso que en la relación entre esta escala y la región de nacimiento, es decir, la región de la que el sujeto se considera, influiría más en su puntuación en identidad regional, que la región en la cual nació.
También existe una correlación significativa entre los años que se lleva viviendo en la región, en caso de no haber nacido en ella, y la puntuación en identidad regional (r=0,516; p<0,05). Y se observan diferencias de medias entre las puntuaciones de los estudiantes cuyos padres han nacido en La Araucanía y aquellos cuyos padres han nacido en cualquier otra región (diferencia de media según región de nacimiento de la madre: t49=3,95, p<0,01; diferencia de media según región de nacimiento del padre: t50=4,697; 0,01).
Además, el grado en que los sujetos se sienten identificados con la región, medido a través de una escala de autoasignación de cuatro puntos, correlaciona significativamente con su puntuación en la escala de identidad regional (Rho=0,56; p<0,001).

Tercera Etapa: Segunda Prueba Piloto
Objetivo
Determinar las propiedades psicométricas de la escala en una muestra representativa de los estudiantes universitarios de la región de La Araucanía.
Participantes
Esta muestra comprendió un total de 249 participantes, de los cuales 139 eran hombres (56%) y 110 mujeres (44%). La edad media fue de 21,7 años, con un rango de 18 a 37 años, y las carreras estudiadas por los encuestados pertenecían a las ciencias sociales, ciencias empresariales e ingeniería e informática.
Materiales
Estos participantes debieron responder un cuestionario similar al anterior, pero con versiones revisadas de las escalas de identidad regional y actitudes hacia la descentralización, que luego de los análisis realizados en la etapa anterior quedaron con 25 y 29 ítems respectivamente.
Entre las preguntas de identificación, se consultó a los participantes por su región de nacimiento, los años que llevaba viviendo en La Araucanía en caso de no haber nacido en ella, y de qué región se consideraba. Además, se les preguntó por su grado de identificación con su barrio, su ciudad, su provincia, su región, y el país, a través de una escala de autoasignación de 4 alternativas: mucho, algo, poco y nada.
Procedimiento
Para la selección de esta una nueva muestra se hizo un listado de todas las carreras impartidas por las seis universidades presentes en la región y se seleccionaron al azar diez de ellas. Se contactó al Director de cada una de estas carreras y se solicitó su autorización para la realización del estudio. Una vez obtenida dicha autorización se eligió un curso cualquiera según disponibilidad.
El cuestionario fue autoadministrado colectivamente en el aula de clases, con un investigador presente, quien leyó en voz alta las instrucciones y respondió individualmente las preguntas que surgieron durante la aplicación. Los estudiantes tardaron 20 minutos en promedio en responder el cuestionario.
A partir del análisis de los datos obtenidos en esta fase, se hizo una nueva selección de ítems, obteniéndose así una nueva versión de las escalas de identidad regional y actitud hacia la descentralización.
Resultados
Se realizó, en primer lugar, un análisis de ítems para determinar la media de respuestas a cada uno de ellos y su poder discriminatorio. Luego, se aplicó un análisis factorial exploratorio de componentes principales que tuvo como finalidad conocer la estructura interna del constructo y su adecuación con la estructura planteada teóricamente. En tercer lugar, se aplicó un análisis factorial confirmatorio, con el objeto de estimar el ajuste del modelo a los datos. A continuación se calculó la fiabilidad global del instrumento y de cada sub-escala. Finalmente, se evaluó la asociación entre las puntuaciones en identidad regional y las respuestas dadas por los sujetos a otras preguntas de la encuesta, con el fin de evaluar la validez por convergencia de la escala.
Análisis de los ítems: El primer paso fue calcular la media y desviación típica de las respuestas a cada ítem. La media nos indica el grado de identidad regional que manifestaron los sujetos en cada ítem. De esta manera, en las frases con medias bajas los sujetos tendieron a dar respuestas que mostraban poca identidad, mientras que en las frases con medias altas predominaron las respuestas que indicaban alta identidad. Con esta información se pretendía eliminar aquellos ítems que, dada su media excesivamente alta o baja y una desviación típica reducida, concitaran respuestas demasiado unánimes, no permitiendo discriminar entre los individuos.
Tal como se puede observar en la Tabla 3, ningún ítem posee una media demasiado alta o baja como para resultar inadecuado. Además, incluso los ítems más extremos (como el 19 y 25), tienen una desviación estándar suficiente como para resultar discriminadores a pesar de su media.
Tabla 3: Medias y Desviaciones Típicas de los Ítems (rango de
respuesta de 1 a 5).
Ítem Media Desviación Típica Ítem Media Desviación Típica
1 3,71 1,19 14 3,12 1,09
2 2,86 1,26 15 3,24 1,19
3 3,10 1,29 16 2,79 1,13
4 3,82 1,02 17 3,00 1,12
5 3,03 1,22 18 2,70 1,23
6 3,59 0,93 19 4,20 0,94
7 3,48 1,37 20 3,14 1,16
8 2,60 1,15 21 3,51 1,06
9 3,38 1,16 22 3,24 1,02
10 3,27 1,30 23 3,69 0,90
11 3,65 1,07 24 3,57 1,06
12 3,63 1,01 25 2,44 1,04
13 4,07 1,05 Total 3,31 1,12

También se ha medido el poder discriminativo de cada ítem a través del grado de asociación entre las respuestas al ítem y las puntuaciones en la escala total, ya que si el ítem y la escala miden el mismo constructo o dominio, lo esperable es que los sujetos tiendan a responder a ambos en la misma dirección, y en este caso el índice de discriminación se puede interpretar como índice de homogeneidad, porque expresa el grado de semejanza, relación o asociación entre las respuestas al ítem y el resto de los ítems medidos a través de la puntuación total en la escala (Navas, 2001).
Este grado de asociación lo hemos medido mediante el coeficiente de correlación de Pearson entre las respuestas al ítem y la puntuación en la escala (eliminando el ítem de la puntuación escalar). En la tabla 4 se puede observar que la mayoría de nuestras afirmaciones tienen altas correlaciones ítem-escala (todas, menos la del ítem 25, resultaron significativas con p<0,005). Por lo que se decidió eliminar todos aquellos ítems con índices de discriminación menores a 0,5.
Tabla 4: Correlación Ítem – Escala
Ítem Correlación ítem-test Ítem Correlación ítem-test
1 0,65 14 0,44 *
2 0,52 15 0,53
3 0,55 16 0,55
4 0,56 17 0,55
5 0,68 18 0,51
6 0,60 19 0,58
7 0,70 20 0,54
8 0,51 21 0,43 *
9 0,68 22 0,51
10 0,69 23 0,35 *
11 0,59 24 0,60
12 0,52 25 -0,19 *
13 0,33 *

*= Ítem eliminado
Análisis factorial exploratorio: Con el fin de aportar evidencias de la validez de constructo del instrumento y conocer su estructura factorial, se realizó un análisis factorial exploratorio (AFE) de componentes principales con rotación Varimax sobre los 20 ítems que mostraron alta discriminación.
Utilizando como criterio de corte los autovalores mayores a uno, se encontró que tres factores explicaban el 52,5% de la varianza. No obstante, algunos ítems tenían comunalidades demasiado bajas, por lo que se decidió eliminarlos dado que estaban poco explicados en este modelo trifactorial. Procediendo paso a paso, se eliminaron cuatro ítems hasta que no quedó ninguno con una comunalidad menor a 0,45.
Con los 16 ítems retenidos se volvió a realizar el AFE de componentes principales con rotación varimax y se eliminaron tres ítems que si bien tenían pesos claros sobre un factor (0,6), dificultaban la interpretación de la solución factorial por pesar también muy alto sobre un segundo factor.
Con el instrumento final de 13 ítems se repitió el mismo AFE, obteniéndose tres factores con autovalores mayores a uno, que explicaron el 60,6% de la varianza. Las comunalidades de los ítems en este modelo fueron aceptablemente altas (entre 0,51 y 0,72), la medida de adecuación muestral KMO fue alta (0,901) y la prueba de esfericidad de Bartlett mostró un valor significativo (χ278=1189; p<0.001).
En la Tabla 5 se pueden observar los pesos factoriales de los ítems sobre los tres factores. Nótese que la mayor parte de los ítems pesan principalmente en un factor, a excepción de cuatro que también tienen pesos altos en un segundo factor (afirmaciones 3, 9, 16 y 20).
Tabla 5: Pesos Factoriales del Análisis de Componentes
Principales con Rotación Varimax
Ítem Peso sobre Factor 1 * Peso sobre Factor 2 * Peso sobre Factor 3 *
4 0,71
10 0,74
11 0,70
12 0,68
20 0,68 0,36
3 0,41 0,61
5 0,70
7 0,75
8 0,68
9 0,37 0,65
16 0,41 0,64
17 0,78
24 0,68

* = Incluye sólo pesos mayores a 0,35
Para probar la estabilidad de esta estructura factorial ante otros procedimientos de extracción, se realizó un AFE de máxima verosimilitud con rotación varimax con los mismos 13 ítems, encontrando que la estructura de tres factores explicaba el 60,6% de la varianza y se ajustaba significativamente a los datos (χ242=54,6; p=0.092). Además, todos los ítems presentaron su mayor peso en el mismo factor que en el análisis de componentes principales.
En la Tabla 6 podemos observar que los ítems que más pesan en el primer factor (42,4% de la varianza explicada), corresponden a la dimensión que originalmente denominamos “significado de la pertenencia al territorio regional”, los ítems que pesan en el segundo factor (10,2% de la varianza explicada), se asocian a la dimensión que definimos como “conciencia de pertenencia a la región” y los ítems que pesan en el tercer factor (8% de la varianza explicada), fusionan las dimensiones que en nuestro modelo teórico se denominaban “significado de la pertenencia a la cultura regional” y “significado de la pertenencia a la historia regional”.
Tabla 6: Ítems por Factores
Factores Nº Items
Factor 1 I 4 Yo siento importantes vínculos con el paisaje de esta región
Significado valorativo y emocional de la pertenencia al territorio regional I 10 Si estoy mucho tiempo fuera de la región empiezo a extrañar el paisaje y el clima, como si esta región fuera parte de mí
I 11 Para mí es muy importante vivir en una región como esta que tiene importantes recursos naturales
I 12 Si en conversaciones con familiares, amigos o conocidos alguien dijera algo desagradable acerca del paisaje de esta región, lo más probable es que yo me molestaría
I 20 Para mí, esta es la región más hermosa del país
Factor 2 I 3 Para mí, vivir en esta región es sólo temporal
Conciencia de pertenencia I 5 Yo me siento parte de la historia de esta región
I 7 Con sus cosas buenas y malas, esta es la región y la cultura a la que pertenezco
I 8 Yo me siento más parte de la cultura chilena, que de la cultura de esta región
Factor 3 I 9 Yo no siento ningún vínculo con la cultura de esta región
Significado valorativo y emocional de la pertenencia a la cultura e historia regional I 16 La historia de esta región tiene muy poco que ver con el tipo de persona que soy yo
I 17 Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de esta región
I 24 Me siento orgulloso(a) de vivir en una región con el folklore, las costumbres y las tradiciones que ésta tiene

Las correlaciones entre las puntuaciones sumatorias de los ítems que forman cada uno de los factores son positivas y significativas al nivel 0,001 (r1-2= 0,62; r1-3= 0,61; r2-3= 0,54). Esto indica que, a pesar de que podemos hablar de una estructura de tres factores, éstos se encuentran fuertemente asociados entre sí, y las tres subescalas formarían parte de un solo constructo que podría considerarse también como una sola unidad coherente.
Consideramos que este análisis muestra una fuerte correspondencia con la teoría con que fue diseñada la escala, si bien modifica nuestra hipótesis de que el constructo poseería una estructura de cuatro dimensiones en favor de una perspectiva trifactorial, con factores muy correlacionados entre sí.
Análisis factorial confirmatorio: Con el fin de determinar hasta que punto esta estructura factorial es consistente con los datos, realizamos un análisis factorial confirmatorio (AFC) sobre un modelo de tres factores de primer orden y un factor de segundo orden como
muestra la Figura 1. Este análisis nos permite además, hacer una estimación del grado en que los ítems son relevantes sólo en el factor al que pertenecen teóricamente y no en otro. Figura 1: Modelo Factorial de la Escala de Identidad Regional

Los principales índices de ajuste estimados para el modelo se presentan en la Tabla 7. En ella se puede apreciar que si bien algunos índices muestran que el ajuste no es completamente satisfactorio (RMSEA y χ2/g.l.), otros (CFI y NFI) sí se encuentran en rangos aceptables.
Tabla 7: Ajuste del Modelo Factorial de la Escala de
Identidad Regional Si bien existen muchos índices de ajuste global de un modelo estructural, muchos de ellos no son aplicables cuando existen no respuestas, como es nuestro caso. Por ello, para evaluar el ajuste de nuestro modelo sólo hemos calculado índices que, siendo aplicables a esta situación, resultan conocidos y frecuentemente utilizados.
Índices de ajuste Resultado
χ2 74 273; p<0,001
NFI 0,967
CFI 0,976
RMSEA 0,104
χ2/gl 3,695

274: Es el valor de la razón de verosimilitud chi cuadrado del modelo, dados sus grados de libertad, Grandes valores de χ2 indican que las matrices de correlación observadas y estimadas difieren considerablemente. Sus niveles de significación indican la probabilidad de que estas diferencias se deban solamente a variaciones de la muestra. Este estadístico es muy sensible al tamaño muestral, por lo que con muestras mayores a 200 casos tiende a señalar significación en presencia de diferencias irrelevantes entre las matrices.
NFI: Se le llama índice de ajuste normado y compara el grado de ajuste (en términos de chi cuadrado) del modelo propuesto por los autores con el ajuste de un modelo nulo (en que no hay ningún factor, todas las variables se encuentran aisladas). Toma un valor 0 si el ajuste del modelo propuesto es igual al del modelo nulo y un 1 si el modelo tiene un ajuste perfecto. Se recomiendan valores 0,9 o superiores para aceptar los modelos.
CFI: Se le llama índice de ajuste comparado y representa también una comparación entre el modelo estimado por los autores y el modelo nulo. Este índice es particularmente útil cuando se trabaja con muestras pequeñas. Valores cercanos a 0 indican que el modelo no mejora respecto al modelo nulo y valores de 1 indican ajuste perfecto. Usualmente valores superiores a 0,9 se consideran indicadores de un buen ajuste.
RMSEA: es el error de aproximación cuadrático medio. Consiste en la raíz cuadrada de los residuos (diferencia entre correlaciones observadas y predichas por el modelo) al cuadrado, dividido por los grados de libertad del modelo. En otras palabras, mide el promedio de residuos no explicados por el modelo. Se consideran aceptables valores menores que 0,05
o 0,08.
χ2/gl: Expresa el ajuste del modelo en términos de un cociente entre el valor de χ2 obtenido y los grados de libertad del modelo. Se considera que valores menores a 3 implican un buen ajuste.
También hay que considerar que todas las regresiones estandarizadas estimadas por el modelo (ver figura 1), tienen valores significativos. Por tanto, podemos afirmar que, si bien el ajuste del modelo a los datos no es totalmente satisfactorio, se adecua razonablemente a la información empírica, por lo que creemos posible asumir provisionalmente este modelo trifactorial.
Hipotetizamos que la principal razón del ajuste moderado de esta estructura factorial a los datos tiene relación con la fuerte correlación entre los tres factores, derivado de que algunas afirmaciones tienen pesos factoriales altos no sólo en un factor principal, sino también en un segundo factor, como vimos en la Tabla 5.
Validez por asociación con otras variables: Tal como ya señalamos, una de las variables medidas en el cuestionario fue el grado de identificación de los sujetos con su barrio, comuna, provincia, región y país.
Puesto que la encuesta se refería específicamente a la región de La Araucanía, y dado el alto porcentaje de estudiantes provenientes de otras regiones, para calcular la asociación entre la identificación con estas áreas territoriales y la puntuación en identidad regional, se seleccionó únicamente a los sujetos que cumplían alguno de los siguientes requisitos: a) haber nacido en la región de La Araucanía, o b) pese a no haber nacido allí, es la región de la que dice considerarse. Esta selección generó una muestra depurada de 165 sujetos.
Como podemos ver en la Tabla 8, la puntuación obtenida en la escala de identidad regional se asocia significativamente a la identificación con todas las entidades geográficamente incluidas en la región. Además, cabe notar que dicha asociación crece monótonamente a medida que nos acercamos a la escala geográfica regional.
Tabla 8: Relación Entre Identidad Regional y Otras
Identidades Territoriales.

Entidad Correlación de Spearman (n) Significación
Barrio 0,23 (150) p=0,006
Comuna 0,34 (149) p<0,001
Provincia 0,39 (141) p<0,001
Región 0,54 (151) p<0,001
Chile 0,10 (151) p=0,230

Otra prueba de la validez de esta escala proviene de su asociación con algunos de los datos demográficos de los sujetos. Al igual que en la muestra anterior, encontramos que se asocian fuertemente a la identidad regional el haber nacido en la Región de la Araucanía (t=8,47; p<0.001), y el considerarse de esa región (t=10,61; p<0,001). Y para los participantes que no habían nacido allí, se encontró una correlación alta y significativa entre la puntuación en identidad regional y el tiempo que se lleva viviendo en la región (r= 0,412; p<0,001).
Fiabilidad: La fiabilidad de la escala de identidad regional fue evaluada en términos de la consistencia interna a través del coeficiente alfa de Cronbach, cuyo valor fue de 0,89 para la escala total, con 13 ítems; 0,77 para la subescala "conciencia de pertenencia a la región”; 0,82 para la subescala "significado de pertenencia al territorio regional"; y 0,77 para la subescala "significado de la pertenencia a la cultura e historia regional".

Cuarta Etapa: Prueba Piloto Cualitativa en las dos Regiones
Objetivo
Aplicar el cuestionario completo en las dos regiones que conformarán nuestra población objetivo, con el fin de obtener una evaluación cualitativa del mismo por parte de los participantes y calcular el tiempo necesario para su aplicación.
Participantes
Esta muestra estuvo conformada por 60 estudiantes universitarios de las regiones de Valparaíso y de La Araucanía, estudiantes de las carreras de psicología e ingeniería comercial, seleccionados a través de un muestreo no probabilístico por conveniencia.
Materiales
El cuestionario aplicado estuvo compuesto por los siguientes instrumentos:
a) Escala de identidad regional. Dado que la estructura factorial obtenida en la etapa anterior no se ajustaba completamente a los datos, se decidió incluir en esta aplicación aquellos ítems que habían sido eliminados de la escala por dificultar la interpretación de los factores. Así, se aplicó una versión compuesta por 17 ítems, que se presentan a continuación:
1. 1. Con sus cosas buenas y malas, esta es la región y la cultura a la que pertenezco.
2. 2. Yo me siento parte de la historia de esta región.
3. 3. Si estoy mucho tiempo fuera de la región empiezo a extrañar el paisaje y el clima, como si esta región fuera parte de mí.
4. 4. Para mí, vivir en esta región es sólo algo temporal.
5. 5. Para mí es muy importante vivir en una región como esta, que tiene tanta abundancia de recursos naturales.
6. 6. Yo me siento más parte de la cultura chilena, que de la cultura de esta región.
7. 7. Si en conversaciones con familiares, amigos o conocidos alguien dijera algo desagradable acerca del paisaje de esta región, lo más probable es que yo me molestaría.
8. 8. Yo siento importantes vínculos con el paisaje de esta región.
9. 9. Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de esta región.
10. 10. Para mí esta región es la más hermosa del país.
11. 11. Yo me siento parte de esta región.
12. 12. Me siento orgulloso(a) de vivir en una región con el folklore, las costumbres y las tradiciones que ésta tiene.
13. 13. Me gustaría ir a vivir a otra región en los próximos años.
14. 14. La historia de esta región tienen muy poco que ver con el tipo de persona que yo soy.
15. 15. Me siento unido(a) de algún modo a la gente de esta región.
16. 16. Yo no siento ningún vínculo con la cultura de esta región.
17. 17. Mi forma de ser no está influida por la cultura de esta región.

b) Escala de actitud hacia la descentralización. Conformada por 15 ítems, que fueron los
que presentaron mayor correlación ítem-escala en la etapa anterior:
1. 1. Las empresas deben pagar sus impuestos en la región donde trabajan efectivamente, y no donde está la casa central, que suele ser en la Región Metropolitana.
2. 2. Si pudiera elegir, preferiría que el dinero que las personas pagan por impuestos fuera invertido en la región de cada cual.
3. 3. Si hubiera un plebiscito, yo votaría a favor de que la gestión de servicios como deportes, cultura y turismo fueran traspasados a las regiones.
4. 4. Si de mí dependiera, servicios como salud y educación volverían a ser administrados por el Gobierno Central desde Santiago.
5. 5. Las autoridades regionales deben ser electas por la propia ciudadanía de la región a través de un proceso democrático.
6. 6. Me molesta que los Gobiernos Regionales estén conformados por personas de fuera, porque ellos no conocen la realidad regional.
7. 7. Si las regiones recaudaran sus propios impuestos, éstos serían mejor aprovechados.
8. 8. Si de mi dependiera, los servicios como salud, educación y obras públicas, serían administrados a nivel regional.
9. 9. Me da rabia que lo que se recaude a través de impuestos vaya a un fondo común de todo el país, en lugar de quedarse en cada región.
10. 10. Tomar las decisiones en la propia región significaría soluciones más pertinentes a los problemas.
11. 11. La descentralización facilitaría la participación, la cooperación y la integración de los ciudadanos dentro de las regiones.
12. 12. Mi esperanza es que con una mayor descentralización aumentaría la motivación a participar, ya que las personas sentirían que están haciéndose cargo de sus propios problemas.
13. 13. Yo me opondría a que cada región recaudase sus propios impuestos.
14. 14. Me alegraría que hubiera más descentralización, porque eso permitiría un desarrollo más equitativo para las regiones y comunas.
15. 15. Todas aquellas actividades o funciones que afecten directamente a las personas, como salud o educación, deben ser gestionadas por la propia región.

c) Escala de actitudes hacia otros grupos regionales. Consta de cuatro preguntas, en formato tipo Likert, sobre las actitudes de los sujetos hacia los habitantes de otras regiones del país:
1. 1. Me gustaría familiarizarme más con personas de otras regiones.
2. 2. La gente de otras regiones no me parece tan simpática como la gente de acá.
3. 3. Cuando conozco a una persona que viene de otra región intento entablar conversación con el o ella.
4. 4. Uno puede aprender mucho de quienes viven en otras regiones.

d) Cuestionario de descripciones valóricas de Schwartz. Se utilizó la versión traducida y validada en Chile por J. L. Saíz (Saíz, 2004) que tiene una forma femenina y una masculina, que si bien contienen los mismos ítems, cambian los pronombres personales (e.g., “el” por “ella”) y los adjetivos calificativos (e.g., “creativo” por “creativa”). Esto significó construir cuatro formas distintas de nuestro cuestionario, una forma para cada región, y cada una de éstas en versión femenina y masculina.
e) Índice de identificaciones territoriales. Se mide la identificación con distintas áreas territoriales a través de seis preguntas de autoasignación en un continuo de siete puntos.
f) Caracterización prototípica de los chilenos y de los habitantes de la propia región: Se pidió a los participantes que mencionaran diez características distintivas de los chilenos en comparación con los habitantes de otros países latinoamericanos, y diez características distintivas de los habitantes de su región en comparación con otros chilenos.
g) Índice de nivel de participación en organizaciones: Consta de tres preguntas respecto a la participación del sujeto.
h) Índice de exposición a medios regionales de comunicación de masas: Se pregunta acerca del acceso a la prensa, radio y televisión regionales.
i) Índice de sentimiento religioso del sujeto: Consta de dos preguntas acerca de la pertenencia y el nivel de implicación religiosa del sujeto.
j) Índice de nivel socio económico familiar del sujeto: Son tres preguntas sobre nivel educativo de los padres y ocupación del jefe de hogar.
k) Índice de posicionamiento político del sujeto: Se pregunta por la posición y militancia política del sujeto, y si está o no inscrito en los registros electorales.
l) Preguntas de identificación sociodemográfica: Se pregunta por la edad del sujeto, su
sexo, carrera que estudia, origen urbano/rural, región de nacimiento y de la que se
considera, y región de nacimiento de los padres.
Procedimiento
Se contactó con un profesor universitario de cada región, y se solicitó su autorización para aplicar el cuestionario a un grupo de sus alumnos. La aplicación se llevó a cabo del mismo modo que en la muestra anterior, con la diferencia de que al termino de la misma se preguntó a los estudiantes acerca de su percepción del cuestionario y se discutieron colectivamente los aspectos que pudieran mejorarse.
Resultados
A partir de la discusión con los participantes, se realizaron dos cambios en el cuestionario. Entre las alternativas de respuesta a la pregunta sobre pertenencia religiosa, se agregó la de “Tienes tu propia creencia” ya que algunos estudiantes manifestaron ser creyentes, pero no sentirse identificados con ninguna religión tradicional. Y en la pregunta sobre diferencias entre chilenos y habitantes de otros países latinoamericanos y entre los habitantes de la propia región y otros chilenos, se pedía señalar 10 características para cada grupo, lo que se cambió por cinco características, ya que los estudiantes señalaron que les resultaba muy difícil mencionar más de cinco características.

Quinta Etapa: Aplicación a una muestra representativa de los estudiantes universitarios de las regiones de La Araucanía y Valparaíso.
Objetivo
Determinar las propiedades psicométricas de la escala al ser aplicada en otra región, y poner a prueba la estructura factorial propuesta en la etapa anterior.
Participantes
Esta última muestra fue seleccionada a través de un muestreo polietápico por conglomerados, ya que este tipo de muestreo, si bien implica aceptar un error mayor que el muestreo al azar simple, facilita la obtención de muestras de universos extendidos y masivos, como en nuestro caso.
Los participantes fueron 504 estudiantes universitarios, 234 de la región de La Araucanía y 270 de Valparaíso. El 48% fueron hombres y el 52% fueron mujeres. La media de edad fue 22 años, con un rango de 18 a 33 años. La distribución de los participantes según el campo de estudio se presenta en la Tabla 9.
Tabla 9: Porcentaje de Participantes Según Campo de Estudio.
Ingenierías 34%
Artes y Arquitectura 19%
Educación 17%
Ciencias Sociales 14%
Ciencias Empresariales 9%
Salud 7%

Materiales
A esta muestra se aplicó el mismo cuestionario utilizado en la etapa anterior, con la salvedad de dos cambios menores reportados como resultado de dicha etapa. Esta última versión es la que se presenta en el Apéndice III, en su forma femenina para la región de La Araucanía. En las formas masculinas se cambia el género de los pronombres y adjetivos, y en las versiones para Valparaíso, se cambia el nombre de la región cada vez que se alude a ella.
Procedimiento
Se confeccionó una lista de todas las carreras universitarias impartidas por todas las universidades presentes en cada región, agrupadas por área del conocimiento. Luego, en cada región se escogieron al azar 10 carreras, buscando reflejar las proporciones de carreras por área del conocimiento que se dan en cada región. Seguidamente, se contactó al Director de cada carrera seleccionada, se le explicaron los objetivos del estudio y se solicitó su autorización para la aplicación del cuestionario a un curso cualquiera, excepto alumnos de primer año. Esta restricción se debió al interés por determinar si los planes de estudio de las distintas carreras ejercían alguna influencia sobre la identidad regional de los participantes, y de ser así, los alumnos de primer año habrían estado expuestos por muy poco tiempo a la correspondiente socialización como para que los efectos fueran visibles.
Una vez obtenida las autorizaciones correspondientes en cada carrera, se aplicó el instrumento a los alumnos de cada curso seleccionado. Esta aplicación se realizó en las mismas condiciones que en las muestras anteriores, esto es, el cuestionario fue autoadministrado colectivamente en el aula de clases, con un investigador presente, quien leyó las instrucciones y respondió las consultas de los participantes. La aplicación tardó 25 minutos en promedio.
Resultados
En esta etapa se realizó el análisis de ítems para determinar su poder discriminatorio; se aplicó un análisis factorial exploratorio para contrastar la estructura factorial propuesta anteriormente; se calculó la fiabilidad del instrumento; y finalmente, se evaluó la asociación entre las puntuaciones en identidad regional y otras variables, con el fin de evaluar la validez por convergencia de la escala.
Análisis de ítems: Para determinar el poder de discriminación de cada ítem se calculó su media y desviación típica, lo que se presenta en la Tabla 10. Como se observa, ningún ítem presenta una desviación típica inferior a 0,90 e incluso los ítems con puntuaciones medias más extremas, como el ítem 13, con una media de 2,58, o el ítem 17 con una media de 3,9, presentan desviaciones suficientes como para discriminar entre participantes con altas o bajas puntuaciones.
Tabla 10: Medias y Desviaciones Típicas de los Ítems (rango de respuesta de 1 a 5).
Ítem Media Desviación Típica Ítem Media Desviación Típica
1 3.70 1.252 10 3.12 1.178
2 2.93 1.221 11 3.65 1.081
3 3.62 1.235 12 3.63 1.005
4 3.20 1.351 13 2.72 1.177
5 3.86 .996 14 3.04 1.014
6 2.58 1.062 15 3.60 .921
7 3.42 1.151 16 3.68 1.059
8 3.90 .948 17 2.87 1.215
9 2.91 1.076

El coeficiente de correlación de Pearson entre las respuestas al ítem y la puntuación en la escala total, eliminando el ítem de la puntuación escalar, se presentan en la tabla 11.
Tabla 11: Correlación Ítem – Escala Ítem Correlación item-test Ítem Correlación ítem-test
1 0,68 10 0,57
2 0,64 11 0,80
3 0,57 12 0,66
4 0,62 13 0,50
5 0,51 14 0,44
6 0,34 15 0,61
7 0,34 16 0,64
8 0,65 17 0,58
9 0,69

Todos los ítems presentaron correlaciones significativas al nivel 0,01 y superiores a 0,30 con la escala total, lo que puede considerarse un valor satisfactorio, por lo que, debido a que se deseaba conservar el mayor número posible de ítems para realizar los siguientes análisis, se decidió no eliminar ninguno en esta etapa.
Análisis Factorial: Se realizó un análisis factorial exploratorio de máxima verosimilitud, con rotación varimax, sobre los 17 ítems de la escala. El criterio de corte utilizado fueron los autovalores mayores a uno, con lo que se encontró una solución de tres factores que explicaban el 56,7% de la varianza.
La medida de adecuación muestral KMO fue alta (0,93) y la prueba de esfericidad de Bartlett mostró un valor significativo (χ2136=3585; p<0,001), lo que indicaba que era posible realizar este tipo de análisis. Sin embargo, cinco ítems presentaron comunalidades inferiores a 0,40 y la prueba de bondad de ajuste fue significativa, lo que significa que el modelo no ajusta adecuadamente a los datos (χ288=220,45; p<0.001).
Debido a que utilizando otros procedimientos de extracción se obtuvieron soluciones prácticamente idénticas, sólo describiremos los factores encontrados a través de máxima verosimilitud. Éstos se presentan en la Tabla 12, donde se indican los pesos factoriales de los ítems en cada uno de los tres factores.
Tabla 12: Pesos Factoriales del Análisis de Máxima Verosimilitud con Rotación Varimax Ítem Peso sobre Factor 1 * Peso sobre Factor 2 * Peso sobre Factor 3 *
1 0,542 0,338 0,361
2 0,594
6 0,316
9 0,572 0,339
10 0,548 0,424 0,336
12 0,527 0,471
14 0,555
15 0,571 0,394
16 0,667
17 0,682
3 0,503 0,308
5 0,520
7 0,604
8 0,330 0,689
11 0,478 0,412
4 0,752
13 0,685

* = Incluye sólo pesos mayores a 0,30
Como podemos observar, ocho de los 17 ítems tienen pesos superiores a 0,30 en más de un factor, por lo que se determinó que cada ítem se adjudicaría al factor en el que presentara mayor peso. Así, en la Tabla 13 se muestra que el primer factor, que explica el 41,7% de la varianza, incluye los ítems acerca de la “conciencia de pertenencia a la región” y el “significado valorativo y emocional de la pertenencia a la historia y la cultura regional”, los que en la solución factorial obtenida en la etapa anterior formaban dos factores distintos. El segundo factor, que explica un 8,2% de la varianza corresponde a lo que habíamos denominado “significado valorativo y emocional de la pertenencia al territorio regional”, y el tercer factor, con un 6,9% de la varianza explicada, representaría lo que podríamos llamar “conciencia de permanencia en la región”.
Tabla 13: Ítems por Factores Factores N° Item
Factor 1. Conciencia de 1 Con sus cosas buenas y malas, esta es la región y la cultura a la que pertenezco
pertenencia y significado valorativo y emocional de la pertenencia a la cultura e 2 Yo me siento parte de la historia de esta región.
6 Yo me siento más parte de la cultura chilena, que de la cultura de esta región
9 Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de esta región.
historia regional 11 Yo me siento parte de esta región
12 Me siento orgulloso(a) de vivir en una región con el folklore, las costumbres y las tradiciones que ésta tiene.
14 La historia de esta región tienen muy poco que ver con el tipo de persona que yo soy.
15 Me siento unido(a) de algún modo a la gente de esta región.
16 Yo no siento ningún vínculo con la cultura de esta región.
17 Mi forma de ser no está influida por la cultura de esta región.
Factor 2. Significado valorativo y emocional de la pertenencia al territorio regional 3 Si estoy mucho tiempo fuera de la región empiezo a extrañar el paisaje y el clima, como si esta región fuera parte de mí.
5 Para mí es muy importante vivir en una región como esta, que tiene tanta abundancia de recursos naturales.
7 Si en conversaciones con familiares, amigos o conocidos alguien dijera algo desagradable acerca del paisaje de esta región, lo más probable es que yo me molestaría.
8 Yo siento importantes vínculos con el paisaje de esta región.
10 Para mí esta región es la más hermosa del país.
Factor 3. 4 Para mí, vivir en esta región es sólo algo temporal.
Conciencia de Permanencia en la región 13 Me gustaría ir a vivir a otra región en los próximos años.

Las correlaciones entre las puntuaciones factoriales son altas y significativas al nivel 0,001 (r1-2= 0,62; r1-3= 0,54; r2-3= 0,45). Este dato, unido al hecho de que el ajuste del modelo a los datos no es satisfactorio, y que además, los factores encontrados no coinciden con la estructura factorial obtenida en análisis anteriores, hace no conveniente continuar con el análisis de las subescalas, por lo que, para las siguientes etapas de esta investigación, consideraremos la escala de identidad regional como un instrumento unidimensional.
Validez por asociación con otras variables: Como variable de contraste se midió el grado de identificación de los sujetos con su región a través de una escala de autoasignación de siete puntos, y se le correlacionó con la puntuación en la escala de identidad regional, obteniéndose una correlación alta y significativa (r=0,48).
Se observan diferencias de medias significativas en la puntuación en la escala de identidad regional entre los estudiantes que han nacido en la región y los que no han nacido allí (t396=11,353; p<0,001), siendo mayor la puntuación de quienes han nacido en la región. La región de la cual el sujeto se considera ejerce una influencia similar en la identidad regional, siendo mayor la media de las puntuaciones de los sujetos que se consideran de la región objeto de estudio que la de aquellos que se consideran de cualquier otra región (t466=13,698; p<0,001).
En la misma dirección, se aprecian diferencias en la intensidad de la identidad regional entre los estudiantes cuyos padres han nacido en la región y aquellos cuyos padres han nacido en cualquier otra región (diferencia de media según región de nacimiento de la madre: t472=8,824; p<0,001. diferencia de media según región de nacimiento del padre: t460=6,599;p<0,001). Y para aquellos sujetos que no han nacido en la región, se aprecia una correlación significativa entre los años que se lleva viviendo en ella y la puntuación en identidad regional (r=0,15; p=0,038).
Fiabilidad: La fiabilidad de la escala se evaluó en términos de la consistencia interna, utilizando para ello el coeficiente Alfa de Cronbach. Con los 17 ítems iniciales se estimó un Alfa de 0,90, y a través del proceso de eliminación sucesiva de ítems se llegó a 14 ítems manteniendo un Alfa de 0,90, priorizando de este modo la parsimonia de la escala.
En síntesis, acerca de la construcción y validación de la escala de identidad regional, podemos concluir que se ha construido una escala con adecuadas propiedades psicométricas, válida para estudiar este constructo en estudiantes universitarios de las dos regiones objetivo de esta investigación, y que será considerada como un instrumento unidimensional, ya que los análisis acerca de su estructura interna han arrojado resultados contradictorios.
Se ha diseñado una versión de 17 ítems que funcionan adecuadamente, pero en un intento por privilegiar la parsimonia de la escala, se ha decidido trabajar en la siguiente etapa con una versión de 14 ítems, que presenta similares propiedades psicométricas.
Además, y con el fin de disponer de una versión de la escala de identidad regional que pudiera ser utilizada en distintos contextos requiriendo poco tiempo de aplicación, se diseñó una versión reducida de la misma a través del proceso de eliminación sucesiva de ítems, basándose en el coeficiente alfa de Cronbach.
Así, se construyó una forma compuesta por tres ítems, con una fiabilidad de 0,81 y que presenta un coeficiente de correlación de Pearson de 0,88 con la versión de la escala conformada por 14 ítems (p<0,001).
Los ítems que constituyen esta versión abreviada son los siguientes:
1. 1. Yo me siento parte de la historia de esta región.
2. 2. Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de esta región.
3. 3. Yo me siento parte de esta región.

Para evaluar la validez convergente de esta versión de la escala, se calculó su asociación con distintas variables y se compararon estos resultados con los obtenidos a partir de la versión de 14 ítems, encontrándose asociaciones significativas con las mismas variables para ambas versiones, lo que se presenta en el Apéndice IV.
CAPÍTULO 3. ESTUDIO II

IDENTIDAD REGIONAL: SU INTENSIDAD, SIGNIFICADOS Y CORRELATOS

PSICOSOCIALES.

Método
Participantes.
Como se ha descrito en la última etapa del capítulo anterior, los participantes fueron 504 estudiantes universitarios, seleccionados a través de un muestreo polietápico por conglomerados. El 48% fueron hombres y el 52% mujeres, la media de edad fue 22 años, con un rango de 18 a 33 años.
Materiales
El cuestionario utilizado es el que se presenta en el Apéndice III. Sólo hubo cambios en el número de ítems considerado para obtener las puntuaciones de las escalas de identidad regional y de actitudes hacia otros grupos regionales. A continuación se describen los instrumentos que componen el cuestionario referido.
a) Escala de identidad regional: Se obtuvo para esta escala un coeficiente alfa de Cronbach de 0,90, y está compuesta por los siguientes ítems:
1. 1. Con sus cosas buenas y malas, esta es la región y la cultura a la que pertenezco.
2. 2. Yo me siento parte de la historia de esta región.
3. 3. Si estoy mucho tiempo fuera de la región empiezo a extrañar el paisaje y el clima, como si esta región fuera parte de mí.
4. 4. Para mí, vivir en esta región es sólo algo temporal.
5. 5. Para mí es muy importante vivir en una región como esta, que tiene tanta abundancia de recursos naturales.
6. 6. Si en conversaciones con familiares, amigos o conocidos alguien dijera algo desagradable acerca del paisaje de esta región, lo más probable es que yo me molestaría.
7. 7. Yo siento importantes vínculos con el paisaje de esta región.
8. 8. Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de esta región.
9. 9. Yo me siento parte de esta región.
10. 10. Me siento orgulloso(a) de vivir en una región con el folklore, las costumbres y las tradiciones que ésta tiene.
11. 11. Me gustaría ir a vivir a otra región en los próximos años.
12. 12. Me siento unido(a) de algún modo a la gente de esta región.
13. 13. Yo no siento ningún vínculo con la cultura de esta región.
14. 14. Mi forma de ser no está influida por la cultura de esta región.

b) Escala de actitudes hacia la descentralización: Formada por 15 ítems, presentó un coeficiente alfa de Cronbach de 0,86.
c) Escala de actitudes hacia otros grupos regionales: Constaba originalmente de cuatro ítems tipo Likert, pero se eliminó uno de ellos por presentar una baja correlación con el resto de la escala. Alcanzó un coeficiente alfa de Cronbach de 0,65, y está formada por los siguientes ítems:
1. 1. Me gustaría familiarizarme más con personas de otras regiones.
2. 2. Cuando conozco a una persona que viene de otra región intento entablar conversación con él o ella.
3. 3. Uno puede aprender mucho de quienes viven en otras regiones.

d) Cuestionario de adscripciones valóricas de Schwartz: Se utilizó la versión traducida y validada en Chile por Saíz (Saíz, 2004).
e) Índice de identificaciones territoriales. Se mide la identificación con distintas áreas territoriales a través de seis preguntas de autoasignación en un continuo de siete puntos.
f) Caracterización prototípica de los chilenos y los habitantes de la propia región: Se pidió a los participantes que mencionaran cinco características distintivas de los chilenos en comparación con los habitantes de otros países latinoamericanos, y cinco características distintivas de los habitantes de su región en comparación con otros chilenos.
g) Índice de nivel de participación en organizaciones: Consta de tres preguntas respecto a la participación del sujeto.
h) Índice de exposición a medios regionales de comunicación de masas: Se pregunta acerca del seguimiento de prensa, radio y televisión regionales.
i) Índice de sentimiento religioso del sujeto: Consta de dos preguntas acerca de la pertenencia y el nivel de implicación religiosa del sujeto.
j) Índice de nivel socio económico familiar del sujeto: Son tres preguntas sobre nivel educativo de los padres y ocupación del jefe de hogar.
k) Índice de posicionamiento político del sujeto: Se pregunta por la posición y militancia política del sujeto, y si está o no inscrito en los registros electorales.
l) Preguntas de identificación sociodemográfica: Se pregunta por el origen urbano/rural del sujeto, su edad, sexo y carrera estudiada.
Procedimiento
Descrito en la última etapa del capítulo anterior.

Resultados
Intensidad de la Identidad Regional
Debido a que alrededor de un 30% de los encuestados no vive efectivamente en la región en la que estudia, sino que se ha trasladado a ella sólo durante el año académico, para calcular el nivel de identidad regional de los participantes de cada región fue necesario seleccionar una submuestra. Ésta incluyó sólo a los estudiantes que nacieron en la región y a los que, sin haber nacido en ella, han señalado considerarse de esa región, a través de sus respuestas a la pregunta “¿De qué región te consideras?”.
En la figura 2 se presentan las puntuaciones medias obtenidas en la escala de identidad regional por esta submuestra de participantes en cada región. Como puede apreciarse, tanto en Valparaíso como en La Araucanía los estudiantes obtuvieron una puntuación media de 3,7 en una escala de 1 a 5, es decir, en promedio los estudiantes de cada región obtuvieron un 68% de la puntuación máxima posible.

Con el objeto de comparar la intensidad de esta identidad con la de otras identidades territoriales, se preguntó a los participantes por su grado de identificación con su barrio, ciudad, provincia, región, Chile y América Latina, para lo que se utilizó una escala de autoasignación de 7 puntos.
En la figura 3 se presenta el nivel medio de identificación con las distintas entidades territoriales para la submuestra ya descrita, y podemos ver que en ambas regiones la mayor identificación de los estudiantes es con el país, seguida por la identificación con la respectiva región. En Valparaíso la identificación media con Chile es de 5,8 y con la región de 5,1 y en La Araucanía la identificación media con el país es de 6,2 y de 5,3 con la región. La única diferencia de medias significativa entre ambas regiones es en la identificación con Chile (t329=2,523; p=0,012), es decir, los estudiantes de La Araucanía presentan niveles más altos de identificación con el país que los estudiantes de Valparaíso, pero en relación con las otras entidades territoriales los niveles de identificación de ambos grupos son muy similares.

Estos resultados otorgan respaldo a la Hipótesis 1 ya que en las dos regiones evaluadas la identidad regional de los participantes aparece como moderadamente alta, y al compararla con otras identidades territoriales, aparece en segundo lugar luego de la identificación con el país.
Esto nos podría indicar que efectivamente las regiones chilenas han llegado a conformar una categoría con la cual las personas pueden identificarse, y que ha sido así para la mayoría de los estudiantes que conforman nuestra muestra.
Significados de la Identidad Regional
Para estudiar los significados de la identidad regional hemos utilizado el modelo de Schwartz (1992) sobre la organización de los valores personales, ya que como plantea Abrams (1992), las diferencias individuales en la intensidad de una identidad social pueden deberse diferencias en las metas o valores personales asociados a la categoría. Así, la conceptualización de la identidad como un valor nos permite estudiar indirectamente su significado, ya que como propone Rokeach (1973), el significado funcional de los valores personales se refleja en las relaciones que las personas establecen entre ellos.
En la Tabla 14 se presentan las correlaciones significativas entre las puntuaciones en identidad regional y las puntuaciones en los distintos valores del modelo de Schwartz, para la submuestra que incluye a los participantes nacidos en la región o que se consideran de ella. Como puede observarse, los únicos valores con los que hay asociación significativa en ambas regiones son universalismo y benevolencia, que son además, las únicas asociaciones significativas al 0,01.
Tabla 14: Correlaciones Significativas Entre la Puntuación en Identidad
Regional y La Puntuación en Distintos Valores.
Valor Valparaíso La Araucanía
Hedonismo R=0,176; p=0,021
Estimulación R=0,159; p=0,036
Universalismo R=0,252; p=0,001 R=0,312; p<0,001
Benevolencia R=0,362; p<0,001 R=0,241; p=0,003
Tradición R=0,190; p=0,012
Seguridad R=0,177; p=0,020

Con el fin de conocer los valores que distinguen a los sujetos con baja y alta identidad, hemos conformado dos grupos, seleccionando al 25% de los participantes con más baja puntuación en la escala de identidad regional y al 25% con mayores puntuaciones en dicha escala. En la Figura 4 se presentan las puntuaciones medias en cada uno de los diez valores del modelo para los participantes con baja y alta identidad regional. Como podemos apreciar, los participantes con altas puntuaciones en identidad regional presentan puntuaciones más altas en todos los valores excepto en poder, logro y conformidad. La prueba t de diferencia de medias muestra diferencias significativas entre los sujetos con alta y baja puntuación en los valores de benevolencia (t234=5,36; p<0,001), universalismo (t237=5,19; p<0,001), seguridad (t236=2,91; p=0,004), hedonismo (t236=2,26; p=0,25) y autodirección (t237=2,04; p=0,43).
Figura 4: Media de Las Puntuaciones en Cada Valor, Según Nivel de Identidad Regional.

Para obtener una representación gráfica de las distancias entre los diferentes valores y la identidad regional, y por lo tanto, de los significados de ésta, hemos recurrido a la técnica del escalamiento multidimensional. Esta técnica representa en distancias geométricas el grado de relación entre distintas variables, que en este caso son los 40 ítems del cuestionario de adscripciones valóricas y la puntuación en la escala de identidad regional. Como una guía para la interpretación del gráfico, se ha puesto junto a cada agrupación de ítems una etiqueta con el tipo valórico que representan, y para identificarla más fácilmente, la puntuación en la escala de identidad regional aparece dentro de una elipse.
Tal como podemos apreciar en las Figura 5 y 6, tanto la identidad con la región de Valparaíso y como la identidad con la región de La Araucanía, aparece cercana a los valores de universalismo y benevolencia.
Figura 5: Significados de La Identidad Regional en Estudiantes de Valparaíso

Dimension 2
1
0
-1
-2
-3
-2.0 -1.5 -1.0 -.5 0.0 .5 1.0 1.5 Dimension 1
Figura 6: Significados de la Identidad Regional en Estudiantes de La Araucanía
1.5
1.0

Dimension 2
.5
0.0
-.5
-1.0
-1.5
-2.0
-2-10 1 2 3 Dimension 1
Esta semejanza en los significados de la identificación con la región de Valparaíso y con la región de La Araucanía justifica realizar un análisis conjunto para describir el significado de la identidad regional en ambas regiones. Dicho análisis se presenta en la Figura 7, y permite concluir, refutando la Hipótesis 2, que para nuestros participantes la identidad regional se asocia a valores de benevolencia, es decir a valorar la preservación e incremento del bienestar de las personas con las que uno se relaciona, y a valores de universalismo, esto es, a valorar la comprensión, el aprecio, la tolerancia y la protección de toda la humanidad y la naturaleza, valores que, en conjunto, constituyen los valores de
autotrascendencia.
En Chile no se habían realizado estudios de este tipo, por lo que sólo contábamos como referente con el estudio de Grad (2001), quien encontró en tres comunidades autónomas españolas, que las identidades regionales aparecían principalmente asociadas a los valores de apertura al cambio, lo que pareciera indicar que el significado de las identidades regionales en Chile es distinto al significado que estas identidades tienen para los españoles.
Figura 7: Significados de la Identidad Regional Para Ambas Regiones
2.0
1.5
1.0
.5
0.0
-.5
-1.0
-1.5
-2.0
-3-2-10 1 2


Dimensión 1
Dimensión 2
Para tener una visión más completa del significado de la identidad regional puede ser de utilidad compararla con la identidad nacional. Para ello hemos realizado el escalamiento multidimensional con los ítems de la escala de valores y el grado de identificación con
Dimensión 2
Chile, medido a través de una escala de autoasignación de 7 puntos. Dicho análisis se presenta en la Figura 8.
Figura 8: Significados de La Identidad Nacional.
2.0
1.5
1.0
.5
0.0
-.5
-1.0
-1.5
-2.0
-3-2-10 1 2


Dimensión 1
Como podemos apreciar, y corroborando la Hipótesis 3, la identificación con Chile aparece cercana a los valores de conformidad (restricción de acciones, tendencias e impulsos que pueden disgustar o dañar a otros y violar normas o expectativas sociales) y a valores de seguridad (seguridad, estabilidad y armonía en la sociedad, las relaciones y uno mismo) que constituyen valores de conservación. Esto es coincidente con los resultados obtenidos por Saiz y Gempp (2001) en una muestra de estudiantes universitarios chilenos, y por Grad (2001) en tres comunidades autónomas españolas.
Así, podemos señalar que la identidad nacional de nuestros participantes se asocia a valores de conservación, y que la identidad con las regiones chilenas se asocia a valores de autotrascendencia, tipos valóricos que según el modelo teórico de Schwartz serían adyacentes, es decir, existiría entre ellos un continuo motivacional ya que comparten ciertas metas.
Otro procedimiento utilizado para acercarnos a los significados que la identidad regional tiene para nuestros participantes, fue solicitarles que mencionaran cinco características distintivas de los habitantes de su región en comparación con el resto de los chilenos. El listado obtenido fue codificado en función de las categorías que se presentan en la Tabla
15.
Mediante un panel de tres jueces se asignó a cada categoría una valencia de 1 o –1, dependiendo de si se trataba de características positivas o negativas, a excepción de dos categorías que fueron designadas con valencia 0, dado que al parecer de los jueces ésta puede ser positiva o negativa dependiendo del contexto.
Tabla 15: Definición de Categorías Distintivas de los Chilenos y los Habitantes de la Propia Región Palabra emblemática Valencia Definición
Fríos - Personas que no expresan sus emociones a los demás, generando desconfianza en sus interlocutores.
Cálidos + Personas que expresan emociones positivas hacia los demás, generando confianza en sus interlocutores.
Cuenteros - Personas que expresan emociones positivas hacia los demás, pero que no resultan creíbles.
Pesimistas - Personas dominadas por emociones negativas, que ven pocas expectativas de salida de las situaciones negativas en que se encuentran.
Alegres + Personas dominadas por emociones positivas, que gozan de la vida y ven el futuro de manera optimista.
Viciosos - Personas que abusan del gozar de la vida, desarrollando adicciones a drogas o alcohol.
Egoístas - Personas que no manifiestan solidaridad con los demás, sino que se preocupan sólo de sí mismos.
Solidarios + Personas generosas o caritativas que se preocupan por el bienestar de los demás.
Pasivos - Personas poco activas o creativas, que no manifiestan deseos de actuar para cambiar las situaciones en que se encuentran.
Creativos + Personas con actitudes muy activas, que continuamente están en busca de nuevas formas para cambiar las condiciones en que viven.
Incultos - Personas de poca educación, de mal hablar e ignorantes.
Cultos + Personas con alto nivel educativo, cultos e inteligentes.
Luchadores + Personas valientes, con capacidad de luchar por sus objetivos.
Conflictivos - Personas que luchan por sus objetivos pero de manera exagerada causando rechazo en el resto de las personas.
Deshonestos - Personas que faltan a la moral, usualmente con el objetivo de obtener beneficios que no se merecen.
Honestos + Personas que dicen generalmente la verdad, por lo que es posible tener confianza en sus actos y dichos.
Organizados + Personas ordenadas que privilegian la planificación y la estabilidad sobre la toma de riesgos.
Tímidos - Personas con poca confianza en sí mismas, que se valoran poco y son dependientes de la opinión de los demás.
Seguros + Personas seguras de sí mismas, convencidas de su propio valor y capacidades.

Arrogantes - Personas despectivas con quienes tienen un estatus social inferior, muy preocupados de las apariencias y los bienes materiales.
Humildes 0 Personas conscientes de las propias limitaciones y debilidades y que actúan de acuerdo con este conocimiento.
Ingenuos - Personas crédulas, capaces de confiar de manera desmedida en los dichos de los demás.
Discriminadores - Personas que tienden menospreciar a personas o colectividades diferentes ya sea por etnia, género, o clase social.
Mediocres - Personas que no se esfuerzan por mejorar su situación, tanto por no tener capacidad de trabajo como por incapacidad de organización.
Trabajadores + Personas esforzadas, que intentan activamente mejorar su situación a través del trabajo y la responsabilidad personal.
Acelerados - Personas que viven muy rápidamente, sufriendo de estrés.
Tranquilos + Personas que se toman la vida con calma
Pobres - Personas de bajo nivel socio económico, tecnológicamente atrasadas y menospreciadas.
Desarrollados + Personas de buen nivel socioeconómico, capaces de aprovechar las oportunidades que brinda el progreso tecnológico.
Sin identidad - Personas que no conocen ni valoran su región y su cultura
Tradicionalistas + Personas que valoran su región y su país y respetan sus costumbres y tradiciones.
Mapuches 0 Personas que pertenecen al pueblo mapuche.
No ecológicos - Personas poco preocupadas del medio ambiente.
Ecológicos + Personas preocupadas por la preservación del medio ambiente .
Conservadores - Personas que no manifiestan deseos de abrirse a nuevas formas de pensamiento y de conducta.
Progresistas + Personas democráticas y tolerantes que valoran la diversidad.

Sobre la base de este criterio, se calculó la media de la valencia de las características que cada sujeto mencionó como distintivas de los chilenos y de los habitantes de su región, obteniéndose dos índices que iban de 1 a –1.
La valencia media de las características regionales mencionadas por los sujetos que han nacido en la región, o que se consideran de ella, fue 0,45 en Valparaíso y 0,27 en La Araucanía, es decir, en ambas regiones nuestros participantes tienen, en promedio, una percepción positiva de los habitantes de su región. En cambio, al realizar este cálculo para los participantes que no se consideran de la región en la que estudian, la valencia media fue de 0,40 en la región de Valparaíso y de -0,07 en La Araucanía. Es decir, los participantes que se han radicado temporalmente en Valparaíso, tienen una percepción positiva de sus habitantes, pero los participantes que han ido a estudiar a La Araucanía tienen una percepción más bien negativa de sus habitantes.
La prueba t de diferencias de medias para muestras independientes refleja que hay diferencias estadísticamente significativas entre las regiones en la valencia de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de su región por la submuestra de participantes que se consideran de la misma (t284=2.608; p=0,010). Pero al realizar este análisis sólo con los participantes que no se consideran de la región las diferencias son aún mayores (t126=4,258; p<0,001).
Esto quiere decir que los estudiantes de Valparaíso tienen una visión más positiva de los habitantes de su región que los estudiantes de La Araucanía, pero esta diferencia es aún mayor cuando consideramos sólo a los estudiantes que viven temporalmente en la región, lo que se refleja al comparar las Tablas 16 y 17.
En la Tabla 16 se presentan las diez características regionales más mencionadas por todos los participantes de de Valparaíso, y el porcentaje de menciones tanto para la submuestra de participantes que han nacido o se consideran de la región, como para los que no se consideran de ella.
Tabla 16: Porcentaje de Características Señaladas Como Distintivas Para los Habitantes de Valparaíso.
Característica Valencia Se consideran de la región No se consideran de la región
Cálidos + 23,8 14,9
Alegres + 16,2 14,9
Trabajadores + 6,7 6,0
Mediocres - 5,1 6,0
Solidarios + 3,7 5,5
Tranquilos + 4,0 3,4
Creativos + 2,7 3,4
Arrogantes - 2,7 3,4
Tradicionalistas + 1,4 6,0
Humildes 0 2,2 3,4

En la Tabla 17 se presentan las diez características más mencionadas por todos los participantes de la región de La Araucanía y el porcentaje de menciones para la submuestra de sujetos que han nacido o se consideran de la región y para quienes no se consideran de ella.
Tabla 17: Porcentaje de Características Señaladas Como Distintivas Para los Habitantes de La Araucanía
Característica Valencia Se consideran de la región No se consideran de la región
Cálidos + 25,8 14,5
Trabajadores + 7,4 4,7
Fríos - 3,5 8,2
Conflictivos - 3,7 8,5
Alegres + 4,4 3,1
Solidarios + 3,4 3,8
Humildes 0 5,3 1,3
Arrogantes - 1,9 5,3
Tradicionalistas + 2,7 4,1
Discriminadores - 1,9 4,4

Así, podemos ver que hay coincidencia en siete de las diez características más mencionadas en ambas regiones, pero de las tres que son diferentes, en La Araucanía todas tienen valencia negativa (fríos, conflictivos, discriminadores), y en Valparaíso en cambio, sólo una tiene valencia negativa y dos positiva (mediocres, tranquilos, creativos).
Con las características que recibieron más del 2% de las menciones, se realizaron análisis de correspondencias múltiples para conocer las distintas visiones que nuestros participantes tienen de los habitantes de la región en la que estudian.
En la Figura 9 se presenta dicho análisis para los participantes que han nacido o se consideran de la región en la que estudian, incluyéndose la región como variable complementaria, es decir, como una variable que si bien está situada en el gráfico, no influye en el cálculo de distancias entre las características.
Figura 9: Visión que Tienen de los Habitantes de su Propia Región los Participantes de Valparaíso y La Araucanía.

-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 Dimensión 1 (8.542% de la Inercia)
En la Figura 10 se presenta el mismo análisis pero para los participantes que no se consideran de la región en la que estudian, incluyendo la región como variable complementaria.
Figura 10: Visión que Tienen de Los Habitantes de La Región en la que Estudian los Participantes de Valparaíso y La Araucanía que No Se Consideran de Dicha Región.
2.5

Dimensión 2 (7.471% de la Inercia)
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0 -0.5 -1.0 -1.5 -2.0
-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0
Dimensión 1 (9.326% de la Inercia)

Como podemos apreciar comparando las figuras 9 y 10, los estudiantes que se consideran de la región en la que estudian tienen visiones más bien similares de los habitantes de su región, ya que en la Figura 9 Valparaíso y La Araucanía aparecen muy cercanos y prácticamente en el centro del gráfico. Pero cuando realizamos el análisis con aquellos participantes que no se consideran de la región en la que estudian, y que se han trasladado a ella sólo para asistir a la universidad, podemos ver notorias diferencias entre las regiones, ya que en la Figura 10 Valparaíso y La Araucanía aparecen más distanciados, moviéndose Valparaíso hacia la izquierda del gráfico, donde se encuentran las características positivas, y acercándose La Araucanía hacia la derecha de la figura, donde se representan las características negativas.
Las Figuras 11 y 12 nos muestran la visión que los participantes de cada región tienen de los habitantes de la misma, incluyendo como variable complementaria si los participantes se consideran o no de la región.
Figura 11: Visión que Los Participantes de Valparaíso Tienen de Los Habitantes de la Región en la que Estudian.

-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5
Dimensión 1 (8.948% de la Inercia)

Figura 12: Visión que Los Participantes de La Araucanía Tienen de Los Habitantes de La Región en la que Estudian.

Dimensión 2 (7.039% de la Inercia)
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0 -0.5 -1.0 -1.5
-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5 Dimensión 1 (9.528% de la Inercia)
La comparación de las figuras 11 y 12 nos permite confirmar las diferencias existentes entre regiones respecto a la visión que tienen de la misma los participantes que estudian allí pero que no se consideran de la región. En la figura 11, las etiquetas que indican sí los estudiantes se consideran o no de la región (SÍ o NO) aparecen prácticamente superpuestas en el centro del gráfico, es decir, casi no habría diferencias entre los estudiantes que se consideran de la región y los que no, respecto a la visión que tienen de los habitantes de Valparaíso. En la figura 12 en cambio, vemos que quienes se consideran de La Araucanía aparecen hacia la derecha de la figura, es decir, tendrían una visión más positiva de los habitantes de la región que quienes no se consideran de ella, y que aparecen hacia la izquierda de la figura, con una visión más negativa.
En la Figura 13 se presenta el análisis de correspondencias de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de Valparaíso por los participantes que han nacido o se consideran de esa región.
Figura 13: Visión que Tienen de Los Habitantes de su Propia Región los Estudiantes de Valparaíso.
Dimension 2 (12.06% de Inercia)
1.0
0.5
0.0
-0.5
-1.0
-1.5
-2.0
-2.5
-3.0


-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5 3.0
Dimensión 1 (12.82% de Inercia)

Al igual que en las figuras anteriores, podemos ver que hacia la derecha del gráfico se encuentran las características positivas y hacia la izquierda aparecen las características con valencia negativa, pero además, podemos distinguir cuatro grupos de características mencionadas por los sujetos, es decir, cuatro visiones distintas acerca de los habitantes de la región de Valparaíso.
Una visión que incluye las características tranquilos, creativos, cálidos y alegres, que podríamos interpretar como personas agradables y festivas; Otra que sería de personas confiables o buenas personas, que comprende las características humildes, solidarios y trabajadores; Una tercera visión, que agrupa las características de arrogantes y mediocres,
Dimensión 2 (9.246% de la Inercia)
que podríamos definir como personas desagradables; y una última visión que podríamos denominar personas poco confiables, que incluye las características deshonestos, incultos, y fríos.
En la Figura 14 se presenta el análisis para los participantes que han nacido o se consideran de la región de La Araucanía.
Figura 14: Visión que Tienen de Los Habitantes de su Propia Región Los Estudiantes de La Araucanía.
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
-0.5
-1.0
-1.5
-2.0
-1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0 2.5


Dimensión 1 (10.92% de la Inercia)
En esta región también podemos apreciar cuatro agrupaciones de características, o cuatro visiones distintas que nuestros participantes de La Araucanía tienen acerca de los habitantes de la propia región: Podemos describir una visión que agrupa la mayoría de las características positivas, que son trabajadores, cálidos, solidarios, honestos, alegres y creativos, y que correspondería a una imagen de personas buenas y agradables; una segunda visión que incluye las características tranquilos, conflictivos y pobres, y que podría ser una constatación de las condiciones actuales de la región, que es la más pobre del país, con un alto porcentaje de población rural y altos niveles de conflictividad; otra imagen sería la que engloba las características tímidos, pasivos, tradicionalistas y humildes, que podríamos interpretar como personas poco asertivas y poco arriesgadas; y una última configuración que agrupa las características mediocres, fríos y conservadores, que podríamos definir como personas desagradables.
En síntesis, acerca de los significados de la identidad regional, podemos decir que para los participantes de ambas regiones esta identidad se asocia a valores de benevolencia y universalismo, y que se aprecian diferencias entre las regiones en cuanto a las visiones que tienen los participantes acerca de los habitantes de la región, siendo más positivas en Valparaíso que en La Araucanía, especialmente para aquellos participantes que no se consideran de la región y que sólo viven allí por razones académicas.
Discriminación Interregional
Se ha encontrado una correlación positiva y significativa entre la puntuación en la escala de identidad regional y el grado de identificación con el barrio, la ciudad, la provincia, el país y América Latina, medido con la pregunta “¿En qué medida te sientes identificado con?”. Como puede observarse en la Tabla 19, la mayor correlación es con la propia ciudad, seguida por la provincia y el país.
Regional y Otras Identidades Territoriales.
Tabla 18: Correlaciones Entre la Puntuación en Identidad Entidad Correlación de Spearman (n) Significación
Barrio 0,284 (309) p<0,001
Ciudad 0,420 (317) p<0,001
Provincia 0,329 (314) p<0,001
Chile 0,322 (319) p<0,001
América Latina 0,185 (315) p=0,001

Este resultado respalda la Hipótesis 4, que plantea que existe una relación positiva entre la identidad regional y la nacional, es decir, que existiría entre ambas identidades una relación de inclusividad, de modo que una persona puede sentirse muy identificada con su grupo regional y al mismo tiempo sentirse parte de su grupo nacional, es decir, de la categoría más inclusiva.
Para conocer las actitudes de nuestros participantes hacia las personas de otras regiones, se aplicó una escala de actitudes hacia el exogrupo, en la que una puntuación de 1 indica una actitud muy negativa y una puntuación de 5 una actitud muy positiva. En la Figura 15 se representa la distribución de las puntuaciones en esta escala, y como podemos apreciar, en la región de Valparaíso los participantes obtuvieron una media de 3,9 y en la región de La Araucanía la media fue de 4,0, es decir, los participantes de ambas regiones presentan actitudes positivas hacia las personas de otras regiones, ya que han obtenido en promedio un 73 y un 75% del puntaje máximo posible.
Figura 15: Puntuaciones en La Escala de Actitudes Hacia Otros Grupos Regionales
Región de Valparaíso Región de La Aracuanía
60
50
50
40
40


Frecuencia
30
30
Frecuencia
20
20
10 Desv. típ. = ,65 Media = 3,9 10 Desv. típ. = ,62 Media = 4,0
0 N = 183,00 0 N = 151,00
2,5 2,0 3,0 4,0 3,5 5,0 4,5 2,5 2,0 3,0 4,0 3,5 5,0 4,5

Al correlacionar esta escala de actitudes hacia otros grupos regionales con la escala de identidad regional se ha encontrado una asociación positiva y significativa, que indica que quienes presentan puntuaciones más altas en identidad regional tienden a presentar actitudes más positivas hacia las personas de otras regiones (r=0,277; p<0,001), resultado que corrobora la Hipótesis 5 y refuerza los planteamientos de Simon, Kulla y Zobel (1995) en el sentido de que la saliencia de la identidad grupal no provoca, necesariamente, un aumento de la discriminación intergrupal.
A partir de las características mencionadas por los participantes como distintivas de los chilenos en comparación con los habitantes de otros países latinoamericanos, y de los habitantes de la región, en comparación con otros chilenos, se construyeron dos índices, la valencia media de las características de los chilenos y la valencia media de las características de los habitantes de la región, que toman valores de -1 (una imagen muy negativa de los miembros del grupo) a 1 (una imagen muy positiva). El índice de valencia media de las características de los chilenos correlacionó positiva y significativamente con el grado de identificación con el país (r=0,30; p<0,001).
Se construyó además, un índice de prototipicidad relativa percibida, que consistió en el porcentaje de coincidencias entre las características mencionadas como distintivas de los chilenos y las mencionadas como distintivas de los habitantes de la región. Este índice iba de 0 (ninguna coincidencia) a 1 (coincidencia total), y en la Figura 16 se presentan las puntuaciones obtenidas por la submuestra de participantes que han nacido o se consideran de la región en la que estudian.
Figura 16: Puntuaciones en el Índice de Prototipicidad Relativa Percibida
Frecuencia
Región de Valparaíso Región de La Araucanía
30
40
30
20


Frecuencia
20
10
Std. Dev = ,21 10 Std. Dev = ,20
Mean = ,16 Mean = ,20
0 N = 46,00 0 N = 83,00
,10 ,30 ,50 ,70 ,90 ,10 ,30 ,50 ,70 ,90

Como podemos ver, en promedio nuestros participantes perciben una baja prototipicidad relativa de su grupo regional respecto al nacional, ya que en Valparaíso obtuvieron una media de 16% de coincidencia entre las características distintivas de los habitantes de la región y las distintivas de los chilenos, y en La Araucanía, aunque este porcentaje es un poco más alto, sólo alcanza a un 20%.
Para los participantes que se consideran de la región o que han nacido en ella, se encontró una asociación positiva entre el índice de prototipicidad relativa percibida y la valencia media de las características de los chilenos, es decir, aquellos sujetos que perciben al país de un modo más positivo, tienden a considerar a su grupo regional como más prototípico de la categoría nacional (r=0,31; p<0,001), y se observa también una relación baja pero significativa entre el índice de prototipicidad relativa percibida y la valencia media de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de la región, en el sentido de que quienes tienen una visión más positiva de los habitantes de su región tienden a percibirlos como más prototípicos de la categoría nacional (r=0,192 ;p=0,014).
En cambio, refutando la Hipótesis 6, no se encontró asociación entre el índice de prototipicidad relativa percibida y la escala de actitudes hacia otros grupos regionales, ni para los sujetos con una valencia media positiva de las características de los chilenos ni para quienes obtuvieron una valencia media negativa.
Siguiendo a Wenzel y colaboradores (2003), habríamos esperado que, dado que la categoría más inclusiva que provee las dimensiones para la comparación, y que en este caso es Chile, es evaluada positivamente, los individuos que consideraran a su grupo regional como más prototípico del grupo nacional, demostrarían mayor discriminación hacia otros grupos regionales.
El que esto no haya ocurrido podría deberse a la medición de las actitudes hacia otros grupos regionales, ya que esta escala, a diferencia de los instrumentos utilizados en los estudios de Wenzel y su equipo, no mide exaltación del propio grupo, sino más bien la disposición a conocer y compartir con personas de otras regiones, lo que además podría estar influenciado por la deseabilidad social.
Pero también cabe suponer otra explicación para la falta de asociación entre la prototipicidad relativa percibida y las actitudes hacia otros grupos regionales, y es que, tal como Mummendey y colaboradores demostraron (1992), para que efectivamente ocurra un comportamiento discriminatorio, la categorización por sí sola no es suficiente, sino que parece requerirse, además, una legitimación subjetiva de la discriminación a partir del reconocimiento de diferencias reales entre los grupos en cuanto a atributos, valores o creencias acerca de las normas y las desviaciones de ésta, es decir, acerca de lo permitido y lo no permitido. Si los chilenos no perciben diferencias de esta índole entre los habitantes de las distintas regiones, tampoco percibirán como legítima la devaluación del exogrupo.
Por lo tanto, basándonos en el trabajo de Wenzel y colaboradores, podríamos suponer que en las distintas regiones se ha desarrollado una imagen compartida acerca de lo que significa pertenecer a la categoría nacional y los atributos que caracterizan a dicha categoría. Sin embargo, nuestros resultados no son base suficiente para sacar una conclusión definitiva al respecto y esto debe considerarse sólo como una hipótesis para futuras investigaciones.
Correlatos de la Identidad Regional
No podemos dejar de destacar la casi total coincidencia entre las dos regiones respecto a la puntuación media en la escala de identidad regional de los participantes que han nacido o se consideran de la región en la que estudian, tal como puede apreciarse en la Tabla 19.
Tabla 19: Puntuación En Identidad Regional Según Región. Región N Media Desviación típica Error típ. De la media
La Araucanía 150 3,7043 0,5908 0,0482
Valparaíso 175 3,6673 0,6235 0,0471

Esto significa que, a pesar de haber notorias diferencias entre las regiones, en términos sociales, culturales, económicos y demográficos, estas características regionales parecieran no estar influyendo en la intensidad de la identidad regional de sus habitantes, lo que refuta la Hipótesis 7.
En cambio, pareciera que las características regionales sí influirían en la identificación de los participantes que no se consideran de la región y que residen temporalmente en ella por razones académicas, ya que los estudiantes de Valparaíso que no se consideran de dicha región presentan una puntuación media en identidad regional significativamente mayor que la de los estudiantes de La Araucanía que no se consideran de ésta (t141=2,739; p=0,007).
En la misma línea, para los participantes que no se consideran de la región en la que estudian, y que sólo residen allí durante el año académico, se encontró una asociación significativa entre la puntuación en identidad regional y la valencia media de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de la región (r=0.52; p<0,001). Así, los estudiantes que no se consideran de la región, pero que tienen una visión positiva de sus habitantes, presentan puntuaciones en la escala de identidad regional muy superiores a los estudiantes que, sin ser de la región, tienen una visión más negativa de los habitantes de ésta.
De este modo, pareciera que las características de la región y de sus habitantes influyen fuertemente en el grado de identificación con ésta por parte de los potenciales nuevos miembros del grupo. Así, podemos hipotetizar que para los recién llegados es más fácil identificarse con una región si perciben positivamente a sus habitantes, y si ésta tiene mayor estatus como es el caso de Valparaíso, que presenta menores índices de pobreza y conflictividad que La Araucanía.
Sin embargo, para los participantes que han nacido en la región en la que estudian o que se consideran de ella, no se encontró asociación entre la valencia media de las características señaladas como distintivas de los habitantes de la región y la puntuación en la escala de identidad regional. Esto pareciera indicar que la identidad regional de los propios habitantes de la región, no se ve afectada por la evaluación que realizan de los miembros del grupo regional, lo que nos hablaría de que la identificación con la región y la identificación con los habitantes de la región, serían conceptos distintos o, al menos, dimensiones independientes del mismo constructo.
Y dado que no hemos encontrado asociación entre las características propias de la región y la intensidad de la identidad regional de los participantes que se consideran de ésta, para intentar explicar la variabilidad de dicha identidad, tendremos que recurrir a características propias del individuo.
Como ya se señaló en el capítulo anterior, se han descubierto asociaciones significativas entre la puntuación en la escala de identidad regional y algunos datos demográficos del sujeto. Así, apoyando la Hipótesis 8, se encontraron diferencias en la puntuación media en la escala de identidad regional entre los estudiantes que han nacido en la región y los que no han nacido allí (t396=11,353; p<0,001), siendo mayor la puntuación de los primeros. También es mayor la intensidad media de la identidad regional en aquellos estudiantes cuyos padres han nacido en la región que en aquellos cuyos padres han nacido en cualquier otra región (Diferencia de media según región de nacimiento de la madre: t472=8,824; p<0,001. Diferencia de media según región de nacimiento del padre: t460=6,599;p<0,001), lo que respalda la Hipótesis 9, y se aprecia una correlación positiva entre la puntuación en identidad regional y los años que se lleva viviendo en la región, en caso de no haber nacido en ella (r=0,15; p=0,038), tal como proponía la Hipótesis 10. Esto datos parecieran sugerir que los procesos de socialización primaria estarían jugando un papel importante en la construcción de la identidad regional.
Igualmente, se ha descubierto asociación entre el sexo de los participantes y su puntuación en identidad regional, siendo las mujeres las que en promedio obtienen mayores puntuaciones en esta escala (t323=3,595; p<0,001). Esta asociación no era esperada, a pesar de que los resultados indican que las mujeres puntúan más alto no sólo en la identificación con la región, sino también en la identificación con la ciudad, la provincia y América Latina. Como explicación post-hoc, sólo podemos hipotetizar que estas diferencias podrían deberse a que las mujeres tienden a considerar que la benevolencia es un valor importante para ellas en mayor medida que los hombres (t425=5,587; p<0,001), y como ya se ha señalado, hemos descubierto una asociación positiva entre este valor y la identidad regional.
Pero además de los correlatos demográficos de la identidad regional, también se ha encontrado asociación con algunas variables de orden psicosocial.
Con el fin de conocer las actitudes hacia de los participantes la descentralización se aplicó una escala tipo Likert donde una puntuación de 1 indicaba una actitud muy negativa y una puntuación de 5 indica una actitud muy positiva.
En la Figura 17 se grafican las puntuaciones obtenidas por los participantes en la escala de actitudes hacia la descentralización, y como puede observarse, la puntuación media es 4,0 en ambas regiones, lo que nos dice que tanto los participantes de Valparaíso como los de La Araucanía presentan actitudes positivas hacia este proceso político-administrativo, ya que han obtenido en promedio un 75% del puntaje máximo posible.
Figura 17: Puntuaciones en la Escala de Actitudes Hacia la Descentralización
Región de Valparaíso Región de La Araucanía
60
50
50
40


Frecuencia
40
30
Frecuencia
30
20
20
10 Desv. típ. = ,57 Media = 4,0 10 Desv. típ. = ,56 Media = 4,0
0 N = 173,00 0 N = 145,00
2,0 2,7 3,3 4,0 4,6 1,8 2,5 3,2 3,9 4,6
2,4 3,0 3,7 4,3 5,0 2,1 2,8 3,5 4,2 4,9

Para la submuestra de estudiantes que han nacido o se consideran de la región en la que estudian, se ha descubierto una asociación positiva y significativa entre la puntuación en identidad regional y las actitudes hacia la descentralización (r=0,347; p<0,001), lo que indica que, tal como propone la Hipótesis 11, los individuos que se sienten más identificados con sus regiones, tienden a presentar actitudes más positivas hacia un proceso que, precisamente, otorgaría más poder y recursos a dichas regiones.
Con estos mismos participantes se observan diferencias significativas en la intensidad de la identidad regional dependiendo de si se participa o no en organizaciones, en el sentido de que quienes participan en alguna organización presentan una puntuación media en esta escala superior a la de quienes no lo hacen (t323=2,209; p=0,028), respaldándose de este modo la Hipótesis 12.
Se observa también una asociación positiva entre la puntuación en identidad regional y la frecuencia con que se ven las noticias regionales en televisión (Rho=0,186; p=0,001), pero no así con la lectura de la prensa regional ni la escucha de radios regionales. No contamos con datos suficientes para explicar este resultado, pero podemos plantear al menos dos hipótesis, que la prensa o la radio tienen menos impacto que un medio audiovisual como es la televisión, o que los noticieros televisivos de las regiones estudiadas, incorporan más contenidos regionalistas que la prensa y radios regionales.
Tampoco se ha encontrado asociación entre la identidad regional y la posición política del individuo, lo que es coincidente con que los escasos movimientos regionalistas que existen en Chile están efectivamente asociados a distintas posturas políticas.
De igual modo, no se aprecia asociación entre la identidad regional y la religión de los participantes, su nivel socioeconómico, pertenencia étnica, origen urbano o rural, o si están
o no inscritos en los registros electorales.
Con respecto a la edad, no se ha encontrado asociación entre ésta y la intensidad de la identidad regional, pero debido a la poca variabilidad de la edad en esta muestra no podemos sacar conclusiones definitivas. Debemos considerar que todos nuestros participantes han nacido después de la creación de las regiones chilenas, por lo que es tarea pendiente averiguar si esta categoría tiene la misma relevancia para el autoconcepto de las personas de distintos grupos etarios.
Con el objeto de desarrollar una ecuación lineal con fines predictivos se realizaron distintos análisis de regresión lineal por pasos. En estos análisis no se incluyeron la región de nacimiento del individuo y de sus padres, los años que se lleva viviendo en la región, ni la región de la que el sujeto se considera, ya que si bien son las variables que presentan las mayores asociaciones con la identidad regional, son de menor valor teórico.
En el primero de estos análisis se incluyeron como variables predictoras de la identidad regional, las medidas de identificación con el barrio, la ciudad, la provincia, Chile y América Latina.
En dos pasos fueron seleccionadas dos variables, la identificación con la ciudad y la identificación con Chile, obteniéndose un coeficiente r=0.43 y un r2ajustado=0,18, es decir, ambas variables en conjunto explican un 18% de la varianza de la identidad regional (IR). La recta de regresión es la siguiente:
IR= 2,934 + 0,125 identificación con la ciudad +0,058 Identificación con Chile
En un segundo análisis se incluyeron las variables utilizadas para intentar comprender el significado de la identidad regional, esto es, las puntuaciones en los diez valores del modelo de Schwartz y la valencia media de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de la región, resultando seleccionadas en dos pasos las puntuaciones en Benevolencia y Universalismo (r=0,34; r2ajustado=0,11), que en conjunto explican un 11% de la varianza de la puntuación en la escala de identidad regional, a partir de la siguiente recta:
IR=1,933 + 0,20 * Puntuación Benevolencia + 0,14 * Puntuación Universalismo
En el tercer análisis de regresión múltiple se incluyeron como predictores las puntuaciones en las escalas de actitudes hacia la descentralización y de actitudes hacia otros grupos regionales, resultando ambas seleccionadas y explicando en conjunto el 16% de la varianza en identidad regional (r=0,40; r2ajustado=0,16). La recta obtenida fue:
IR=1.487 + 0,340*Actitudes hacia la descentralización + 0,21*Actitudes hacia otros grupos regionales. En el siguiente análisis se incluyeron las variables sociodemográficas medidas en el cuestionario, a saber: región en la que estudia, edad, sexo, nivel socioeconómico, universidad pública o privada, si es o no creyente, nivel de religiosidad, origen urbano o rural y pertenencia al pueblo mapuche.
En dos pasos resultaron seleccionadas dos variables, el sexo y la pertenencia al pueblo mapuche, que en conjunto explican el 0,4% de la varianza de la identidad regional (r=0,22; r2ajustado=0,43) a través de la siguiente recta de regresión:
IR=3,956 + 0,23 *Sexo + 0,33 * Pertenencia a pueblo mapuche
El quinto análisis de regresión incluyó las siguientes variables: participación actual en organizaciones, participación pasada, participación total (ha participado alguna vez o no ha participado nunca), posición política, estar o no inscrito en los registros electorales, y el grado de exposición a televisión regional, a prensa regional, y a radios regionales. En dos pasos fueron seleccionadas las variables grado de exposición a televisión regional y participación actual en organizaciones, que explican el 0,5% de la varianza de identidad regional (r=0,23; r2=0,46). La recta obtenida es la siguiente:
IR=3,403 + 0,111 * grado de exposición a televisión regional + 0,156 * participación actual.
Como podemos ver, las variables que más explican la puntuación en la escala de identidad regional son la identificación con la propia ciudad y con el país, las actitudes hacia la descentralización y hacia otros grupos regionales, y la puntuación en los valores de benevolencia y universalismo. Por el contrario, la variables sociodemográficas como sexo y pertenencia étnica, la exposición a televisión regional y la participación, explican una parte más pequeña de la variabilidad de la identidad regional.
Por ello es que finalmente, y buscando una síntesis de los correlatos psicosociales de la identidad regional, se realizó un nuevo análisis de regresión por pasos, considerando como predictores las diez variables que han resultado significativamente asociadas a ella en los análisis de regresión anteriores. En cinco pasos fueron seleccionadas cinco variables: Identificación con la ciudad, Actitudes hacia la descentralización, Benevolencia, Identificación con Chile y Actitudes hacia otros grupos regionales, logrando explicar con este conjunto de variables el 30% de la varianza de la puntuación en la escala de identidad regional (r=0,55; r2ajustado=0,30).
IR=0,76 + 0,095 * I.Ciudad + 0,26*A. Desc. + 0,131 * Benevol. + 0,049 * I.Chile + 0,11* Act. otras reg. De este modo, podemos concluir que si queremos predecir el nivel de identidad regional de un individuo, tendremos más posibilidades de acertar si conocemos su grado de identificación con su ciudad y el país, sus actitudes hacia la descentralización y hacia otros grupos regionales y el grado en que la benevolencia es un valor importante para él.


CONCLUSIONES

El problema de investigación que guió el presente trabajo fue conocer la intensidad, los significados y los correlatos psicosociales de la identidad regional en estudiantes universitarios de dos regiones chilenas, y de acuerdo a los resultados obtenidos, podemos concluir que se ha logrado dar respuesta a estas preguntas, alcanzándose cada uno de los objetivos planteados, tanto generales como específicos.
El primer objetivo, de carácter instrumental, fue construir un instrumento cuantitativo de medición de la identidad regional en estudiantes universitarios chilenos, y al respecto, podemos señalar que se ha construido y validado una escala que cumple dicho propósito, y que presenta adecuados criterios métricos de calidad global. Respecto a la fiabilidad, entendida como consistencia interna, los resultados de distintas aplicaciones indican que ésta es satisfactoria. En cuanto a la validez, los resultados aportan evidencias favorables a la validez de contenido –por medio de la evaluación de jueces expertos- y a la validez convergente, encontrándose relaciones consistentes con lo predicho por el modelo teórico, entre las puntuaciones en la escala y otras variables externas relevantes desde el punto de vista teórico y práctico.
Una ventaja adicional de la escala de identidad regional la constituye la construcción de dos versiones de la misma, que presentan similares propiedades psicométricas y una alta correlación entre ambas. Una versión está conformada por 14 ítems, y puede ser usada cuando se requiera una evaluación más detallada del constructo y se cuente con el tiempo suficiente para una aplicación de estas características; la otra forma está compuesta de sólo tres ítems, y puede ser utilizada cuando se cuente con menos tiempo para la aplicación o cuando se requiera de una aproximación más general a la identidad regional de los encuestados.
Las limitaciones de la escala se encuentran, principalmente, en la validez relacionada con la estructura interna del test, ya que la estructura dimensional determinada empíricamente, no coincide con la estructura postulada teóricamente al construir la prueba, ni se mantiene en distintas aplicaciones.
Lo que sí se mantiene en aplicaciones de la escala a diferentes muestras, es la existencia de altas correlaciones entre los factores encontrados, lo que sugiere la posibilidad de que quizás sea más parsimonioso tratar la identidad regional como un concepto unificado, es decir unidimensional. Este hallazgo coincide con los resultados de la investigación llevada a cabo por Brown y colaboradores (1986), quienes informaron de altas correlaciones interfactoriales en su escala de medición de la identificación, concluyendo que la escala reflejaba una estructura unidimensional de dicho constructo.
Por otro lado, al utilizar la escala de identidad regional debe tenerse en cuenta que por las características de la población donde se validó el instrumento, sus ítems no incluyen referencias al lenguaje como un elemento promotor de identidad, por lo que la escala funcionará mejor en contextos en que éste no sea un componente significativo de la identidad regional. También es importante recordar que la escala ha sido diseñada para ser aplicada a estudiantes universitarios en condiciones de autoadministración, por lo que una aplicación en otro contexto requerirá algunas modificaciones.
En cuanto a los objetivos centrales de esta investigación, el primero de ellos dice relación con determinar la intensidad y los significados de la identidad regional de nuestros participantes. En este sentido, hemos encontrado que en promedio los estudiantes encuestados de ambas regiones han alcanzado casi un 70% de la puntuación máxima posible en la escala de identidad regional, por lo que podemos concluir que la intensidad de la identidad regional de nuestros participantes es moderadamente alta.
A pesar de ello, debemos tener en cuenta que, tal como señala Salazar (1996), la accesibilidad de una categoría social dada depende del contexto en el que se realice la categorización, por lo que existe la posibilidad de que en nuestra investigación, al preguntar a los participantes por su identificación con la región, se haya hecho saliente una categoría que, en lo cotidiano, no tiene un papel central en el autoconcepto de estas personas. Como una alternativa para contrarrestar este efecto, se sugiere complementar la presente investigación aplicando técnicas de producción de información más abiertas que los cuestionarios, tales como entrevistas en profundidad, historias de vida o grupos de discusión.
Respecto a los significados de la identidad regional de nuestros participantes, hemos descubierto que ésta se asocia a valores de universalismo y benevolencia, que según el modelo de Schwartz constituyen los valores de autotrascendencia. La identidad nacional en cambio, se asocia a valores de conformidad y seguridad, que constituyen valores de conservación. Así, podemos concluir que la identidad regional y la nacional, se asocian a valores distintos, pero no incompatibles, ya que de acuerdo al modelo teórico, los valores de autotrascendencia y de conservación corresponden a tipos valóricos adyacentes, es decir, compartirían algunas metas motivacionales.
El segundo objetivo planteado consistió en determinar la relación entre la identidad regional y la discriminación interregional, y para ello se realizaron tres tipos de análisis. Primero, evaluamos la relación entre la identificación con la región y la identificación con Chile, encontrándose una asociación positiva y significativa entre ambas, que indica que quienes se identifican más con su región, también tienden a identificarse más con el país.
En segundo lugar, estudiamos la relación entre la identidad regional y las actitudes hacia otros grupos regionales, descubriéndose también una asociación significativa, de modo que las personas que se identifican más con su región tienden a presentar actitudes más positivas hacia las personas de otras regiones.
Finalmente, se evaluó la relación entre la prototipicidad relativa percibida y las actitudes hacia otros grupos regionales, y refutando nuestra hipótesis, no se encontró asociación entre ambas variables, de modo que, el considerar al propio grupo regional como más prototípico del grupo nacional no repercutiría, necesariamente, en actitudes más negativas hacia otros grupos regionales.
En síntesis, ante la pregunta de si la identidad regional se asocia a discriminación interregional, podemos asegurar que, al menos en el caso de nuestros participantes, la respuesta es negativa, ya que los jóvenes que muestran mayor identidad regional tienden a identificarse más con el país y a presentar actitudes más positivas hacia las personas de otras regiones, independiente de cuan prototípico consideren a su grupo regional.
El tercer objetivo fue determinar el nivel de asociación entre la identidad regional de los estudiantes y características regionales e individuales.
Los resultados indican que, a pesar de tratarse de regiones muy distintas, para los participantes que han nacido o se consideran de la región en la que estudian, no habría diferencias en la intensidad media de la identidad regional de Valparaíso y La Araucanía. De igual modo, no se aprecia asociación entre la puntuación en identidad regional y la valencia media de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de la región. Es decir, ni las características de la región, ni la percepción que los estudiantes tienen de los miembros de su propio grupo regional parecieran tener influencia en la intensidad de su identidad regional.
En cambio, para los participantes que no han nacido ni se consideran de la región en la que estudian, sí se ha descubierto asociación de la puntuación en la escala de identidad regional con la región y con la valencia media de las características mencionadas como distintivas de los habitantes de la región, en el sentido de que la región con mejores condiciones socioeconómicas genera identidades más altas y sus habitantes son mejor evaluados.
En cuanto a las características individuales que aparecen asociadas a la intensidad de la identidad regional, hemos encontrado variables demográficas y psicosociales. Entre las primeras, tenemos la región de nacimiento del propio individuo y de los padres, los años que se lleva viviendo en la región en caso de no haber nacido en ella, y el sexo. Entre las segundas, están las actitudes positivas hacia la descentralización, la participación en organizaciones, y la frecuencia con que se ven las noticias regionales en televisión.
Finalmente, un análisis de regresión lineal realizado con el fin de detectar las variables psicosociales que conjuntamente permiten la mejor predicción de la identidad regional, nos permite concluir que para predecir el nivel de identidad regional de un individuo nos será de utilidad conocer su grado de identificación con su ciudad y el país, sus actitudes hacia la descentralización y hacia otros grupos regionales, y el grado en que la benevolencia es un valor importante para él.
Discusión
La presente investigación surgió a partir del interés por explorar si una categoría social, creada e impuesta externamente hace casi tres décadas, como son las regiones chilenas, ha sido asumida por las personas e incorporada a su propio autoconcepto, es decir, si se ha construido una identidad social vinculada a estos territorios.
Los resultados de este trabajo permiten concluir que, efectivamente, las regiones de Valparaíso y La Araucanía son percibidas por nuestros participantes como categorías diferenciadas. Así lo demuestra el hecho de que, en promedio, los estudiantes encuestados hayan obtenido una puntuación moderadamente alta en la escala de identidad regional, y que la mayoría de ellos hayan podido responder el ítem que les solicitaba mencionar características distintivas de los habitantes de la región en comparación con otros chilenos, lo que indicaría que estos estudiantes pueden ver a los habitantes de su región como un grupo diferenciado y no sólo como una muestra aleatoria del grupo nacional más inclusivo.
Ahora bien, a pesar de que los estudiantes señalaron una gran diversidad de adjetivos para describir a su grupo regional, en general hubo cierto acuerdo y concordancia, ya que más del cincuenta por ciento de las menciones se concentran en unas pocas categorías. Esto nos recuerda que hay una construcción social del significado de las identidades, que conduce a las personas a mostrar consenso en al menos algunos aspectos de su definición. Como plantea Deaux (2000), la interrelación entre la experiencia individual y el contenido socialmente comunicado, es una cuestión clave para el análisis de la identidad social.
Respecto al contexto social entonces, debemos recordar que las regiones chilenas no son categorías construidas en base a diferencias culturales o sociales evidentes, sino más bien al contrario, estas regiones describen sociedades que no reconocen grandes diferencias culturales y cuyos principales contrastes son las características geográficas y las grandes distancias entre algunas de ellas. Así lo indican los datos de la última Encuesta Nacional de Juventud (Instituto Nacional de la Juventud, 2004), que muestra que prácticamente no existen diferencias entre los jóvenes de distintas regiones, en términos culturales, valóricos ni conductuales, y el informe Desarrollo Humano en Chile 2002 (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), que originalmente incluía un capítulo sobre culturas regionales, pero que debió ser descartado debido a que no se encontraron datos significativos y consistentes sobre diferencias culturales interregionales.
Además, debemos considerar que al interior de las regiones existe gran diversidad étnica, cultural y económica. En Valparaíso, los pueblos de la costa y del interior tienen sistemas productivos, y por ende estilos de vida, muy distintos. En la Araucanía conviven, no sin ciertas dificultades, comunidades indígenas con herederos de los antiguos colonos, principalmente españoles, italianos y alemanes.
Si tal como plantea Turner (1990), la formación de una categoría depende de la comparación de estímulos, y dentro de cualquier marco de referencia, es más probable que un grupo de estímulos se categorice como una entidad en la medida en que las diferencias entre estos estímulos se perciban como menores que las existentes entre éstos y otros estímulos, no deja de sorprender el que en un contexto de grandes diferencias intraclase, y menos diferencias interclase, como son las regiones chilenas, las personas de todos modos logren categorizarlas como entidades diferenciadas e identificarse con ellas.
Sin embargo, son los postulados del propio Turner los que nos permiten explicar esta situación, ya que, como el mismo señala, la saliencia de una categorización del yo conduce a la acentuación perceptiva de las semejanzas intraclase y de las diferencias interclase (Turner, 1990).
Así, que desde los inicios de la regionalización chilena se incluyeran en los planes de estudios y textos escolares las características distintivas de las regiones, enfatizando las diferencias geográficas y el funcionamiento administrativo del Estado a través de los representantes regionales del Gobierno Central, puede haber logrado, efectivamente, un aumento de la saliencia de la categoría, favoreciendo de este modo la percepción de distintividad.
Ahora bien, dado que el Estado exige la inclusión de ciertos contenidos mínimos en los planes de estudio de enseñanza primaria y secundaria, y que nuestros participantes pertenecen a un mismo grupo etario, podemos suponer que todos ellos han estado expuestos, en términos generales, a la misma formación, y por tanto, a la misma acentuación de la saliencia de la categoría regional.
En este contexto cobra especial sentido la propuesta de Abrams (1992) respecto a que las diferencias individuales en la intensidad de una identidad social específica pueden ser explicadas de modo más parsimonioso, no por diferencias en la saliencia de la identidad social correspondiente, si no por las diferencias en los valores personales asociados a la categoría.
Y en efecto, ya que durante nuestra investigación la saliencia de la categoría regional pudo ser acentuada por las diversas preguntas que se hacía a todos los participantes por igual, no podemos recurrir a ésta para explicar las diferencias individuales.
En este sentido, el procedimiento utilizado para acercarnos al significado que la identidad regional tiene para nuestros participantes recupera postulados iniciales del propio Tajfel (1972), quien consideraba que la categorización social está íntimamente asociada a la expresión y mantenimiento de valores compartidos por el grupo del perceptor.
Nuestros resultados indican que la identidad regional de los participantes se asocia a los valores de benevolencia y universalismo, es decir, a valores de autotrascendencia, y que la identidad nacional, por su parte, se asociaría a valores de seguridad y conformidad, que constituyen valores de conservación.
Lo más interesante de este resultado es probablemente la relación entre ambos tipos valóricos, ya que de acuerdo al modelo teórico de Schwartz entre los valores de autotrascendencia y de conservación existe un continuo motivacional, es decir, compartirían algunas de las metas que procuran alcanzar. Este dato no es menor, ya que en otros contextos, como el caso de España, la identidad regional se asocia a valores de apertura al cambio, los que según el modelo de Schwartz tienen una relación de conflicto u oposición con los valores de conservación. Esto nos permite inferir que en España las identidades regionales están en pugna con la identidad central, y que no ocurre así en las regiones chilenas estudiadas.
Otro antecedente que refuerza esta conclusión es el descubrimiento de que los participantes que presentan mayores niveles de identidad regional tienden a presentar niveles más altos de identificación con el país y a presentar actitudes más positivas hacia las personas de otras regiones, lo que es claramente esperable al considerar que la identidad regional se asocia a valores orientados hacia la aceptación de los otros como iguales y a trascender los propios intereses por el bienestar de los demás.
Así, podemos concluir que la saliencia de la identidad grupal no provoca, necesariamente, un aumento de la discriminación intergrupal, especialmente en situaciones de categorización múltiple como esta, ya que al igual que en el estudio realizado por Herrera y Prat (1995), nuestros resultados indican que los distintos niveles de identificación nacional y regional pueden coexistir, es decir, constituir identidades inclusivas, en la medida que una alta identidad con uno de ellos no tiene porque suponer el rechazo de los otros grupos.
Por tanto, la presente investigación arroja evidencia a favor de la propuesta de Simon, Kulla y Zobel (1995) respecto a que una identidad social positiva puede lograrse no sólo por el establecimiento de una diferenciación positiva entre el endogrupo y un exogrupo relevante, sino que ésta también puede lograrse a través de una diferenciación positiva entre el endogrupo menos inclusivo y el más inclusivo, es decir, entre el grupo nacional y el regional.
Y damos por supuesto que se trata de una diferenciación positiva porque, tal como señala Tajfel (1984), al menos en nuestros tipos de sociedades, las personas se esfuerzan por lograr un autoconcepto satisfactorio, y por lo tanto, un individuo tenderá a permanecer como miembro de un grupo si éste contribuye a los aspectos positivos de su identidad social, es decir, a aquellos aspectos de los que obtiene alguna satisfacción.
De este modo, y dado que en promedio los estudiantes encuestados presentan una identidad regional moderadamente alta, podemos concluir que para la mayoría de ellos su pertenencia al grupo regional supone una contribución positiva para su autoimagen. De hecho, las características que mencionan como distintivas de los habitantes de su región, reflejan, en promedio, una percepción positiva de éstos.
Sin embargo, y contrariamente a lo esperado, la valencia de la percepción que nuestros participantes tienen de los habitantes de la propia región, no influye en la intensidad de su identidad regional.
Para intentar explicar este resultado podemos recurrir al planteamiento de Turner (1982), en el sentido de que la identificación a nivel grupal puede distinguirse de la identificación a nivel interpersonal. Es decir, que los individuos pueden identificarse con la categoría, la región en este caso, o con los miembros del endogrupo, a través de un vínculo interpersonal. Así, el presente trabajo aportaría evidencia a favor de que la identificación con el grupo y la identificación con los miembros del grupo deben ser tratadas en forma independiente.
Por tanto, las evidencias de validez de la escala de identidad regional que hemos presentado, se limitarían a la medición de la identificación con el grupo, y no con los miembros de éste. De modo que, si en futuras aplicaciones de la escala de identidad regional se requiere conocer la identificación con otros miembros del endogrupo, deberán incorporarse ítems adicionales que midan dicha cuestión.
En cuanto a los correlatos de la identidad regional, el no haber encontrado diferencias interregionales sugiere que no son las características propias del contexto regional las que determinan cuan identificado se siente un individuo con su región, sino que esto depende más bien de la historia individual, de actitudes y valores personales. Así, los mayores predictores de la identidad regional dicen relación con procesos de socialización primaria, corroborándose, una vez más, la naturaleza social de las identidades.
Ahora bien, aunque naturalmente lo que nos interesa es comprender o predecir la identidad regional de los miembros del grupo y no de quienes están de paso, no deja de ser interesante que para los participantes que no se consideran de la región en la que estudian, y que sólo viven en ella durante el año académico, la percepción que tienen de sus habitantes sí se asocie a su nivel de identificación con esta región. Esto quizá signifique que, en ausencia de los procesos de socialización primaria, cobren mayor relevancia las relaciones interpersonales con los miembros del grupo y el estatus relativo de la región.
Por otro lado, uno de los resultados más sorprendentes de este trabajo, es la ausencia de relación entre la prototipicidad relativa percibida y las actitudes hacia otros grupos regionales, ya que el trabajo de Wenzel y colaboradores (2003) demuestra que el grado en que el endogrupo es percibido como relativamente prototípico estaría significativamente relacionado con la evaluación relativa y tratamiento del exogrupo, ya que a mayor prototipicidad percibida del endogrupo, más negativamente evaluado y tratado sería el exogrupo.
Sin embargo, Mummendey y su equipo (1992) demostraron que para que efectivamente ocurra la discriminación, se requiere de una legitimación subjetiva de ésta, en base a diferencias reales entre los grupos en cuanto a valores, creencias o normas. Lo que nosotros hipotetizamos, es que al no percibirse estas diferencias entre las regiones chilenas, no ocurre la legitimación de la discriminación del exogrupo, independiente de cuan prototípico se considere al propio grupo regional del grupo nacional.
Como ya señaláramos al comienzo del presente informe, la motivación que guía esta investigación es la creencia de que la capacidad de acción de los actores regionales en pro del desarrollo regional, se relaciona con su identificación con un proyecto compartido, con el modo en que se ven a sí mismos como grupo, y con el modo en que se relacionan con el conjunto del sistema.
En este sentido, consideramos un aporte de este trabajo el descubrimiento de que nuestros participantes perciben a sus regiones como categorías diferenciadas y se identifican con ellas.
También resulta relevante el constatar que existe una relación de inclusividad entre la identidad nacional y la regional, lo que permitiría descartar posibles temores acerca de que un fortalecimiento de las identidades regionales pudiera repercutir en una disminución de la unidad nacional.
De igual modo, nos parece valiosa la confirmación de que, efectivamente, la identidad regional se asocia a actitudes positivas hacia la descentralización.
Sin embargo, estos datos no son suficientes para determinar si estas identidades regionales se traducirán en la acción de ciudadanos que apoyen y presionen por un mayor traspaso de poder y recursos a sus regiones.
Como plantea Wallis (2001), fortalecer la identidad regional es aumentar la conciencia de los ciudadanos de que ellos viven en regiones particulares y que sus regiones tienen cualidades únicas e importantes. Pero existen al menos dos acercamientos a la construcción de identidades regionales, el primero busca desarrollar un sentimiento de pertenencia a través de la identificación de las características culturales y geográficas únicas de una región. El segundo, busca datos e indicadores objetivos del rendimiento regional, enfatizando la interdependencia funcional. Este enfoque busca vincular aspectos de la calidad de vida de los individuos con aspectos de la vida de la región, es decir, se buscaría hacer entender a los ciudadanos que algunos de sus actuales problemas son compartidos por los miembros de su grupo regional, y que la mejor vía para solucionarlos es actuar en forma conjunta.
Creemos que la regionalización en Chile ha seguido el primer modelo, fomentando la idea, a través de los diversos mecanismos ideológicos del Estado, como la educación y los medios de comunicación masiva, de que las regiones se diferencian únicamente por sus características geográficas, desconociendo la existencia de necesidades e intereses diversos, y en ningún caso, promoviendo o fomentando la importancia de la acción colectiva o la participación ciudadana.
Décadas de gobiernos centralizados, reforzados luego por el fuerte autoritarismo del Gobierno Militar, provocaron un consenso tácito en cuanto a que era lógico y/o natural que las oportunidades y los recursos se concentraran en la capital nacional (Angell, 1999), y como señala Sabucedo (1995), para que las personas que pertenecen a los grupos desfavorecidos en la comparación intergrupal se organicen como grupo, y exijan un cambio en el status quo de la relación intergrupal, es necesario construir un discurso que anime a la acción política y se enfrente a los sentimientos de resignación y fatalismo.
Pero para que ocurra la acción política no es suficiente con que exista conciencia de que se pertenece a una categoría social diferenciada, y que los sujetos se sientan miembros de un grupo, sino que deben sentir, además, que tal adscripción constituye un elemento central en su identidad social (Sabucedo y Fernández, 2001).
Ya hemos descubierto que una muestra representativa de los estudiantes universitarios de dos regiones chilenas se siente parte de su grupo regional, y se identifica con éste, pero es tarea pendiente averiguar la importancia o centralidad de esta identidad. Para ello, se sugiere la utilización de otras técnicas de levantamiento de información, distintas al cuestionario, que permitan la mención espontánea por parte de los individuos, de sus identidades más importantes.
De igual modo, es necesario averiguar la intensidad y los significados que la identidad regional tiene para otros grupos etarios, especialmente para quienes, a diferencia de nuestros participantes, hayan nacido antes de la creación de las regiones.
Otra investigación cuya utilidad se desprende del presente trabajo, es estudiar las identidades regionales en otras regiones chilenas. Puesto que hemos descubierto que los participantes de dos regiones distintas presentan similares niveles de identidad, es válido preguntarse si ocurrirá así en las restantes 11 regiones del país.
También se ha hecho relevante la necesidad de construir una escala de la identidad regional que no mida sólo la identificación con el grupo o la categoría regional, sino también con los miembros del grupo regional. De este modo, podremos constatar si efectivamente se trata de procesos independientes.
Finalmente, y como un aporte adicional del presente trabajo, queremos mencionar que esta investigación corrobora, tal como hiciera el trabajo de Simon, Kulla y Zobel (1995), que la aplicación de la teoría de la identidad social no está restringido al análisis de la diferenciación intergrupal en contextos sociales que comprenden grupos mutuamente excluyentes, ya que este modelo nos ha sido de gran utilidad en un contexto social que comprende endogrupos con distintos niveles de inclusividad, como es la relación entre las identidades regionales y la nacional.


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APENDICE I
Funciones y Atribuciones de los Gobiernos Regionales, Provinciales y Comunales.
Gobierno Regional: es encabezado por el Intendente, representante natural e inmediato del Presidente de la República en el territorio de su jurisdicción, que es nombrado por éste y se mantiene en sus funciones mientras cuente con su confianza. El Consejo Regional es presidido por el Intendente y está integrado por Consejeros elegidos indirectamente por los Concejales Municipales de la región. El objetivo de este consejo es hacer efectiva la participación de la comunidad regional y está investido de facultades normativas, resolutivas y fiscalizadoras.
La mayoría de las funciones de los gobiernos regionales son compartidas por otros niveles de Gobierno. Juegan un rol importante en la selección de los proyectos de inversión, pero no desempeñan ningún papel en su evaluación técnica ni en su ejecución. Por lo tanto, su rol es en esencia el de coordinar.
Gobierno Provincial: Es presidido por el Gobernador, quien es nombrado y removido libremente por el Presidente de la República, y a quien le corresponde ejercer la supervigilancia de los servicios públicos existentes en la provincia. El Consejo Económico y Social Provincial es un órgano consultivo y de participación de la comunidad provincial socialmente organizada, que está integrado, además del Gobernador, por miembros elegidos en representación de las organizaciones sociales de la provincia. El Gobierno Provincial no cuenta con ninguna función exclusiva.
Gobierno Comunal: Las Municipalidades son corporaciones autónomas de derecho público, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas comunas. Las municipalidades están constituidas por el alcalde, su máxima autoridad, y por el Concejo Comunal, integrado por concejales, todos electos por votación directa mediante un sistema de representación proporcional.
Los gobiernos municipales tienen una autonomía muy limitada. Detentan la responsabilidad exclusiva de un número limitado de funciones, la mayoría de sus competencias son compartidas con el gobierno central o el regional y son supervisados por los Intendentes, los Gobernadores Provinciales, y las Secretarías Regionales Ministeriales (representaciones regionales de los Ministerios).
APENDICE II

Informe de Resultados Análisis de Contenido de las Entrevistas
1. Presentación.
El presente documento reporta el análisis de contenido de 10 entrevistas semiestructuradas que fueron realizadas entre mayo y junio de 2002, en la región de La Araucanía, Chile.
El universo de estudio estuvo conformado por miembros de la elite política, económica e intelectual de la región, y los sujetos fueron seleccionados a través del procedimiento no probabilístico de informantes claves.
Nuestro objetivo era conocer las actitudes hacia la descentralización y el nivel de identidad regional de los participantes que conformaban la muestra, y el producto concreto que se esperaba obtener, era información que permitiera la construcción de ítems para medir dichos constructos.
Por lo tanto, y para facilitar la comprensión del texto, los resultados serán presentados ordenados de acuerdo a dichas variables.

2. Resultados.
Actitud hacia la descentralización.
Para los sujetos entrevistados la descentralización tiene distintos significados, algunos bastante coincidentes con la definición del concepto utilizada en esta investigación, y otros que aportan nuevas dimensiones.
En general, para todos ellos, la descentralización significa que las regiones tienen más autonomía, poder y capacidad real para tomar sus propias decisiones sobre temas que afectan a la región, así como los recursos necesarios para llevar a la práctica aquellas decisiones.
Destacan también que la descentralización implica hacerse cargo de las propias aspiraciones y los propios problemas, y entregar herramientas a la ciudadanía, para que las mismas personas que viven los problemas tengan las competencias para resolverlos.
“La descentralización yo la defino como un espacio conversacional y de decisión que tiene que ver con lo que quiere, necesita y requiere la gente que vive y siente en un espacio territorial como es la región” (Representante Gobierno Regional, varón, 35 años).
“Si en el fondo se trata, simplemente, de que las personas que viven sus
problemas tengan más medios y más poder para resolverlos ellos mismos.”
(Empresario, varón, 50 años).
A nuestro entender, esto significaría que de alguna manera los entrevistados incluyen en su definición de descentralización, no sólo la transferencia de competencias y recursos, sino también el reconocimiento de la sociedad regional y de su capacidad para asumir la gestión de intereses colectivos.
Uno de los entrevistados, alto funcionario de Gobierno, señala además, que la descentralización requiere de la generosidad del Gobierno Central para compartir el poder con las regiones. Este nuevo elemento resulta interesante de estudiar puesto que al parecer pondría el énfasis en la decisión del Gobierno Central, quien tendría la facultad elegir si delega o no algunas responsabilidades.
En cuanto a cómo podría llevarse a cabo un proceso descentralizador, los entrevistados señalan que es imprescindible cambiar la relación paterno–filial que existe entre el Gobierno Central y las regiones, por una relación más horizontal, donde Gobiernos Regionales y Gobierno Central sean más bien socios en la empresa de desarrollar las regiones.
Se destaca como prioritario: la elección democrática de las autoridades regionales; la implementación de políticas públicas flexibles, que consideren las diferencias interregionales; la creación de presupuestos regionales propios; y una discriminación positiva hacia las regiones más pobres.
Otro elemento que se destaca, es la necesidad de crear estructuras jurídicas tributarias que incentiven a invertir en regiones y graven el seguir invirtiendo en la Región Metropolitana. Y en el mismo ámbito, consideran necesario que las empresas paguen sus impuestos en la región donde trabajan efectivamente y no dónde está la casa matriz, que suele ser en la capital nacional.
Dos entrevistados señalan además, que para que las regiones puedan ejercer su autonomía primero necesitan crear una base económica propia, identificando potenciales de desarrollo en las comunas. Se considera necesario que las regiones dejen de producir sólo materias primas, exigiendo a las industrias dejar valor agregado en la región.
Varios entrevistados señalan también, que para que el Gobierno Central sienta confianza en las regiones, y les otorgue más poder, éstas deben ser capaces de desarrollar y demostrar sus capacidades.
“…nosotros tenemos obligadamente desde las regiones que demostrar capacidad, capacidad no solo intelectual sino también capacidades políticas (…) por lo menos para poder distribuir los recursos en una forma justa y equilibrada entre todas las comunas que componen nuestra región; En la medida en que logremos desarrollar esas capacidades, yo creo que el Gobierno nos va a ir entregando más, compartiendo más el poder” (Alcalde, varón, 50 años).
A nuestro parecer, al igual que la mención a la generosidad del Gobierno Central, esto refleja una concepción de la descentralización donde el énfasis se pone en la decisión autónoma del Gobierno Central, quien tendría la potestad de delegar o no más competencias a las regiones, y no se señala en ningún momento la posibilidad de acción ciudadana, el poder de la ciudadanía para exigir a sus representantes, y el poder de elegir como representantes a aquellos candidatos que representen mejor sus intereses. Los diez entrevistados se manifestaron absolutamente a favor de la descentralización, y entre los elementos que identificaron como causas de que ésta no prospere, ocupa un lugar muy importante la falta de voluntad política de las autoridades, especialmente los legisladores, sin hacer ninguna referencia a que esos legisladores han sido electos por ellos mismos.
Un último elemento interesante en relación con el cómo descentralizar, es la mención espontánea por parte de algunos entrevistados, de que si bien se requiere con urgencia otorgar más competencias a las regiones, en un país como Chile no es necesario desarrollar un sistema federal. Una de las posibles causas de este rechazo al federalismo podría estar en un evento particular de la historia nacional, cuando, a principios del siglo XIX, el Congreso adoptó el federalismo y dispuso que se redactara una nueva Constitución, experiencia que culminó con un golpe de Estado, seguido de una contrarrevolución. Esta traumática experiencia significó que, durante mucho tiempo, toda mención al federalismo se interpretara como una amenaza para la estabilidad del país.
Otra posible explicación para esta negativa percepción del federalismo, y que no requiere retroceder tanto en la historia, es la exitosa experiencia de Chile en términos tanto económicos como sociales, ya que, basándose en una estructura unitaria y centralista, a diferencia de los países vecinos, ha logrado una estabilidad social y un nivel de desarrollo mucho mayor que la mayoría de ellos.
“Chile como país unitario tiene que desarrollar, no un sistema federal, no es
necesario, pero sí entregar más facultad a las regiones y a los lugares donde
están los problemas” (Empresario, varón, 50 años).
“… hay algunos que confunden la regionalización con crear estados federados. No es así; la regionalización no pierde la unidad nacional, la economía se planifica nacional, pero lo que se pretende es que esa planificación sea armónica, como ocurre en los países desarrollados.” (Senador, varón, 65 años).
En cuanto a la evaluación que los entrevistados hacen del proceso de descentralización nacional, aparecen muchas más críticas que aspectos positivos, sin embargo se reconocen algunos avances.
Entre éstos se destaca, principalmente, la creación de los Gobiernos Regionales y la elección democrática de los Alcaldes, los que durante el Gobierno Militar eran designados por el Gobierno Central.
Se mencionan también como logros puntuales la creación del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), que consiste en un fondo concursable para proyectos de inversión regionales; la disposición de recursos para la creación de centros regionales de investigación, y el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación, que permiten al menos una sensación subjetiva de mayor cercanía con la capital nacional.
Uno de los entrevistados señala, además, que existe actualmente una mayor voluntad política en la coalición de Gobierno para impulsar el proceso de descentralización, lo que se reflejaría, por ejemplo, en el ámbito de la inversión sectorial (la que desarrollan los distintos Ministerios), donde se está comenzando a tomar en cuenta a las propias regiones en la toma de decisiones. Opinión que contradicen todos los demás entrevistados.
Entre los obstáculos o limitaciones del proceso de descentralización, los entrevistados hacen referencia a que en Chile existe una fuerte raigambre cultural centralista en toda la población. Las mismas regiones están acostumbradas al paternalismo del centro, y existe temor de asumir nuevas responsabilidades. Este centralismo se reflejaría en todas las áreas de la actividad nacional, económica, política y demográfica.
“Yo creo que la culpa es en parte también de las mismas regiones, que están acostumbradas a un paternalismo de la región metropolitana, yo creo que en parte es el miedo de las mismas regiones de tener que asumir la responsabilidad de tomar ellos sus propias decisiones.” (Académico, varón, 58 años.)
Algunos de los entrevistados dan cifras que confirman sus opiniones, como que el 46% de la población vive en el 2% del territorio; 3 o 4 de las grandes ciudades concentran alrededor de la mitad de la población del país, y en las regiones más australes hay una bajísima densidad poblacional. Además de que se está produciendo una constante fuga de profesionales desde las regiones hacia el centro del país, por falta de oportunidades en las propias regiones.
Otra de las fuertes críticas al actual modelo de gestión gubernamental es que se basa en instrumentos, planes y programas rígidos, diseñados en Santiago, que no permiten a las regiones focalizar los recursos según sus propias necesidades.
Todos los entrevistados reportan que las autoridades regionales no tienen poder de decisión y que las decisiones que se tomen deben ser reafirmadas desde la capital nacional.
“…toda decisión que aquí se llegue a tomar es reafirmada por Santiago; y si tú llegas a tomar alguna decisión que no le guste a Santiago, la echan para atrás, entonces lamentablemente no podemos salir adelante, aquí nos manejan la casa” (Dirigente gremial, Varón, 38 años.)
Más aún, una queja bastante generalizada es que la intervención que llega a las comunas no es consensuada ni siquiera con la autoridad comunal, sumado al hecho de que los municipios no son capaces de generar recursos propios.
Como ejemplo de que el centralismo abarca todas las áreas de la sociedad, varios entrevistados mencionan el caso de los partidos políticos, donde incluso los candidatos locales son designados desde las cúpulas centrales. Lo que sería una causa más de la escasa participación ciudadana. En el ámbito privado, se hace alusión a la banca, que está también fuertemente centralizada en Santiago y a cuyos representantes regionales se les han ido quitando atribuciones sistemáticamente.
En cuanto a la evaluación que los entrevistados hacen del proceso de descentralización intrarregional, se señala que la región no cuenta con políticas de descentralización. Existe en la región un sólo polo de desarrollo, la capital regional, que absorbe un enorme porcentaje de la inversión pública y privada, en desmedro de las demás comunas.
Nuestros entrevistados relatan que la relación centralista entre la capital nacional y las regiones, se reproduce en la relación entre la capital regional, Temuco, y el resto de las comunas, generando descontento en el ámbito local. Este malestar se refleja, por ejemplo, en que actualmente una comuna de la región, está solicitando convertirse en una nueva región, junto a una comuna de la región vecina; y una localidad cercana a la capital regional, y dependiente de ésta en términos administrativos, está intentando convertirse en comuna.
“Temuco es a la Araucanía como Santiago es al país, o sea, Temuco es centralista pero a todo dar; con todos los efectos poco favorables que tiene para otras ciudades que ven restringido su crecimiento por esta tendencia, por esta fuerza que tiene Temuco.” (Dirigente político, varón, 38 años).
“En la región de la Araucanía, es claramente Temuco lo que Santiago es a Chile, o sea, si pensamos en que Temuco es la ciudad más joven de toda la región, pero Temuco absorbe todo, o sea todos los pueblos y ciudades aledañas miran a Temuco y no toman la decisión de cortar el cordón umbilical, están acogidas ahí a Temuco y no crecen” (Académico, varón, 58 años).
Se destaca también que la elaboración del Plan Estratégico Regional se hizo con escasa participación ciudadana, y que todavía existen en la región localidades con escasa vías de comunicación terrestre, que viven en condiciones de aislamiento.
En cuanto a los avances en el proceso de descentralización, se señala el fortalecimiento de la Asociación de Municipios de la Región de la Araucanía (AMRA), que está trabajando tanto en la solución de problemas coyunturales, como en el desarrollo de la región, y la creación de una Corporación publico-privada, que está promoviendo el desarrollo regional.
Cuando se preguntó a los entrevistados por los aspectos positivos de la descentralización en general, éstos reportaron un buen número de ellos. Los beneficios que, según nuestros entrevistados, traería un efectivo proceso de descentralización, podrían agruparse en tres categorías.
La primera se relaciona con un desarrollo más equitativo para las regiones y comunas y una mejora en la calidad de vida en las regiones, a través de nivelar las profundas desigualdades que existen actualmente. La tesis que se postula es que la mayor autonomía traerá mayor desarrollo.
“…podríamos tener un crecimiento regional importante, yo creo que las
regiones se desarrollarían mucho más si pudiéramos tener nuestra propia
autonomía” (Dirigente gremial, Varón, 38 años).
“Yo creo que tendríamos mejor crecimiento y desarrollo para nuestra comuna,
yo creo que sería lo ideal.” (Alcalde, varón, 67 años).
Este es un fenómeno interesante de destacar, porque podríamos estar ante un caso de expectativas sobredimensionadas. La teoría y la experiencia nos dicen que la descentralización del poder y la creación de condiciones institucionales para una mayor participación y autonomía de las regiones, constituyen requisitos fundamentales para el desarrollo regional, pero por sí solos, no lo aseguran.
La segunda categoría se refiere a los efectos de que se tomen en cuenta las necesidades regionales y locales a la hora de tomar las decisiones. Esto implicaría, según nuestros entrevistados, mejores diagnósticos de los problemas y, por lo tanto, decisiones más acertadas. En general, se considera que los beneficios sociales que otorga el Estado podrían ser más pertinentes a las necesidades reales de cada localidad.
“concebir proyectos de desarrollo cuando se conocen de verdad las fuerzas vivas de una región, augura un mejor pronóstico que pensar en un proyecto de desarrollo con desconocimiento absoluto de las vertientes culturales, de los valores, o de las motivaciones de los grupos que la constituyen. Me parece a mí, que cuando las decisiones se toman cerca de las personas hay mas posibilidades de que sean acertadas” (Dirigente político, varón, 38 años).
“El supuesto que hay siempre detrás de un proceso bien llevado de descentralización, es que se solucionen mejor los problemas de las regiones, de la localidad; El supuesto de que el que vive en un lugar y siente el problema, es capaz de resolverlo mejor que el que está lejos, el que es más indiferente porque no le afecta. Ese es el centro del tema.” (Empresario, varón, 50 años).
Y por último, la tercera categoría se refiere al efecto que la descentralización tendría en los niveles de participación ciudadana a través del fortalecimiento y reconocimiento de los actores regionales. Los entrevistados consideran que con una mayor descentralización se incrementaría la motivación a participar, ya que las personas sentirán que están haciéndose cargo de sus propios problemas.
“…que efectivamente la gente pueda tener una mayor participación en los partidos políticos; la gente no está participando en los partidos políticos por la sencilla razón que todo se maneja a nivel cupular, y a nivel cupular central, la designación de candidatos a Senadores, a Diputados, a Alcaldes, e incluso a los propios dirigentes” (Dirigente político, varón, 38 años).
“Un beneficio importante que trae inmediatamente, es que la gente se sienta
haciéndose cargo de sus problemas, y gente activada, gente pensando en como
solucionar sus temas.” (Representante Gobierno Regional, varón, 35 años).
Respecto a los riesgos que implica la descentralización, los entrevistados manifiestan no percibir grandes riesgos asociados a un proceso de este tipo, pero mencionan aquellos que a su parecer son los que teme el gobierno Central, y algún porcentaje de la ciudadanía, y que estarían impidiendo un avance más rápido del proceso. Estos riesgos serían fundamentalmente:
a) Traslado de la misma estructura centralista desde la capital nacional a las capitales regionales; b) Politización de las decisiones a nivel regional, dándose prioridad en la distribución de los recursos a aquellas localidades con más electores, en desmedro de las que tienen menos habitantes y/o de aquellas con una impronta política distinta al gobierno regional de turno; c) Ineficiencia en la administración de los recursos por falta de capacidades regionales y locales; d) Falta de una adecuada coordinación y planes compartidos, que lleve a cada comuna por un camino distinto, lo que dificultaría el crecimiento armónico de la nación.
Otro de los riesgos señalados, aún menos compartido por los entrevistados, es la disminución de la identidad nacional y de la visión unitaria de país, y la creación de regiones demasiado fuertes, que pudieran derivar en algún momento hacia el separatismo. Se menciona además, que si no hay una adecuada preparación de las autoridades regionales y una coordinación de políticas, podrían surgir egoísmos regionales capaces llevar a la crisis de todo el sistema, como ha ocurrido en el país vecino, Argentina.
Otro riesgo adicional, que según algunos entrevistados explicaría por qué los políticos, en especial diputados y senadores, no se comprometen más con la descentralización, es la posibilidad de que surjan desde las regiones nuevos líderes, que pudieran competir con ellos en cuanto a respaldo popular.
“…a veces también los políticos temen la descentralización porque pueden
salir desde regiones, desde comunas, lideres que les pueden opacar su
participación a nivel nacional.” (Alcalde, varón, 50 años).
Identidad Regional.
Para conocer si nuestros entrevistados tenían conciencia de pertenencia a la región, se les preguntó si sentían alguna vinculación especial con la región de La Araucanía, distinta a la que podrían sentir por otras zonas del país. A partir del análisis de sus respuestas, podemos agrupar o distinguir tres elementos que servirían como base para el sentimiento de pertenencia a esta región:
a) La atracción y encantamiento por la belleza del paisaje.
“Yo soy de acá, me encanta, ver los paisajes, realmente es una región que tú,
sales los fines de semana, vas a dar una vuelta y encuentras maravillas de la
naturaleza donde tú vayas” (Dirigente gremial, Varón, 38 años).
b) El sentimiento de tener las raíces en la región, por ser este territorio el contexto en el cual se ha desarrollado la historia familiar e individual.
“…mis padres nacieron aquí en la Araucanía, yo nací aquí, mis hijos, mis nietos nacieron aquí, y toda mi formación profesional y mi desarrollo como hombre público ha ocurrido aquí en la Araucanía, por ese motivo yo diría, si usted me pregunta si tengo raíces muy profundas en la Araucanía, por supuesto que sí.” (Senador, varón, 65 años).
c) El vínculo por elección, es decir, haber llegado a la región a estudiar o trabajar y encontrar temas de interés, establecer relaciones afectivas significativas y comenzar a construir una vida en la región.
“Mira, me siento absolutamente de la Araucanía, vine a estudiar a la región y en 12 años me empecé a sensibilizar con los temas que son, principalmente lo rural (…) y yo siento que en esta región hacer algo distinto por los campesinos es un desafío para el mundo campesino de todo el país.” (Representante Gobierno Regional, varón, 35 años).
Dos entrevistados señalan, además, que se sienten más vinculados a espacios más amplios, como Chile, o Latinoamérica, pero sin embargo, sienten que el lugar donde ahora viven es aquel en el que la propia acción tiene efectos más directos, y por lo tanto, sienten la motivación para trabajar por el desarrollo de la región que los acoge. Esto es un ejemplo claro de que la identificación con un endogrupo menos inclusivo, como una región, es absolutamente compatible con la identificación con el endogrupo más inclusivo, como el nacional.
“Yo me siento del planeta en primer lugar, luego me siento sudamericano fuertemente, me siento chileno, y dentro de Chile me siento muy bien en las distintas ciudades donde he vivido (…) Ahora sí, soy de aquí, y mientras esté aquí, seré de aquí, y seré con alma y con vida y con ganas, y sí me interesa el desarrollo de esta región y de todo mi país, pero por supuesto que en este momento mi atención preferente está ubicada acá, porque aquí está mi vida y mi ámbito perceptivo.” (Dirigente político, varón, 38 años).
Respecto a un sentimiento de identidad o pertenencia a la región, por parte de la población en general, los entrevistados señalan que la pertenencia de la mayoría de la gente estaría dada por el vínculo a la tierra, por la belleza del paisaje. Por sentir que se vive en una de las regiones más bellas, con características notablemente distintas de las otras. Otro elemento que generaría identificación con la región sería la presencia de la etnia mapuche, y su influencia en la profunda identificación con el territorio. Sin embargo, los entrevistados sólo mencionan el elemento cultural cuando se refieren a la identidad del resto de la población, ya que éste se haya ausente en sus respuestas sobre su propio sentido de pertenencia a la región.
“…la identidad mayor que tiene la región es la cultura mapuche, es la presencia de la etnia, etnia que está naturalmente muy identificada con la tierra, con todos los valores que eso representa en su mitología y en sus formas diarias de convivir en comunidades” (Empresario, varón, 50 años).
En cuanto a las colonias de inmigrantes europeos y sus descendientes, los entrevistados señalan que el sentimiento de pertenencia tendría relación con el logro de una base material, económica, y por haber establecido vínculos con las culturas de origen, construyendo un espacio propio dentro de la región.
Para confirmar el sentido de pertenencia al grupo regional, hicimos algunas preguntas que nos permitieran saber si los entrevistados se reconocían como parte de un grupo propiamente tal, distinto de otros.
Así, al ser consultados por los elementos que distinguen a La Araucanía de otras regiones, lo más señalado por los entrevistados es la convivencia entre la cultura mapuche y la no¬mapuche. La presencia en la vida cotidiana de las costumbres de la etnia mapuche le da a la región características únicas, que la distinguen de cualquier otra. Destacan que en La Araucanía se observa una convivencia constante de la tradición y lo moderno, de lo urbano y lo rural.
“…una de las diferencias grandes que tenemos es la diferencia étnica de
nuestra región, esta convivencia Mapuche-Chileno que se ha creado hoy, pero
eso nos hace distinto a otras regiones del país” (Alcalde, varón, 50 años).
“Por supuesto, en nuestra región existe un tema común, como lo es el tema de
la etnia mapuche, que a la vez nos hace sentirnos distintos a otros habitantes
de Chile.” (Alcalde, varón, 67 años).
Se habla de la existencia de un vínculo especial con la tierra, ya que la agricultura es el motor central del desarrollo económico de la región, y el nivel de ruralidad es el más alto del país, lo que genera un apego afectivo al territorio que no existe en otras regiones. Reportan que hay, además, una mayor diversidad de alternativas turísticas, y la región es considerada por algunos entrevistados como la que más bellezas naturales tiene. Cuenta con un territorio heterogéneo, con grandes diferencias climáticas al interior de la región, a diferencia de otras regiones, que tienen territorios mucho más homogéneos.
Algunos entrevistados hacen alusión a que históricamente, se trata de una región nueva, la última en anexarse al territorio nacional. Y se señala también que la gente de esta región es más cálida, más honesta y responsable.
Al parecer, a partir de las respuestas de los sujetos, podríamos suponer que existen en La Araucanía los elementos necesarios para el desarrollo de procesos de diferenciación social tales, que el endogrupo regional sea construido como una entidad social distinta en relación con el endogrupo nacional más inclusivo, aún siendo parte de él.
En cuando a las diferencias intra regionales, pregunta que planteamos para evaluar si la región es percibida como un grupo homogéneo o heterogéneo, la principal diferencia reportada es entre mapuches y no-mapuches, lo que implicaría en sí misma, una diferencia entre la visión de mundo occidental, materialista, capitalista, y la visión de mundo mapuche, espiritual y colectivista.
“La etnia indígena es un grupo muy peculiar y que hoy día está demostrando las diferencias que tiene sobre el resto de la sociedad de la Araucanía, yo diría en términos tales, que incluso hoy día el resto del país mira con sorpresa de que aquí hay diferencias sociales, culturales y de toda índole.” (Senador, varón, 65 años).
Entre los mismos mapuches, los entrevistados distinguen entre los habitantes de la costa o el interior, y los de la precordillera, quienes por su contacto frecuente con Argentina tienen costumbres distintas.
Otra importante diferencia está señalada por lo urbano y lo rural. Y algunos entrevistados distinguen, además, entre el poniente, que es el territorio costero, caracterizado por el minifundio y que representaría el mundo de las tradiciones, y el oriente, que sería el mundo moderno, del turismo y la infraestructura, apreciándose una notable falta de integración entre estos dos mundos.
Finalmente, se plantea que existen también diferencias culturales entre las dos provincias, ya que Cautín tiene una colonización principalmente española, y Malleco en cambio tiene más presencia suiza e italiana.
Claramente, la región es percibida como un grupo muy heterogéneo, lo que podría dificultar la identificación con ella, pues investigaciones recientes señalan que la homogeneidad percibida incrementa la distintividad social del endogrupo, reforzando así su identidad social. Sin embargo, esto deberá estudiarse más detenidamente, pues según nuestros entrevistados, esta diversidad cultural forma parte de la riqueza de la región, y hace que sea más interesante el vivir en ella.
Aún así, algunos entrevistados han referido espontáneamente ciertos elementos que hablarían de una débil identidad regional. Señalan que en la región no se ha realizado el necesario trabajo de rescatar la cultura y las tradiciones, de modo de conformar identidad. Y que pese a que la presencia de la cultura mapuche se aprecia en lo cotidiano, relatan que ésta no se ha incorporado a la identidad de la población general, lo que hemos podido comprobar a través de sus propias respuestas. Destacan que la sociedad no-mapuche no conoce la cultura originaria, y no reconoce fácilmente los antepasados indígenas. Más aún, habría una especie de intento de “blanqueamiento” en muchos descendientes de indígenas. Y señalan que en general, en Chile no hay valoración de las culturas regionales diferenciales.
“Yo tengo la impresión de que nosotros no hemos entrado en un proceso de definición de identidad regional; a ver te pongo un solo ejemplo, yo creo que el tema mapuche nos cruza, queramos o no queramos, pero nosotros no hemos hecho un proceso de identidad con el Pueblo Mapuche. No estoy hablando de ser más blandos o duros al conflicto, estoy hablando de identidad con la cultura.” (Secretario Regional Ministerial, varón, 34 años).
Además, basándose en el bajo nivel de participación ciudadana y compromiso con el desarrollo regional, un entrevistado concluye que pareciera no haber un arraigado sentimiento de identidad con la región, que motive a trabajar por ella.
Sin duda, estos elementos pueden ser bastante desalentadores a la hora de querer fortalecer la identidad regional; sin embargo, no debemos olvidar que si bien la identidad se construye, ésta también se enseña, se estudia, se aprende e interioriza. Y aunque no nos encontremos ante un caso de fuerte identidad regional, nuestros entrevistados nos dan indicios de que sí existirían los precursores necesarios para su desarrollo.
Finalmente, y con el interés de indagar en la relación existente entre la valoración que los sujetos hacen del propio grupo y las percepciones que tienen acerca de cómo éste es evaluado por otros, hemos prestado especial atención a las menciones espontáneas de nuestros entrevistados acerca de cómo creen ellos que ven la región desde el resto del país, y los resultados han sido muy interesantes.
Los entrevistados señalan que la región es conocida por la pobreza, la indigencia y el conflicto, que se ha sobredimensionado el grado de conflictividad sin conocer las causas y condiciones reales de la situación, y se han establecido estigmas que desincentivan la inversión privada en la región. Uno de los sujetos agrega además, que se dice que “la gente es floja, borracha y ladrona”.
“Nuestra diversidad étnica no es tan compleja como en Santiago se la ve, en Santiago cuando se estudia el tema indígena, se estudia con antropólogos, con sociólogos, se estudia desde un punto de vista más académico que real y eso nos está produciendo problemas.” (Alcalde, varón, 50 años).
“…a nivel nacional nosotros somos conocidos por la región de la pobreza y la indigencia, y por el conflicto mapuche, esos dos estigmas, esos dos íconos que presentan a la IX región no generan atracción de inversión privada.” (Secretario Regional Ministerial, varón, 34 años).
Ante una situación de estas características no es de esperar altos grados de identidad regional en La Araucanía, pues debemos recordar que las personas tienden a identificarse con aquellos grupos que le permiten desarrollar una identidad social positiva, e intentan abandonar aquellos grupos que tienen una connotación negativa para el autoconcepto. La alternativa al abandono, cuando este no es posible o deseado, es el comprometerse en una acción colectiva para intentar modificar dicha situación.
En este caso concreto, las personas podrían hacer abandono del grupo regional, en términos concretos (mudarse a otra región) o subjetivos (identificarse con otros grupos, como Chile o Latinoamérica); o bien podrían unirse en un movimiento social, que busque un cambio en el status quo de la relación interregional.
Para que esto último ocurra, es necesaria la creación de un fuerte sentido de identificación con el grupo, lo que requiere de dos procesos: crear la conciencia de que se pertenece a una categoría social diferenciada, y conceder importancia a tal pertenencia. Es tarea pendiente estudiar si estos procesos ocurren o no en La Araucanía.
APENDICE III
Cuestionario
Formato Femenino
Araucanía

Estimada estudiante:
La encuesta que tienes en tus manos tiene como objetivo conocer las opiniones de los estudiantes universitarios acerca de una serie de temas relacionados con la región de Araucanía y el país.
La encuesta es anónima, y no hay respuestas correctas o incorrectas, ya que lo que nos interesa es tu verdadera opinión.
Al comienzo de cada apartado encontrarás las instrucciones para contestarlo, por favor, léelas atentamente antes de responder.
Muchas gracias por tu colaboración.
Fecha de aplicación:
Carrera: ____________________________________
Universidad:

En esta primera parte te encontrarás con una serie de preguntas, por favor, responde a cada una de ellas escribiendo en la casilla correspondiente, o poniendo un X cuando se trate de elegir entre distintas alternativas.
1. 1. Edad:

2. Sexo: Hombre



.3. Año de ingreso a esta carrera:


.4. Además de estudiar ¿realizas alguna de las siguientes actividades? (Marca la que corresponda)

Trabajo remunerado jornada completa Trabajo remunerado jornada parcial Trabajo no remunerado Buscar trabajo Sólo estudias


.5. ¿Cuál es la principal actividad laboral del jefe de tu hogar?

Industrial, Empresario, Comerciante mayorista Suboficial de Policía, Gendarmería, FFAA en general
Personal Directivo Empleado de Comercio o de Mostrador
Profesional independiente Obrero calificado
Profesional asalariado Obrero no calificado
Personal administrativo Trabajador de casa particular
Pequeño comerciante, Pequeño empresario Realiza trabajos ocasionales
Técnico Labores del hogar, dueña de casa
Oficial de Policía, Gendarmería, FFAA en general Desempleado

6. ¿Cuál es el nivel de estudios más alto al que llegó tu padre?
Sin estudios Educación técnico profesional incompleta
Educación básica o primaria incompleta Educación técnico profesional completa
Educación básica o primaria completa Educación universitaria incompleta
Educación media o secundaria incompleta Educación universitaria completa
Educación media o secundaria completa No sabes

.7. ¿Cuál es el nivel de estudios más alto al que llegó tu madre?

Sin estudios Educación técnico profesional incompleta
Educación básica o primaria incompleta Educación técnico profesional completa
Educación básica o primaria completa Educación universitaria incompleta
Educación media o secundaria incompleta Educación universitaria completa
Educación media o secundaria completa No sabes

8. En cuestión de religión, tú te consideras:
Católica Creyente Atea
de otra Religión
Evangélica Indiferente o Tienes tu
Agnóstica propia creencia
9. ¿Qué tan religiosa te consideras?
Nada Muy
religiosa religiosa
0 1 2 3 4 5 6 7

1. 10. ¿En que región naciste? (Si naciste fuera de Chile, señala el país)
2. 11. Si NO naciste en esta región ¿Cuánto tiempo hace que vives acá? años
3. 12. ¿En que región nació tu padre? (Si nació fuera de Chile, señala el país)
4. 13. ¿En que región nació tu madre? (Si nació fuera de Chile, señala el país)
5. 14. ¿De que región te consideras?
6. 15. ¿Dónde creciste? En una gran ciudad


En un pueblo
(Más de 50 mil habitantes
(Entre 2 mil y 10 mil habitantes
aproximadamente)
aproximadamente)
En una ciudad pequeña
En el campo
(Entre 10 mil y 50 mil habitantes
(Menos de 2000 habitantes
aproximadamente.)
aproximadamente)
16. ¿Perteneces a alguno de los siguientes pueblos originarios o indígenas?
Alacalufe
Mapuche Atacameño
Quechua Aimara
Rapa Nui Colla
Yámana Ninguno

117
17. ¿Cuán a menudo ves en la televisión las noticias regionales? Todos los días
Una vez al mes aproximadamente
Más de una vez a la semana
Menos de una vez al mes
Una vez a la semana
Nunca
18. ¿Cuán a menudo escuchas en la radio las noticias regionales? Todos los días
Una vez al mes aproximadamente
Más de una vez a la semana
Menos de una vez al mes
Una vez a la semana
Nunca
19. ¿Cuán a menudo lees la prensa regional? Todos los días
Una vez al mes aproximadamente
Más de una vez a la semana
Menos de una vez al mes
Una vez a la semana
Nunca
20. Actualmente, ¿participas en alguna organización? SI
NO

21. Si participas en alguna organización, por favor marca en cuáles.
Club de interés (hobbies, pasatiempos)
Grupo ecológico Grupo deportivo
Grupo religioso Grupo artístico – cultural
Junta de vecinos Organización estudiantil
Organización de voluntariado Grupo de mujeres
Partido político Otra (¿Cuál?) _______________________________________________________

22. Y en el pasado, ¿has participado en alguna organización?. SI
NO

23. ¿Estás inscrita en los registros electorales?
SI
NO

24. Mucha gente cuando piensa en la política utiliza las palabras izquierda y derecha. De acuerdo con tus opiniones políticas ¿en qué casilla te colocarías?

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 No tienes opinión política
25. ¿En que medida te sientes identificada con? Pon una X sobre la línea que
corresponda.
Tu barrio Mucho ___ ___ ___ ___ ___ ___ Nada
Tu ciudad Mucho ___ ___ ___ ___ ___ ___ Nada
Tu provincia Mucho ___ ___ ___ ___ ___ ___ Nada
La Araucanía Mucho ___ ___ ___ ___ ___ ___ Nada
Chile Mucho ___ ___ ___ ___ ___ ___ Nada
América Latina Mucho ___ ___ ___ ___ ___ ___ Nada

En el siguiente apartado encontrarás una serie de frases ante las que tienes que responder si estás de acuerdo o en desacuerdo, poniendo una X en la casilla que corresponda a la alternativa que elijas. Lee cada una de las frases con mucha atención y contesta a todas las preguntas sin omitir ninguna.
La escala es la siguiente:
MA: Muy de acuerdo
a. A : De acuerdo
b. N : Ni de acuerdo ni en desacuerdo
c. D : En desacuerdo MD: Muy en desacuerdo

MA A N D MD
1. Las empresas deben pagar sus impuestos en la     
región donde trabajan efectivamente, y no donde
está la casa central, que suele ser en la Región
Metropolitana.
2. Con sus cosas buenas y malas, esta es la región y la     
cultura a la que pertenezco.
3. Si pudiera elegir, preferiría que el dinero que las     
personas pagan por impuestos fuera invertido en la
región de cada cual.
4. Yo me siento parte de la historia de esta región.     
5. Si hubiera un plebiscito, yo votaría a favor de que     
la gestión de servicios como deportes, cultura y
turismo fueran traspasados a las regiones.
6. Me gustaría familiarizarme más con personas de     
otras regiones.
7. Si estoy mucho tiempo fuera de la región empiezo     
a extrañar el paisaje y el clima, como si esta región
fuera parte de mí.
8. Si de mí dependiera, servicios como salud y     
educación volverían a ser administrados por el
Gobierno Central desde Santiago.
9. Para mí, vivir en esta región es sólo algo temporal.     
10. Las autoridades regionales deben ser electas por la     
propia ciudadanía de la región a través de un
proceso democrático.
11. Para mí es muy importante vivir en una región     
como esta, que tiene tanta abundancia de recursos
naturales.
12. La gente de otras regiones no me parece tan     
simpática como la gente de acá.
13. Yo me siento más parte de la cultura chilena, que     
de la cultura de esta región.
14. Me molesta que los Gobiernos Regionales estén     
conformados por personas de fuera, porque ellos
no conocen la realidad regional.
15. Si en conversaciones con familiares, amigos o     
conocidos alguien dijera algo desagradable acerca
del paisaje de esta región, lo más probable es que
yo me molestaría.

120
MA A N D MD
16. Si las regiones recaudaran sus propios impuestos,     
éstos serían mejor aprovechados.
17. Yo siento importantes vínculos con el paisaje de     
esta región.
18. Cuando conozco a una persona que viene de otra     
región intento entablar conversación con el o ella
19. Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de     
esta región
20. Si de mi dependiera, los servicios como salud,     
educación y obras públicas, serían administrados a
nivel regional.
21. Para mí esta región es la más hermosa del país     
22. Me da rabia que lo que se recaude a través de     
impuestos vaya a un fondo común de todo el país,
en lugar de quedarse en cada región
23. Yo me siento parte de esta región     
24. Tomar las decisiones en la propia región     
significaría soluciones más pertinentes a los
problemas
25. Me siento orgulloso(a) de vivir en una región con     
el folklore, las costumbres y las tradiciones que
ésta tiene.
26. La descentralización facilitaría la participación, la     
cooperación y la integración de los ciudadanos
dentro de las regiones
27. Me gustaría ir a vivir a otra región en los próximos     
años
28. Mi esperanza es que con una mayor     
descentralización aumentaría la motivación a
participar, ya que las personas sentirían que están
haciéndose cargo de sus propios problemas
29. La historia de esta región tienen muy poco que ver     
con el tipo de persona que yo soy
30. Yo me opondría a que cada región recaudase sus     
propios impuestos
31. Me siento unido(a) de algún modo a la gente de     
esta región




MAA N D MD
1. 32. Me alegraría que hubiera más descentralización,
porque eso permitiría un desarrollo más equitativo
para las regiones y comunas

2. 33. Yo no siento ningún vínculo con la cultura de esta
región

3. 34. Uno puede aprender mucho de quienes viven en
otras regiones

4. 35. Todas aquellas actividades o funciones que afecten
directamente a las personas, como salud o
educación, deben ser gestionadas por la propia
región

5. 36. Mi forma de ser no está influida por la cultura de
esta región.


A continuación se presentan descripciones breves de distintas personas. Por favor, lee cada descripción y piensa cuánto se parece o no se parece cada una de esas personas a ti. Pon una “X” en uno de los casilleros situados a la derecha para indicar cuánto se parece a ti la persona descrita.
¿CUÁNTO SE PARECE A TI ESTA PERSONA?
Se Se Se Se No se No se parece parece parece parece parece parece mucho a mí algo a poco a a mí nada a
a mí mí mí mí
1. Tener ideas nuevas y ser creativa es

importante para ella. Le gusta hacer cosas de manera original.
2. Para ella es importante ser rica. Quiere

tener mucho dinero y cosas caras.
3. Ella piensa que es importante que cada

persona en el mundo sea tratada con igualdad. Cree que todos deberían tener las mismas oportunidades en la vida.
4. Para ella es muy importante mostrar sus

habilidades. Quiere que la gente admire lo que hace.
5. Es importante para ella vivir en lugares

seguros. Evita cualquier cosa que pudiera poner en peligro su seguridad.
6. Ella piensa que es importante hacer

muchas cosas diferentes en la vida. Siempre busca experimentar cosas nuevas.


¿CUÁNTO SE PARECE A TI ESTA PERSONA?
Se Se Se Se No se No se parece parece parece parece parece parece mucho a mí algo a poco a a mí nada a
a mí mí mí mí
7. Ella cree que las personas deben hacer

lo que se les dice que hagan. Piensa que la gente debe seguir siempre las reglas, aún cuando nadie la esté observando.
8. Le parece importante escuchar a las

personas que son distintas a ella. Incluso cuando está en desacuerdo con estas personas, aún desea entenderlas.
9. Ella piensa que es importante no pedir

más de lo que uno tiene. Cree que la gente debería estar satisfecha con lo que posee.
10. Busca cualquier oportunidad para

divertirse. Para ella es importante hacer cosas que le resulten placenteras.
11. Es importante para ella tomar sus

propias decisiones acerca de lo que hace. Le gusta tener libertad para planificar y elegir por sí misma sus actividades.
12. Es muy importante para ella ayudar a

las personas que la rodean. Se preocupa por el bienestar de esas personas.
13. Para ella es importante ser una

persona muy exitosa. Le gusta impresionar a la gente.
14. Es muy importante para ella la

seguridad de su país. Piensa que el Estado debe mantenerse alerta frente a las amenazas internas y externas.
15. A ella le gusta arriesgarse. Está

siempre buscando experiencias estimulantes.
16. Es importante para ella comportarse

siempre de manera apropiada. Evita hacer cualquier cosa que la gente pueda considerar incorrecta.
17. Para ella es importante estar a cargo y

decir a los demás lo que tienen que hacer. Desea que las personas hagan lo que les dice.
18. Es importante para ella ser leal con

sus amigos. Trata de dedicarse a las personas cercanas a ella.
19. Ella creefirmemente que las personas

deberían proteger la naturaleza. Cuidar el medio ambiente es importante para ella.


¿CUÁNTO SE PARECE A TI ESTA PERSONA?
Se Se Se Se No se No se parece parece parece parece parece parece mucho a mí algo a poco a a mí nada a
a mí mí mí mí
20. Las creencias religiosas son

importantes para ella. Trata firmemente de hacer lo que su religión le manda.
21. Es importante para ella que las cosas

estén organizadas y limpias. Le disgusta mucho que las cosas estén desordenadas.
22. Piensa que es importante interesarse

por las cosas. A ella le gusta ser curiosa y tratar de entender toda clase de cosas.
23. Cree que toda la gente del mundo

deberían vivir en armonía. Para ella es importante promover la paz entre todos los grupos del mundo.
24. Piensa que es importante ser una

triunfadora. Ella desea mostrar cuán capaz es.
25. Cree que es mejor hacer las cosas

según el modo tradicional. Es importante para ella mantener las costumbres que ha aprendido.
26. Disfrutar de los placeres de la vida es

importante para ella. Le gusta ser complaciente consigo misma.
27. Es importante para ella responder a las

necesidades de los demás. Trata de apoyar a quienes conoce.
28. Cree que debe respetar siempre a sus

padres y a las personas mayores. Para ella es importante ser obediente.
29. Desea que todos sean tratados con

justicia, incluso las personas que no conoce. Es importante para ella proteger a los más débiles en la sociedad.
30. Le gustan las sorpresas. Tener una

vida llena de emociones es importante para ella.
31. Se cuida mucho para no enfermarse.

Para ella es muy importante mantenerse sana.
32. Progresar en la vida es importante

para ella. Se esfuerza por ser mejor que otros.
33. Para ella es importante perdonar a

quienes le han hecho daño. Trata de ver lo bueno en ellos y no guardarles rencor.


¿CUÁNTO SE PARECE A TI ESTA PERSONA?
Se Se Se Se No se No se parece parece parece parece parece parece mucho a mí algo a poco a a mí nada a
a mí mí mí mí
34. Es importante para ella ser

independiente. Le gusta arreglárselas sola.
35. Tener un gobierno estable es

importante para ella. Le preocupa que se proteja el orden social.
36. Es importante para ella ser amable con

la gente todo el tiempo. Siempre trata de no molestar o enojar a los demás.
37. Ella realmente desea disfrutar de la

vida. Pasarlo bien es muy importante para ella.
38. Para ella es importante ser humilde y

modesta. Trata de no llamar la atención.
39. Siempre desea ser quien toma las

decisiones. A ella le gusta ser líder.
40. Para ella es importante adaptarse e

integrarse a la naturaleza. Cree que la gente no debería alterar la naturaleza.
1. 41. Para ella es importante ser chilena. Se siente muy identificada con su país. 
2. 42. Para ella es importante sentirse parte


de su región. Se siente muy identificada con esta región
En esta sección queremos pedirte que escribas cinco características (cinco palabras) que según tú sean distintivas de los chilenos en comparación con los habitantes de otros países de Latinoamérica.

Ahora escribe por favor, cinco características (cinco palabras) que según tú sean distintivas de los habitantes de la Región de La Araucanía en comparación con los habitantes de otras regiones de Chile.



Gracias por tu participación.
APÉNDICE IV Versión Abreviada de la Escala de Identidad Regional
Esta versión de la escala está compuesta por los siguientes ítems:
1. 4. Yo me siento parte de la historia de esta región.
2. 5. Yo soy, en cierto modo, un reflejo de la cultura de esta región.
3. 6. Yo me siento parte de esta región.

En la figura 18 se grafican las puntuaciones obtenidas en esta escala por los participantes que han nacido en la región o se consideran de ella. Tanto para Valparaíso como para La Araucanía la puntuación media fue de 3,5, ligeramente más baja que la puntuación obtenida por los mismos participantes en la versión de 14 ítems, que fue de 3,7 en ambas regiones.
Figura 18: Puntuaciones en la Versión Abreviada de la Escala Identidad Regional
Región de Valparaíso Región de La Araucanía
40
50
40
30

Desv. típ. = ,82
Desv. típ. = ,75 10
10
Media = 3,5
Media = 3,5 N = 151,00
N = 184,00 0
1,2 2,0 2,8 3,6 4,4 1,2 2,0 2,8 3,6 4,4

0
1,6 2,4 3,2 4,0 4,8 1,6 2,4 3,2 4,0 4,8
Se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en la puntuación en la escala abreviada de identidad regional entre los participantes que han nacido en la región y los que no (t412=11,616; p<0,001), y entre los participantes que se consideran de la región y los que se consideran de cualquier otra región (t483=14,104; p<0,001), siendo mayores las puntuaciones de quienes han nacido en la región y de quienes se consideran de ésta.
En el mismo sentido, se han encontrado diferencias significativas en las puntuaciones de los participantes dependiendo de si sus padres han nacido o no en la región, siendo mayores las de aquellos participantes cuyos padres han nacido allí (Región de nacimiento de la madre: t490=9,136; p<0,001. Región de nacimiento del padre: t780=6,839; p<0,001).
Se ha encontrado también correlaciones significativas y positivas entre la puntuación en esta escala y el nivel de identificación con el barrio (Rho=0,26), la ciudad (Rho=0,32), la provincia (Rho=0,32), la región (Rho=0,43), Chile (Rho=0,28) y América Latina (Rho=0,20), todas significativas al nivel 0,01.
Se ha descubierto una asociación positiva y significativa entre la puntuación en la escala abreviada de identidad regional y la escala de actitudes hacia la descentralización (r=0,34; p<0,001), así como con la escala de actitudes hacia otros grupos regionales (r=0,26; p<0,001).
Frecuencia
30
Frecuencia
20
20
Y se observa también una correlación positiva significativa entre la valencia promedio de las categorías mencionadas como distintivas de los habitantes de la región y la puntuación en la versión abreviada de la escala de identidad regional, lo que significa que mientras más positiva la visión que tiene un sujeto acerca de los habitantes de la región, más alta tiende a ser su puntuación en esta escala (r=0,27; p<0,001).
Por otro lado, se aprecia una asociación positiva entre las puntuaciones obtenidas en esta escala y la frecuencia con que se ven las noticias regionales en televisión (Rho=0,235; p<0,001), y con la que se lee prensa regional (Rho=0,163; p=0,003). Y se observan diferencias significativas en las puntuaciones obtenidas por quienes participan en organizaciones y los que no lo hacen, siendo mayores las puntuaciones de los primeros (t333=2,179; p=0,030).
Además, se encontraron diferencias significativas por género en identidad regional, siendo mayor la puntuación media en esta escala de las mujeres que la de los hombres (t333=3,170; p=0,002).
Por el contrario, no se ha encontrado asociaciones estadísticamente significativas entre la identidad regional y la edad de los participantes, la carrera que estudian, su religión, posición política, nivel socioeconómico, pertenencia étnica, origen urbano o rural, o si están o no inscritos en los registros electorales.