jueves, 1 de octubre de 2015

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Victor vivió con su abuela "como unos ocho años" porque su padre, que trabajaba en los Ferrocarriles Nacionales, le pegaba mucho y la mamá se había vuelto loca. Mientras vivió con la abuela, para poder comer "me tocaba salir a la calle a pedir", "yo era gamín" . En la casa de la abuela vivía con todos sus tías y tíos, que tenían la misma edad de él, pero no lo querían "porque era la mala pava que tenía, supuestamente, mi taita". Cuando tenía diez años, un grupo de amigos, de la cuarta con dieciocho, le propusieron que se fuera con ellos a Barrancabermeja. En este lugar vivió en la calle y trabajó como embolador, ganando muy poco dinero, razón por la cual decidió volver a Bucaramanga y montar "mi negocio de vender prensa", pero seguía viviendo en la calle. Como trabajaba, la abuela le permitió regresar a la casa, con la condición de que tenía que dejar a los amigos, cosa que no hizo, porque le dejaron una habitación con puerta hacia la calle y vivía con ellos sin que su abuela se enterara. Eran "siete, pero ninguno vicioso, si éramos limosneros". Como comenzó a ganar plata y se la daba a la abuela, entonces esta lo puso a estudiar "no me dieron sino dos años de estudio (...) de día". Se estuvo con la abuela, hasta que esta murió, porque "me sacaron, de eso hace ya diez y nueve años.

Se conoció con su esposa, cuando iba a visitar a su mamá, pues era vecina de ella, y él se daba cuenta que el compañero le pegaba "en la cara y ella corría para donde mi mamá". "Nos gustamos poco a poco y le dije, pues vamos a vivir". Como vivía en la calle, decidió buscar una casa, en el barrio Si se Puede, donde un señor que le pidió que le ayudara a cernir arena y el le daba para el mercado. Después que llevaban viviendo dos años y su esposa planificaba "con jugo de limón y unas pastillas", decidieron tener su primer hijo, "estaba muy contento" y "me afanaba mucho por ella". Él quería que su primer hijo fuera un niño y llamarlo Sócrates, nombre de un jugador de fútbol de Brasil. Sin embargo, no le importó que hubiera sido niña: "yo dije, si mi Dios dijo que una niña, una niña será". La niña no quiso recibir leche materna, por lo que tuvieron que darle solo tetero. En esta época su esposa no trabajaba, solo él.

Después de que nace su primera hija, la esposa se cuida con la T, pero a pesar de tenerla quedó embarazada, presentándosele complicaciones que la llevaron a perder a su hijo. Se siguió cuidando con T, y queda embarazada de su hija, cuando esta nace decide mandarse a operar, para evitar tener más hijos, ya que el médico le dijo que con otro embarazo la esposa se moría, pues todos los hijos habían nacido por cesárea.

La esposa lo abandonó hace un año para irse a vivir a Tona con otro señor, dejándole los cuatro hijos, a pesar, de que ella era "celosa a morir". Ellos eran casados, pues si bien es cierto vivieron un tiempo juntos, ella empezó a decirle que se casaran, y entonces se casaron, aunque tres días antes "la mona" que trabajaba con ellos en la cooperativa le había dicho "no se case, porque usted se casa y se le daña el hogar, dicho y hecho". Es consciente que en esa época tomaba mucho, porque la gente le decía que ella tenía "mozo". Sin embargo, nunca gastaba la plata en eso, sino que se la daba toda a ella. Lo que se tomaba era por ahí cinco cervecitas. Después que la esposa lo abandonó, regresa a comprarle ropa a las niñas, y él le pidió que volvieran, pero ella no quiso. Le dio tanta tristeza que su esposa lo hubiera abandonado, que un día pensó en suicidarse en el Viaducto.

En el tiempo que empezó a vivir con su esposa, estaban económicamente bien, porque ambos trabajaban en el botadero de basura, y ella le ayudaba mucho, por cuanto "era muy buena trabajadora". Uno de los alimentos que consumían allí y que aun consumen es el caldo de chulo, animal que considera muy limpio, ya que "él todo lo digesta", además porque en el botadero "no se como pollo sino chulo".

En un día común y corriente de la semana se levanta a las cinco de mañana, hace el tinto y el desayuno de sus hijos y de la abuela. Esta última hace el almuerzo. A veces empieza a trabajar a las cinco de la tarde y sale a las once de la noche o trabaja toda la noche. Esta rutina le dificulta un poco la relación con sus hijos, porque cuando llega ya están durmiendo. En un día domingo se pone a barrer la terraza, hace el almuerzo y lava su ropa, porque en su casa cada uno lava su ropa. Aunque delega funciones y a cada uno les ordena una actividad, por ejemplo que "limpien el equipo, el televisor y que llegue cualquiera y vea la casa limpia".

Cuando sus hijos estaban pequeños, la única persona que les ayudaba era la mamá de su esposa. "Ella es que ha llevado del bulto con eso". Además tuvo una ventaja, porque tuvo a sus hijos en la guardería de la cooperativa. Ahora, que están grandes, el corre con los gastos solo de la comida, porque la plata no le alcanza para comprarles ropa, ya que le hace falta el salario de la esposa. Ni en su niñez había aguantado tanta hambre "como esta vez", "pero a los chinos no los dejo aguantar hambre". El desearía que sus hijos entraran a trabajar para que ellos vistieran bien, que "no lleven del bulto" como él, que no cojan malas costumbres y que sus hijas trabajen en un supermercado.

En cuanto a las actividades escolares de los hijos, la esposa era la que siempre iba a las reuniones y les ayudaba en la tareas, los dibujos si los hacía él, porque "yo pinto buenos dibujos". La abuela no le ha ayudado a educarlos, porque los hijos "la tienen de vuelta y media". La mamá de la esposa, antes de que viviera con ellos pedía limosna, pero desde que esta viviendo con ellos ya dejó esta costumbre.

La que mandaba en la casa era la mujer, él a veces intervenía porque su "mujer" le pegaba muy duro a los hijos, en cambio él les habla fuerte y a veces "me les mando a pegarles, y cuando les voy a pegar me detengo". Una de las normas que tiene en su casa es la de acostarse "presto y no dejarlos ir a la calle". Estas ordenes son para " todos por igual". Considera que castiga a sus hijos diferente a como lo hacían con él, porque nunca los hecha de la casa, ni les da los golpes con hojas de sábila.

Así como no tiene ninguna religión, aunque sus hijas van a misa y fueron acolitas, tampoco les habló a sus hijos de los cambios corporales que les iba a suceder, ni de la sexualidad, además ellos nunca le han preguntado. Tiene miedo de que alguna de sus hijas " se meta con algún vago ". Tampoco tiene casi manifestaciones de cariño con sus hijas, pero cuando va al centro y "me dan cualquier cosa, de una vez, para usted, para usted, no más", no existen besos ni abrazos, ellas le piden la bendición y le dan un beso. La abuelita si es con ellos cariñosa.

Los logros que ha tenido como papá es "sacar adelante como fuera a los chinos, lo que no hizo mi papá conmigo". Lo entristece el hecho de no tener plata y no poderlos sacar a comprarles ropa. Aprendió a ser papá en la calle, porque fue el lugar donde se dio cuenta "de que uno en la calle lleva mucho del bulto"1. Es por ello que para él ser un buen papá es "tenerle todo a los chinos (...) así no tenga nada" y un mal papá es no llevarles nada de comer y ponerlos a aguantar hambre. La diferencia que existe con su padre, es que él se preocupa por sus hijos, en cambio su papá solo trabajaba "para la mujer que tenía y para él no más".



1 Aguantar del bulto: aguantar hambre en la calle y que le policía le pegue. Estar en situación de desventaja.
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